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» Rafaela Noticias
Fecha: 04/03/2025 13:18
Barranquitas: un botín millonario, el misterioso Bocha y prisión preventiva para el "Chancho" Pese al feriado largo de carnaval, la actividad en el fuero penal no cesó en los últimos días y este martes no fue la excepción. En este caso, en un audiencia virtual que se concretó por zoom, el juez de Investigación Penal Preparatoria, Dr. Javier Bottero, dispuso la prisión preventiva sin plazos de Eduardo Molina, alias "Chancho", quien fue imputado por el fiscal Guillermo Loyola como autor de amenazas coactivas calificadas por el uso de arma de fuego, entre otros delitos. Molina -quien fue asistido legalmente por la Dra. Natalia Romina Cristóbal, del Servicio Público de la Defensa Penal- ya tiene antecedentes condenatorios: debió cumplir una sentencia por comercialización de estupefacientes, dictada en 2016; y luego fue declarado reincidente y nuevamente condenado por abuso de armas y otros delitos, en este caso en 2022. Esas condenas ya fueron cumplidas. Ahora, Loyola le atribuyó hechos ocurridos cerca del mediodía del jueves 27, en la zona de Alvear al 1900, en el barrio Barranquitas, una cuadra que ya ha sido escenario de otros episodios violentos en los últimos meses. La "repartija" que no fue Según lo apuntado por Loyola, Molina se presentó junto con un individuo apodado "Bocha" en un domicilio de Alvear al 1900, buscando al hijo del dueño de casa, que fue quien los recibió. La búsqueda era imperativa y urgente: el denunciante dijo que el "Chancho" y el "Bocha" preguntaban por el paradero de su hijo. "Ya lo buscamos en la casa de la madre y no está. Decile que lo estamos buscando para la repartija", le dijo el "Chancho". Pero no fue un comentario amable: tras manotearle el teléfono, Molina -siempre según el testimonio ofrecido como evidencia por Loyola- le dijo "quedate quieto porque te meto un tiro, vamos a buscar a tu hijo y si no lo encontramos te vamos a matar a vos". Aunque no amplió detalles, Loyola dijo que la referencia a la "repartija" era porque el hijo del hombre amenazado habría participado de un ilícito importante -hecho que también está en investigación-, con un botín de 10 millones de pesos. Según esa hipótesis, el "Chancho" y el "Bocha" iban por la plata del botín, ya que el reparto no se habría efectivizado. "Mi hijo me dijo que habían hecho un trabajo que salió bien", contó el padre en el testimonio recogido por los investigadores. ¿Fue un robo? ¿Fue algún asunto relacionado con drogas? Es parte de la investigación en curso, que no fue develada en la audiencia. La primera amenaza ocurrió cerca de las 11.50, pero menos de dos horas después del mismo jueves 27, los imputados finalmente encontraron al muchacho que buscaban, en la misma cuadra mencionada. Esta vez Molina, junto al misterioso Bocha -del que nadie sabe el nombre y que el propio Molina manifestó conocer sólo por su apodo- iba en un Fiat Siena de color champagne, junto a dos mujeres. El escurridizo joven al que buscaban iba llevando una bicicleta a la par, pero al ser encarado por el auto tiró la bicicleta y emprendió la fuga. Por lo menos dos vecinos llamaron al 911 para denunciar que el auto intentó atropellar al muchacho, que corrió a refugiarse en una vivienda cercana, perseguido a pie por los que se bajaron del auto. El "Bocha" iba armado con un cuchillo y los vecinos también creyeron ver un arma de fuego en poder de Molina. Drogas, siempre drogas Mientras tanto, Molina hizo uso de su derecho a declarar. Admitió haber concurrido al domicilio de la víctima, pero que lo hizo sólo para comprar droga. "En ese lugar se vende droga y yo fui desesperado a comprar", relató. Negó haber amenazado a nadie y aseguró que sólo quería la droga o recuperar el dinero que había entregado para obtenerla. Utilizó ese argumento para solicitar ayuda para combatir su adicción a las drogas y el alcohol. Sin embargo, el juez Bottero quitó credibilidad a la versión de Molina: "es inverosímil la versión que nos da", evaluó el magistrado, que contaba con las evidencias de las incidencias al 911 y de las cámaras de videovigilancia cercanas. Molina, consultado por el fiscal Loyola, no quiso identificar al "Bocha": "lo conozco como Bocha, nada más". Loyola repreguntó: "¿Sabe dónde vive?" . Otra negativa: "no sé donde vive". Demasiado misterio como para creer a la versión de Molina. "El imputado no declara bajo juramento, pero su testimonio tiene que valorarse. Y cuando esa versión no resulta verosímil, se vuelve en contra del imputado", sostuvo Bottero, al justificar el riesgo de entorpecimiento probatorio que implicaría una eventual libertad condicional del imputado. De allí la determinación del magistrado, que dispuso la prisión preventiva de Molina.
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