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» Sin limites
Fecha: 06/03/2025 05:05
Celebración de hoy Miércoles de Ceniza: Conviértete y cree en el Evangelio ¿Qué significa convertirse en Miércoles de Ceniza? Las palabras Conviértete y cree en el Evangelio significan mucho para nuestra vida: Creer en la Buena Nueva Coronilla a la Misericordia Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Miércoles y Consagración Nos encomendamos a la protección y cuidado paternal de San José, protector de toda la Iglesia. Oramos por tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy nos introduce en el espíritu del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio del tiempo de Cuaresma. Jesús nos invita a vivir la oración, el ayuno y la limosna con un corazón sincero, lejos de la vanagloria y del deseo de reconocimiento humano. Presta atención a las lecturas de hoy. Otras celebraciones: San Juan José de la Cruz fue un franciscano místico y devoto de la Virgen María, y fue a la vez gran apóstol popular, místico y director de almas santas Joel 2,12-18. Aún ahora, dice el Señor, vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de sus amenazas. ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios! ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: «¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?». El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo. Salmo 51(50): Ten piedad, Señor, porque hemos pecado. (R) Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad; en la grandeza de tu compasión borra mi ofensa. Lávame a fondo de mi culpa y de mi pecado, límpiame. /R. Porque yo reconozco mi ofensa, y mi pecado está siempre delante de mí: Contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo ante tus ojos. /R. Crea para mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva en mí un espíritu firme. No me eches de tu presencia, y tu Espíritu Santo no se aparte de mí. /R. Devuélveme la alegría de tu salvación, y un espíritu dispuesto sostenga en mí. Señor, abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza. /R. 2 Corintios 5,20-6,2. Hermanos y hermanas: Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios. A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él. Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. Mateo 6,1-6.16-18. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha; para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te lo recompensará. Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará». Palabra del Señor.
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