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  • Teté Coustarot celebró 20 años de amor con Carlos Gaziglia: una historia de complicidad, aprendizaje y bajo perfil

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/02/2025 14:46

    Teté Coustarot con su pareja, Carlos Gaziglia (Crédito: @ttcoustarot) En una emotiva publicación en sus redes sociales, Teté Coustarot abrió su corazón para celebrar un doble acontecimiento que marcó su vida: el cumpleaños de su compañero de vida, Carlos Gaziglia, y el vigésimo aniversario de la historia de amor que construyeron juntos. “Feliz cumpleaños, amado Carlos, 20 años juntos en el día de la Virgen de Lourdes”, escribió la icónica modelo y conductora, al resaltar la especial coincidencia de la fecha con la conmemoración religiosa. Acompañando sus palabras, Coustarot compartió una imagen inédita junto a Gaziglia, un empresario de perfil bajo que, a pesar de compartir dos décadas de amor con la reconocida figura, siempre prefirió mantenerse alejado de los reflectores. De carácter reservado y prudente en cuanto a su vida privada, ella supo mantener esta relación lejos de los escándalos mediáticos, al construir un vínculo basado en el respeto, la confianza y la independencia. El camino de esta pareja no estuvo exento de pruebas. En conversación con Infobae, Teté recordó con especial énfasis la experiencia de convivencia que comenzaron en 2018 y que se consolidó en 2020, cuando la pandemia los puso a prueba como nunca antes. “Es muy agradable compartir la vida con él. Y ha sido una prueba que hemos superado, porque estamos bien los dos”, reveló en aquel entonces. En medio de un contexto de encierro y desafíos, su relación se fortaleció, al afianzar aún más el amor que los une. La imagen compartida por Teté Coustarot en el cumpleaños de su pareja, Carlos Gazilia “No todo el mundo lo está llevando bien”, expresó en referencia al difícil contexto que impuso la cuarentena. “Pero yo trabajo también desde casa, así que estoy ocupada”, relató con su característico optimismo. La clave, según ella, radica en la independencia y el equilibrio. “Compartimos cosas, pero cada uno tiene su espacio. No es que yo le digo: ‘me quiero comprar tal cosa’ y necesito su permiso”, señaló, dejando en claro que su relación se basa en la confianza mutua y la autonomía. Antes de dar el paso a la convivencia, la situación de Carlos también influyó en la decisión. “Él vivía con sus dos hijos adolescentes. Entonces yo pensé: una convivencia con dos varones, fiestas, previas, entradas, salidas… Yo me levanto temprano…”. Sin embargo, el destino se alineó para que todo fluyera de manera natural. “Él también lo decidió, no es que fui yo quien impuso la convivencia. Se fue dando. Y justo antes de la pandemia, sus hijos se independizaron. Entonces un día nos preguntamos: ‘¿qué pasa si empezamos a convivir?’. ¡Por suerte lo hicimos! Porque la pandemia nos encontró juntos, y fue un tiempo impresionante, un delirio. ¿Cómo puede ser que hayamos estado encerrados tanto tiempo? ¿Que ir a la farmacia o al supermercado fuera una gloria? Salir era sentirme libre. ¿Cómo puede ser?”, rememoraría con emoción. A pesar de los desafíos, Teté reconoció en diferentes momentos que la madurez les permitió sobrellevar las diferencias con sabiduría. “Cuesta también porque, como todo el mundo, tenemos nuestras diferencias. Pero con el tiempo te volvés más sabio. Hay una época en la vida en la que la gente se ofende por todo: ‘que no me llamó, que no me miró, que no me escuchó’. Se la pasan refunfuñando por pequeñeces. Ahora, para que yo me ofenda, alguien tendría que hacer algo muy a propósito. No quiero perder el tiempo en la ofensa, porque me angustia, me saca el aire, me quita energía. No duermo bien. Fui aprendiendo a soltar esas cosas”. Teté Coustarot junto con su pareja, Carlos Gaziglia, en momentos del cumpleaños de Horacio Pagani También reflexionó sobre su decisión de no casarse, una pregunta recurrente a lo largo de los años. “Lo importante en la vida es tener en claro lo que uno desea y no solo complacer a los demás. No sé si es egoísmo, pero es una decisión de vida que tomé con convicción. Siempre fui independiente económicamente, y muchas veces el casamiento llega por la necesidad de que alguien te acompañe o te sostenga. Pero para mí, el matrimonio es un contrato, y nunca sentí esa necesidad”. Incluso bromeó sobre su pasado en las pasarelas que la acercaron aunque sea simbólicamente al altar: “Creo que desfilé tantas veces con vestidos de novia en mi época de modelo que es como si me hubiera casado 25 millones de veces. Ya viví la experiencia del vestido, de la fiesta, de todo eso, pero trabajando. Y nunca tuve ganas de hacerlo en mi vida personal”. Como consejo, dejó una enseñanza invaluable: “Cuando tomes una decisión, nunca preguntes a todo el mundo qué piensa. Porque si le preguntas a 10 personas, vas a recibir 10 opiniones basadas en sus propias frustraciones y miedos”, analizó, con la experiencia de vida como sostén. Así, en silencio y a contramano de la exposición pública de una de las partes, Teté Coustarot y Carlos Gaziglia construyeron un amor de veinte años con una relación basada en la complicidad, el respeto y la libertad. Y acaso sin proponérselo, demostraron que el amor verdadero no necesita etiquetas ni formalidades, sino simplemente la voluntad de compartir la vida con el otro.

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