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  • 'Cobra Kai' y la redención de Johnny Lawrence

    » Diario Cordoba

    Fecha: 22/02/2025 17:15

    Netflix dijo adiós la semana pasada a una de sus franquicias más golosas. Tras una despedida en tres partes, como si se resistiera a marcharse, Cobra Kai se ha ido. Muchos tenemos la duda de que haya sido para siempre y seguro que ya hay quien está pensando cómo expandir su universo en nuevos spin offs. De todas maneras, las cifras de audiencia han sido más discretas esta vez, porque no ha estado en lo más alto del top 10 de la plataforma. ¿Cansancio? Tras la bajada del telón, es hora de hacer balance y podemos decir que la serie principal ha conseguido su objetivo de redimir a la figura de Johnny Lawrence (William Zabka). El personaje ha tenido el épico final que se merecía y ha disfrutado de ese momento de triunfo que se ha venido forjando desde el primer episodio. Al final, ha dejado de ser un perdedor y tiene por delante uno de esos finales felices con los que sueñan muchos espectadores cuando se sientan ante la gran pantalla para evadirse. En algún post anterior ya comenté que fue Barney Stinson (Neal Patrick Harris) quien puso en marcha la rueda hace ya más de una década. Concretamente fue en la octava temporada de Como Conocí a vuestra madre, al defender que el verdadero héroe de Karate Kid, una película que marcó la infancia de la generación de los años 80, era Johnny Lawrence y no el pelele de Danniel LaRusso (Ralph Maccio). Una idea que luego los guionistas de Cobra Kai retomaron al contarnos la historia desde el punto de vista de Lawrence, quien nunca llegó a levantar cabeza desde su derrota al final de la primera película de la saga cinematográfica. La rehabilitación del personaje coincide con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Hago esta comparación porque estoy convencido de que Johnny formaría parte de la América que votó al presidente republicano en su primer mandato. El antiguo acosador de LaRusso permanece anclado en una masculinidad ochentera algo desfasada pero también carismática. Pertenece a una parte del electorado de raza blanca y de clase trabajadora que siente que el mundo ha cambiado demasiado rápido y les ha dejado atrás. No hay que olvidar que su padrino en la ficción fue Barney, una caricatura del votante republicano que ha proliferado en muchas telecomedias. Por citar otro referente de la nostalgia ochentera, Michael J. Fox, antes de Regreso al futuro, saltó a la fama con un personaje ideológicamente muy similar al de Neal Patrick Harris en Enredos de familia. Si las apelaciones de Trump a la nostalgia de unos años más felices funcionaron, Cobra Kai es precisamente todo un tributo a la añoranza por la década en la que la saga Karate Kid arrasaba en los cines de todo el mundo. La diferencia con muchos de los votantes del actual inquilino de la Casa Blanca, es que Johnny no se ha quedado anclado en ese pasado que los otros añoran. Ha sabido reconciliarse con él y evolucionar para adaptarse a los nuevos tiempos. Al inicio de la serie, la enemistad y el rencor hacia Danny persistían. Pero con el paso de los episodios, los dos antiguos rivales se reconciliaron, llegando incluso a ser amigos. Por citar otra recordada saga fílmica de la época, si vimos convertirse en inseparables a Rocky y a Apolo Creed, Lawrence y LaRusso no iban a ser menos. De hecho, en esta temporada final hay también un pequeño homenaje a las películas protagonizadas por Sylvester Stallone. La serie de televisión que Netflix compró a YouTube ha sabido ser una secuela a la altura del recuerdo que generó su precedente fílmico, haciendo también un homenaje a las secuelas de la saga. A diferencia de lo que pasó con la saga Star Wars, esta vuelta ha sido para que sus protagonistas vuelvan a hacernos disfrutar de las aventuras que nos emocionaron en la infancia. La tercera trilogía galáctica fue una excusa para presentarnos una nueva generación de personajes, mientras el fan de toda la vida veía morir a sus ídolos de la niñez, siendo una sombra de lo que en su día fueron. En Cobra Kai sí sentimos que son los amigos que conocimos, con unos años más y todavía con ganas de dar guerra. Johnny Lawrence evoluciona y llega a adaptarse a muchas de las enseñanzas del dojo Miyagi, pero sin renunciar a tener su propio estilo. Puede que en su día hubiera sido un votante potencial de Trump, pero ya no ve el pasado como algo que restaurar. Ha sabido labrarse su nuevo futuro y tener un proyecto de vida, cuando le vimos al inicio de la serie estaba alcoholizado y en el paro, despreciando la corrección política. Esta tercera parte de la sexta temporada de Cobra Kai comienza de manera un tanto irregular. Los tres primeros episodios de los seis que componen esta entrega son casi un poco relleno para justificar que el torneo se retome tras haberse suspendido por las trágicas circunstancias del final de la parte anterior. Para su despedida, en estos episodios abundan los momentos fan service. Hasta trae de entre los muertos a viejos conocidos de la saga. Aquí vendría el aviso de spoiler, porque el gran final de la serie viene con el épico triunfo de Johnny Lawrence en el torneo de artes marciales. Puede que hubiera sido un momentazo que Johnny ganara usando la patada de la grulla, pero se limita a aplicar lo que aprendió en aquel combate para poder ganar a su manera. Y así dejar atrás el aura de perdedor que le había venido acompañando. Johnny ha vuelto a subir al podio, pero a diferencia de Trump ya no hay rencor ni ansias de venganza en sus motivaciones. Larga vida a Cobra Kai. Ahora a esperar a que la temporada final de Stranger Things nos aporte la dosis de nostalgia ochentera que nos viene dando la plataforma.

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