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Concordia » Hora Digital
Fecha: 06/03/2025 11:00
A pesar de la recuperación parcial, la industria prevé una caída sostenida del empleo en 2025, estimando una pérdida mensual de entre 500 y 1,000 puestos de trabajo. A pesar de la recuperación parcial de la actividad registrada desde fines del año pasado, la industria prevé una caída sostenida y gradual del empleo en 2025. Esta proyección se deriva de reestructuraciones en fábricas debido a las menores ventas en ciertos segmentos. Si bien la actividad manufacturera experimentó un crecimiento interanual del 6.7% en diciembre, acumuló 19 meses consecutivos en rojo con retracciones significativas que impactaron directamente en el empleo. Fuentes industriales indican que en 2024 se desvincularon cerca de 30,000 trabajadores netos. Para este año, en la UIA anticipan un achicamiento gradual y sostenido en la nómina de trabajadores manufactureros, tras ajustes en horas extras y personal temporario en muchas empresas. Se estima una posible pérdida de entre 500 y 1,000 empleos al mes, dependiendo del sector. Esta cifra negativa contrasta con la situación de 2024, donde se registraban entre 5,000 y 7,000 despidos mensuales debido al retroceso en la producción. Durante el primer año de la gestión de Javier Milei, se destruyeron alrededor de 185,000 empleos formales, mientras que aumentó la cantidad de monotributistas, reflejando una transición de asalariados hacia formas de contratación más flexibles. Los sectores industriales más afectados serán aquellos con mayor exposición a importaciones y a la actividad económica, como Madera y Muebles, Metalmecánica, e Indumentaria y Calzado. En este último rubro, desde diciembre de 2023 se han producido más de 10,000 despidos, según Pro Tejer, impactando en toda la cadena de valor y generando un exceso de capacidad que disminuye la inversión y aumenta el riesgo de cierre de establecimientos. La disminución en las ventas, derivada de la reducción del poder adquisitivo y cambios en la estructura de gastos de los hogares hacia servicios, explica en gran medida la situación laboral actual. A pesar del desplome en el consumo masivo, se espera una mejora en la compra de bienes durables vinculada a la expansión del crédito. Por otro lado, los industriales señalan la alta presión impositiva y la dificultad para competir con productos importados, agravado por un tipo de cambio atrasado. A pesar de las medidas favorables para importar, como la reducción de aranceles y la eliminación de ciertas restricciones, la demanda interna debilitada limita la presencia de productos importados en el mercado. Las preocupaciones en el sector aumentan por el contrabando desde China, un negocio creciente debido a la inexistencia de brecha cambiaria. Se espera que la situación laboral en la industria continúe desafiante en los próximos meses, a la espera de un eventual repunte económico.
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