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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/02/2025 12:48
Francisco Comesaña fue el gran protagonista de la noche en el Río Open, después de eliminar en cuartos de final al alemán Alexander Zverev (Foto: REUTERS/Jorge Silva) Río de Janeiro volvió a despertarse este viernes con el calor habitual y la sensación térmica, más allá del mediodía, pasaba la barrera de los 40° centígrados. El cielo casi despejado y algunas pocas nubes blancas asemejaban a una tímida bandera argentina que ondeaba sobre la ciudad, como para saludar lo que sucedía en el Río Open 2025, en donde cuatro tenistas saldrían a buscar construir el póker de compatriotas en semifinales. Pero el día extendería el asombro de los asistentes fuera de la cancha, porque Juan Martín del Potro llegó por sorpresa, al menos para el público y la prensa, al torneo. La organización quiso dar un fuerte impacto y pensó en que sería muy bueno para el certamen que el ex número tres del mundo y medallista olímpico entregue el trofeo al campeón el próximo domingo. Los ojos de los medios giraron hacia él como imantados por su presencia. Juan Martín Del Potro será el encargado de entregar el trofeo en la final del Río Open 2025 “¡¿Hola, cómo estás?!”, saludó Juan Martín a este cronista. Su figura elevada se acercó amable y compensó las distancias de altura con una leve inclinación. -Se te ve bien, más delgado. -Es que para jugar el partido con (Novak) Djokovic, en Buenos Aires, tuve que bajar como 12 kilos. Si no, no podía hacer nada. -Eso te beneficia, también, pensando en la rodilla. -Sí, claro. La rodilla lo siente, cuando más pesado estás, se nota y molesta más. ¿Vas a Miami? Nos vemos allá. Juan Martín desarrolla diferentes actividades en el Masters 1000 de La Florida y es uno de los atractivos que presenta durante las dos semanas de competencia del certamen del estado de la “naranja”. Durante este sábado, Del Potro visitará el Pan de Azúcar y, por la tarde, jugará un dobles, junto a Joao Fonseca con los tenistas en sillas de ruedas Gustavo Fernández y Daniel Rodríguez. Sebastián Báez sigue en carrera en el Río Open, donde defiende el título obtenido en la edición 2024 (Foto: REUTERS/Jorge Silva) Mientras tanto, los jugadores argentinos empezaban a generar expectativas, con la primera victoria de Sebastián Báez -el campeón vigente-, que dice y sostiene que “no se defienden puntos y cada año empieza de cero”. Su timidez lo hace aparecer más serio de lo que es y le esconde la sonrisa que entrega en otras ocasiones. Llegó a conferencia de prensa sin auriculares, la única música (le encanta escuchar de todo tipo) que todavía resonaría en sus oídos sería la del compás de los aplausos al finalizar su victoria ante el taiwanés Chun Hsin Tseng. Sebastián mira, responde, se sonríe. “La cerraste bien”, le dice este cronista, que había evitado hablar de su futuro inmediato en la competencia, como es habitual en su estilo, pero que culminó en una alegoría de su admiración hacia Juan Martín del Potro. Había llegado con una remera de la indumentaria del “gallito francés” que lo patrocina, con un número en su espalda. -¿Por qué el N° 82? -¿Sabés que no sé? -respondió Báez-. Voy a preguntar, debe ser importante. A los pocos minutos, la suerte de las barajas ya había establecido, al menos, un par de argentinos en la mano. Camilo Ugo Carabelli ingresó al certamen como lucky loser y ahora está en semifinales (Foto: Río Open) El rostro de Camilo Ugo Carabelli (91), no dejaba de mostrarse estirado por la amplia sonrisa. Su llegada a la Sala de Conferencias del Río Open, un pequeño microcine acondicionado para varios propósitos, lo llevaba a establecer la expectativa después del triunfo ante el portugués Jaime Faria (107). “Estuve fuera del torneo por dos segundos” -dijo en referencia a su derrota en la fase de Clasificación-, pero enseguida me dijeron que entraba como Lucky Loser”, sonrió aún sin poder creerlo. La cantidad de argentinos en los cuartos de final y sus edades lo llevó a comentar la reflexión que tuvo con su entrenador. “Estábamos entrando en calor todos juntos y le dije a ‘Blengi’ (Fabián Blengino) que era el más viejo de todos y tengo 25 años”, haciendo referencia al futuro del tenis nacional. Se retiró de la sala sabiendo que su rendimiento esta semanalo dejará dentro de los 70 del mundo, el mejor lugar que ha conseguido en su carrera. Por eso era importante indagar aún más en su felicidad. -¿Qué se siente? -Estoy re contento. -Mañana me tenés que contar si se duerme o no. -Vengo durmiendo muy bien, hace tres días que no desayuno, le pego derecho hasta el mediodía, así que almuerzo directo. Francisco Comesaña se dio el gusto de eliminar a Alexander Zverev en los cuartos de final del Río Open (Foto: REUTERS/Jorge Silva) Pero el más feliz de todos, sin dudas, fue Francisco Comesaña, que se paseaba casi incrédulo por su victoria ante el número dos del mundo Alexander Zverev y con una amplia sonrisa que le inflaba los cachetes. Una larga fila de chicos y jóvenes lo había esperado a la salida de la cancha central Guga Kuerten, esperando obtener el recuerdo de un autógrafo. “Me recordó a lo que pasó en Wimbledon, después de que le gané a Rublev”, dijo. Su camino fue de tránsito lento y con poco asfalto. “¡Uh! ¿Te acordás del M15 en Río Cuarto? Con Mariano (Navone) estaba”, recordaba su recorrido de hace algunos años, hasta esta semifinal en Río. -Camilo dice que duerme hasta el mediodía, ¿y vos? -No, a mí me encanta el mar. Yo me levanto a desayunar y enseguida me voy al mar, que acá está tibiecito. Este torneo es espectacular, te permite eso a la mañana y recién por la tarde jugás. -¿Río de Janeiro o Mar del Plata? - No, en eso no hay dudas, Mar del Plata. La energía de esa ciudad es inigualable. La charla prosiguió con detalles de su indumentaria. “¡Está buena!”, dijo y agregó: “La están haciendo tipo un look retro, ésta es tipo Australia. Me gusta”. Y se marchó detrás de su sonrisa. Pero el póker de argentinos no se pudo dar. A poco estuvo de repetirse lo de Hamburgo 2003, cuando los jugadores albicelestes poblaron las cuatro casillas de semifinales. En aquel entonces fueron David Nalbandian, Gastón Gaudio y Guillermo Coria que le ganó la final al cordobés Agustín Calleri. Francisco Cerúndolo arrancó bien, con quiebre a favor y llegó a sacar 4-2, 40-15, sin embargo, contó después del partido que se fue “apagando de a poco”. “Tal vez las dos semanas seguidas con tantos partidos me agotaron, no sé. Si hubiera ganado el primer set, por ahí la cosa cambiaba, pero eso nadie lo sabe”, agregó. Francisco Cerúndolo perdió ante el francés Alexandre Muller y no se pudo conformar el póker de argentinos en el Río Open (Foto: REUTERS/Jorge Silva) -¿Te vas muy caliente? - Lo normal. Su rostro tenía la huella del cansancio, del agotamiento que le estiró la cara y le contrajo las fuerzas. Sus pasos se perdieron en la oscuridad tenue del pasillo que lleva a los jugadores al vestuario. Así se vivió un poco la intimidad, el detrás de escena, de una gran tarde-noche de tenis argentino en Río de Janeiro.
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