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  • Argentina tan encantadora como sobrenatural

    Parana » La Nota Digital

    Fecha: 12/02/2025 12:54

    C. Parodi No solamente somos el más bello país del mundo sino que también contamos con enigmáticos lugares aterradoramente encantados. A no dudarlo, más allá de la coyuntura social y económica la sutil fragancia de la magia por fortuna nos rodea. Nuestro recorrido comienza por el Litoral, pantanosa tierra fértil de fábulas y nos adentramos más exactamente en los vaporosos esteros del Iberá cerca de Goya, en Corrientes. Bienvenidos a la Isla Fantasma Se cuenta que cuando fue vista por primera vez, la “Isla del Diablo” no pasó desapercibida para los aventureros. También ya era conocida por los habitantes como “Isla Fantasma”, dado que no tenía un paradero fijo en virtud de que caprichosamente a veces amanecía más orientada hacia el Norte y en otras más tirando al Sur. Sus primeros pobladores decían que cuando intentaban acercarse con sus canoas, se escuchaban alaridos infernales que los alejaban presas del miedo. Obviamente los escépticos socarrones que nunca faltan consideraban que esos gritos provenían de bandidos y de contrabandistas que hallaban en ese oscuro islote su refugio ideal. Pero otros, los supersticiosos y los inclinados a la posibilidad “ de”, los atribuían a espíritus malignos. Lo cierto es que la solución para terminar con esas sensaciones horripilantes llegó de la mano de un audaz fraile misionero cuyo nombre al menos hasta hoy se desconoce. Lo que se cuenta es que este sacerdote navegó solo en su canoa y con una cruz de madera bendijo las barrosas orillas de la “Isla Fantasma” de modo de acabar para siempre con su energía maldita. Sus lugareños señalan que desde entonces, el islote no se movió nunca más y las lúgubres voces que provenían de su espeso monte callaron para siempre, aunque todavía exista alguien que mientras atraviesa el río las siga escuchando de fondo, como una suerte de espectral banda de sonido. La historia regional y la memoria mágica de los pueblos relatan que la Congregación de los Jesuitas al ser expulsados de Misiones, rápidos de reflejos y antes de partir escondieron tesoros en una fortaleza que habían construido en medio de la selva. La llamaban “Emboré”. Solamente los padres Jesuitas tenían acceso a esta pequeña ciudadela y el detalle urbanístico era que sus casas no tenían puertas ni ventanas. “Embore” vivía su eterna soledad dentro de la inabarcable selva misionera. También se detallaba que la entrada era mediante túneles subterráneos cuyas bocas permanecían ocultas entre el follaje. Lo curioso es que al tratarse de una leyenda, no fueron pocos los ambiciosos aventureros que costearon expediciones con grupos de peones en busca del tan mentado tesoro. Una versión detalla que solamente una de esas excursiones había llegado a “Emboré” y regresaron a una despensa de ramos generales para reforzar su cargamento con herramientas y más hombres. Lo curioso es que una vez que emprendieron el viaje rumbo a “Emboré” jamás regresaron y desde entonces la leyenda acerca de esa mítica fortaleza Jesuita sigue permaneciendo oculta bajo el halo del misterio. El monstruo de la laguna verde La hermosa provincia de Salta aparte de sus bellezas naturales, cuenta con su propia y mágica mitología. Precisamente a la zona de Cachi hace ya muchos años llegó un hombre procedente de Suiza (hoy fallecido) y sin más construyó una especie de pista de aterrizaje de casi 50 metros de diámetro para darle bienvenida a todo aquel objeto volador no identificado que sobrevolara por los cielos salteños. Este curioso “Ovni-puerto” sigue siendo reducto de visita obligada para todo viajero que quiera sumar fotos a su album. También cerca de Cachi existe un sosegado pueblo llamado Seclantas que entre rulos de pastizales que sobrevuelan alrededor, tiene solamente cuatro o cinco cuadras de largo y una espectral geografía que es un misterio en sí misma. Cerca de la región hay un espejo de agua color verde profundo bautizado con el nombre de “Brealito”. Se trata de una laguna sobre la cual se tejen todo tipo de historias fantásticas. A los avistamientos de luces en el cielo que ya son un clásico de la zona, para darle más sabor a la fabulosa región se suma la leyenda de la fugaz aparición de un gigantesco y prehistórico animal. Podría ser considerado como un primo lejano de “Nessie” en Escocia o medio hermano de “Nahuelito” en Bariloche. Pero lo cierto es que su repentina aparición provoca burbujeantes remolinos en las verdosas aguas cuando asoma su largo y escamoso cuello, provocando el pavor de algún que otro pescador que sin dudarlo huye dejando la pesca para otro día y llevándose flor de susto a casa. (*) Escritor e investigador argentino.

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