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» Misioneslider
Fecha: 22/02/2025 08:04
“Queremos trabajar”, grita un grupo de manteros en la intersección de las avenidas Nazca y Avellaneda, en Flores. Hasta hace una semana, las calles que hoy pisan estaban repletas de frazadas, percheros y puestos improvisados. Ahora, tras un operativo con más de 500 efectivos y 50 allanamientos, el paisaje cambió y los comerciantes lo agradecen, pero la tensión sigue latente. El desalojo, promovido por el Gobierno porteño, dejó afuera a más de 5 mil manteros en una de las zonas comerciales más transitadas de la Ciudad y en donde, según datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), se concentraba el 92% de la venta ilegal de la Ciudad. Según el Ministerio de Seguridad, el procedimiento apuntó a desarticular redes de comercialización ilegal que operaban sin habilitación. Sin embargo, para los manteros, el eslabón más débil de la cadena, la medida los dejó sin una fuente de ingresos y sin alternativas concretas para continuar trabajando. Somos muchísimas familias que vivimos de la calle, ahora quedamos sin trabajo y necesitamos una solución rápida”, dice Mariela, quien tenía un puesto en la calle Argerich. También denuncia que «a muchos compañeros les quitaron mercadería e incluso se metieron a los departamentos donde vivían para sacarles el dinero». Francisco, otro vendedor ambulante, admite que entienden el motivo del desalojo, pero pide una alternativa: “Sabemos que está prohibido vender en la calle. Pero queremos un lugar donde podamos estar sin molestar a nadie”. Un grupo de manteros reclama un espacio para volver a trabajar. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Mientras tanto, los comerciantes celebran la medida. “Hoy en día se puede caminar y se vende mejor”, asegura Emilce, dueña de un local de indumentaria sobre la calle Bogotá. Y agrega: «Ocupaban mucho espacio y se peleaban entre ellos mismos. Algunos nos amenazaban y se ponían en el medio de la calle». Nosotros pagamos impuestos, alquiler y sueldos, mientras que ellos no. Por eso pueden vender más barato y nos perjudican en las ventas”, explica Marta, dueña del local Planeta, quien espera que el desalojo de los manteros sea “definitivo”. Qué dijo el Gobierno de la Ciudad A una semana del desalojo, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, celebró el operativo y sostuvo que los comerciantes aumentaron sus ventas: “A todos les va mejor porque además los locales pueden hacer la diferencia y no tienen la competencia desleal de los que vendían en la puerta de sus negocios”. Y aseguró: “Vamos a ser inflexibles para mantener el orden en el espacio público y apoyar a los comerciantes que invierten, cumplen las normas y pagan impuestos”. A su vez, Macri se reunió con representantes de la Asociación de Comerciantes de la Avenida Avellaneda (ACOMA), quienes en diciembre del año pasado habían expresado que atravesaban su peor momento histórico, además de revelar que las pérdidas mensuales superaban los $ 9.600 millones y que la situación había empeorado tras los desalojos de manteros en Once, que se mudaron a Avellaneda. Mientras tanto, los manteros anunciaron que continuarán con protestas y movilizaciones hasta que el Gobierno les brinde una solución. «No queremos estar en la informalidad. Si nos ponen en regla, estamos dispuestos a dialogar. Pero no como pasó en Once, donde les dieron un galpón donde no pasaba nadie», advirtió Mariela. La avenida Avellaneda, en Flores, tras el desalojo de manteros de la semana pasada. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Maestría Clarín/Universidad de San Andrés
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