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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/02/2025 05:15
Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Javier Milei, en tiempos de cambios y de polémica cripto Enseña con magistral precisión el experimentado analista Rosendo Fraga que los líderes políticos pueden cambiar de ideas, de programas de gobierno y hasta de religión, pero no de personalidad. Se trata de una máxima que adquiere enorme actualidad porque Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Javier Milei -ordenados más que por importancia por fría e imparcial temporalidad- la vienen confirmando en los últimos días, frente a los desafíos y pruebas que les presenta la realidad. Más allá de que el líder libertario ocupa el centro de la escena política y es el astro respecto al cual orbitan los demás, los presidentes del PJ y del PRO -que asumieron la conducción de sus partidos para custodiar una identidad y un legado- están siendo sometidos a amenazas internas y externas que los pusieron a la defensiva y reaccionaron de un modo similar: repliegue sobre estructuras partidarias y apoyo en veteranos de batallas a veces perdidas y a veces ganadas. Es un momento bisagra porque ambos ex mandatarios entienden que deben alinear ideas y dirigentes para enfrentar a un presidente al que intuyen dotado de menos fortaleza que hace dos viernes. Con los manuales políticos de otros años, dan por hecho que a Milei el criptoescándalo $LIBRA le dejó un magullón que puede convertirse en herida abierta. Una encuesta a la que accedió Infobae pone en duda esas certezas. El sondeo realizado entre el martes y el jueves pasado por Aresco, la consultora que dirige Federico Aurelio, reveló que la evaluación de la gestión de Milei se mantuvo en torno al 54%, entre positiva y regular positiva, frente al 45% que expresó opiniones negativas o regular negativas. Hay en el análisis de ese universo que apoya al presidente un núcleo duro o “convencido” y otro más blando o “esperanzado”. En ambos hay reacciones diferentes y muy interesantes respecto al caso $LIBRA. Los primeros dijeron que se trató de “un error del presidente, pero sin intención de cometer delito”, mientras que los segundos consideraron que “no tienen conocimiento suficiente para evaluar el tema” y evadieron dar una respuesta. “Fingieron demencia”, resumió el encuestador en diálogo con este medio. La encuesta realizada entre martes y jueves pasado por Aresco para medir el impacto en la opinión pública del criptoescándalo Es uno de los tantos sondeos que llegaron a funcionarios clave del gobierno nacional y al propio presidente Milei, que por estas horas encara decisiones gravitantes para su gestión, desde la conformación de una nueva Corte Suprema, a la decisión de si mantiene o cambia a algunos de sus funcionarios, y la elaboración del discurso que dará ante los diputados y senadores reunidos en Asamblea Legislativa la noche del próximo sábado, en medio del fin de semana XXL por el Carnaval. Aseguran los que vienen hablando con el presidente que hablará de Ficha Limpia, pero también “de motosierra, ajuste y más motosierra”. ¿Habrá algún proyecto de ley sorpresa? ¿Un golpe de efecto para retomar en plenitud la agenda? Cuando Milei esté en el atril de frente a los diputados y senadores nacionales, funcionarios, dignatarios y jueces y de espaldas a la vicepresidente Victoria Villarruel, ya habrá pasado la reunión del PJ de Cristina Kirchner y la respuesta de Mauricio Macri a la revelación del Gobierno de que fue suya la mano que boicoteó la licitación de la Hidrovía. Cada uno lidia con sus demonios y con deseos ajenos que amenazan lo que consideran propio. CFK tiene que lidiar con un desafío que surgió en el corazón mismo del kirchnerismo. De un proyecto hegemónico nacional -llegó a gobernar 20 de 24 distritos-, el peronismo K se contrajo a la provincia de Buenos Aires y, luego, se arrinconó en la veintena de partidos que componen el Conurbano bonaerense. Allí surgió la última disidencia que hace tambalear el bastión que le quedó a la estirpe que llegó desde Santa Cruz al gobierno nacional. La renovación la empujan Axel Kicillof y un grupo de intendentes que soltaron amarras y prometen romper con la tutela del PJ provincial de Máximo Kirchner. La respuesta de CFK saldrá de Matheu 130, la mítica sede del Partido Justicialista Nacional. Allí estará con el formoseño José Mayans, la catamarqueña Lucía Corpacci, otros intendentes, sindicalistas y la primera línea de La Cámpora. Sin caras nuevas, los veteranos de otras guerras se alinearán por una nueva batalla electoral, donde todo empieza moverse para que la ex vicepresidenta vuelva a estar en una boleta como candidata, una vez más. ¿Alcanzará para contener la rebelión bonaerense? “No la quieren a Cristina como jefa, pero todos quieren sus votos”, le dijo a este cronista una fuente con acceso a su intimidad. La misión es cuidar un legado, pero también su electorado. Cristina Kirchner visitó a Pepe Mugica y Lucía Topolansky en su chacra de Uruguay Para Mauricio Macri las cosas no lucen muy distintas. “Se terminó”, le dijo la semana pasada a sus interlocutores, en una reunión que se suponía era de sub 40, pero había varios que hace tiempo cruzaron el medio siglo. Es una definición escuchada entre el fastidio y la perplejidad. El ingeniero no entiende al economista libertario que le niega lo que le pide por los valiosos votos en el Congreso frente a la embestida del ejército de demolición peronista que él sufrió en soledad entre 2015 y 2019. No habrá Hidrovía ni jueces ni nada que Milei perciba como imposición o necesidad. Tal vez milanesas o un chateo con el “presi”. El presidente del PRO ya movió: suspendió las PASO, adelantó al máximo la fecha de votación y vela las armas para alambrar la ciudad de Buenos Aires, la casa matriz, lo que sería para CFK el Conurbano. Está pensando con su delegado, el primo Jorge Macri, si es Waldo Wolff, Fernán Quirós o un tapado el que compita como cabeza de lista. El acto que protagonizó ayer Karina Milei y Pilar Ramírez es la respuesta y la ratificación de que no hay acuerdo posible y que habrá una lucha sin cuartel por el mismo electorado. Son los votos lo que pesan y miden los políticos cuando tienen que dirimir, además del poder, el futuro. Foto de archivo del expresidente de Argentina Mauricio Macri (2015-2019). EFE/ Elvis González Milei no se detiene en el criptoescándalo y está convencido de que su estrella sigue brillando. Volvió eufórico de Estados Unidos y de las reuniones que tuvo con el FMI, con el Banco Mundial y el BID, pero sobre todo por el recibimiento y el trato que le dio Donald Trump y el show político de alcance global que representó Elon Musk con la motosierra que le regaló con la leyenda “Viva La Libertad Carajo”. Hay en el entorno crece el convencimiento de que es hora de avanzar más rápido: “Este gobierno es un auto que viene sin la R de reversa. Mientras cualquiera recomendaría esperar, doblar o hacer otra cosa, creo que estos van a acelerar”. En carpeta está la posible designación por decreto simple de los jueces de la Corte y cambiar a algún funcionario. Por lo pronto, hoy se quedará en la ciudad de Buenos Aires y no viajará a Tandil, donde querían verlo arriba de un F16 de entrenamiento.
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