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Concordia » Diario Junio
Fecha: 01/03/2025 15:23
Jack Nicas y David Yaffe-Bellany Jack Nicas, quien cubre Argentina, informó desde Río de Janeiro. David Yaffe-Bellany, quien cubre la industria de las criptomonedas, informó desde San Francisco. El escándalo comenzó con un tuit. “El mundo quiere invertir en Argentina”, publicó Javier Milei, presidente de Argentina, a las 7:01 p. m. del Día de San Valentín, ofreciendo un código para comprar una nueva criptomoneda. La moneda digital se llamaba $Libra, y había sido creada 23 minutos antes. Durante las horas siguientes, miles de personas invirtieron. El valor de $Libra se disparó. Luego se desplomó rápidamente. Los principales actores habían vendido sus monedas, dejando a casi todos los demás con pérdidas colectivas de 250 millones de dólares. Para los veteranos de las criptomonedas, fue un clásico rug pull (“tirón de alfombra”). Una celebridad promociona una nueva moneda digital, los precios se disparan y, entonces, las personas con información privilegiada que poseen la mayoría de las monedas tiran de la alfombra: venden sus participaciones obteniendo grandes ganancias a expensas de los inversores aficionados que entraron más tarde. Para Argentina, fue un escándalo nacional. El presidente, dijeron los críticos, acababa de estafar a sus electores. La oposición pidió un juicio político. Los ciudadanos argentinos presentaron una decena de denuncias penales. Un fiscal federal abrió una investigación, con Milei como objetivo. Acto seguido, Milei viajó a Washington. El sábado, en la Conferencia de Acción Política Conservadora, pronunció un combativo discurso antes que el presidente Donald Trump, el otro presidente que promovió este año una nueva criptomoneda que se disparó y luego se desplomó. Esa moneda, $Trump, generó enormes ganancias para los iniciados y un acumulado de 2000 millones de dólares en pérdidas para más de 800.000 otros inversores. Trump ha alegado ignorancia. “No sé si me benefició”, dijo. “No sé mucho al respecto”. (La familia Trump y sus socios comerciales ganaron casi 100 millones de dólares solo en comisiones de negociación con la moneda). Tras el creciente escándalo de $Libra en Argentina, Milei adoptó una postura similar. No ganó ni un céntimo, dijo. En su lugar, culpó a una pequeña empresa emergente de Singapur, KIP Protocol, de la que pocos en el sector de las criptomonedas habían oído hablar. “Vos fijate, la propia empresa que armó el lanzamiento, que es KIP, dice claramente que yo no tengo nada que ver”, dijo en una entrevista en horario de máxima audiencia la semana pasada. Pero la historia de Milei ha empezado a desvelarse, mostrando cómo las criptomonedas y la política se han mezclado cada vez más para enriquecer a los poderosos y quitarle a casi todos los demás. Los orígenes del escándalo de $Libra se remontan a una conferencia celebrada en Argentina el año pasado, en la que un consultor de criptomonedas estadounidense y un socio comercial argentino de Milei intentaron vender acceso al presidente, según entrevistas y documentos revisados por The New York Times. Eso condujo finalmente a reuniones en los despachos presidenciales y a un proyecto de asociación con Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports. Desde el colapso de la criptomoneda, han aparecido pruebas que contradicen las afirmaciones del presidente; los críticos en Argentina han acusado a su círculo íntimo de aceptar sobornos; y el consultor estadounidense, a quien Milei se refirió el mes pasado como asesor, ha admitido haber amasado 100 millones de dólares con la artimaña.
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