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» Comercio y Justicia
Fecha: 12/02/2025 07:03
Por Luz Saint Phat /[email protected] Cada 11 de febrero se reflexiona sobre este tema en el orden internacional. Aportes de diferentes entidades revelan datos para contribuir a la igualdad de género en este ámbito Hace diez años, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 11 de febrero el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia en reconocimiento al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y la tecnología. En detalle, en su resolución del 22 de diciembre de 2015, la Asamblea aprobó una iniciativa que proclamaba este día internacional y destacaba las iniciativas llevadas a cabo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y otras organizaciones destinadas a respaldar a las mujeres científicas y promover el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Este trabajo de concientización y visibilización de las mujeres en el campo científico ha estado acompañado de múltiples acciones y recomendaciones internacionales, aunque todavía queda mucho camino por recorrer, según reconoció la misma ONU. Por ello, este año, la organización internacional enfatizó en que “la igualdad de género en el ámbito de las ciencias es crucial para construir un futuro mejor para todas las personas”, aunque advirtió de que “las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a barreras y prejuicios sistémicos a la hora de emprender carreras científicas”. “Cerrar la brecha de género en la ciencia requiere derribar estereotipos, promover modelos de conducta que inspiren a las niñas, apoyar el avance de las mujeres a través de programas específicos y fomentar entornos inclusivos mediante políticas y medidas que promuevan la inclusión, la diversidad y la equidad”, aseguró la ONU en un comunicado. Materia pendiente En relación al Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, la farmacéutica Pfizer también emitió un comunicado, en el que se refería a cuáles son los principales desafíos que se enfrentan en la actualidad. “La diversidad en el ámbito científico es fundamental para que la innovación sea representativa y alcance un impacto disruptivo. A pesar de los avances que se han logrado con el paso del tiempo, la brecha de género en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) sigue afectando principalmente a las mujeres”, dijo la doctora Agustina Elizalde, directora médica de Pfizer. “Por eso, es importante que las organizaciones líderes podamos darle continuidad a esta conversación y generar los estímulos educativos y laborales necesarios para cerrar esta brecha”, destacó la profesional. En relación a los desafíos, planteó lo siguiente: – La brecha de representación en la investigación. En su misiva, la farmaceútica recuperó datos de la Unesco, los cuales revelan que solo 1 de cada 3 (33%) de los investigadores científicos a nivel global son mujeres. El número es más alentador en América Latina, donde el 45% de los investigadores son mujeres. “Sin embargo, la brecha crece a medida que nos acercamos a roles de mayor liderazgo en el sector: las mujeres tienden a tener carreras más cortas, tienen menor representación en las revistas científicas y los incentivos para su ascenso son menores”, explicó la compañía. “Como médica y mujer, creo necesario darle visibilidad a esta temática ya que la representatividad no sólo tiene que ver con ocupar un cargo, sino con la perspectiva que diferentes personas pueden aportar en la toma de decisiones o en la realización de un proyecto a fin de que tenga un impacto real en quienes lo necesitan” dijo por su parte Elizalde. – El acceso limitado a puestos de liderazgo. Por otro lado, el comunicado también alertó sobre que menos de 12% de los miembros de academias científicas en el mundo son mujeres y señaló que esta falta de representación en posiciones de liderazgo podría afectar la toma de decisiones sobre temas de salud prioritarios. En detalle, indicó Pfizer, en el ámbito de la salud, las mujeres realizan más tareas de cuidado que los hombres a pesar de representar la mayor parte de la fuerza de trabajo del sector (67% a nivel mundial). – Sesgos en la visibilidad y el reconocimiento. En este punto, se identificó que las mujeres científicas son citadas con menos frecuencia en el discurso académico-científico. Además, hasta la fecha, solo 22 mujeres han sido galardonadas con un premio Nobel en una disciplina científica. “Desde nuestra posición, debemos ser actores clave en la eliminación de barreras, apoyando la educación de las mujeres en las áreas STEM y promoviendo entornos laborales que favorezcan el desarrollo profesional sin limitaciones de género”, exhortó Elizalde. Recomendaciones Por otro lado, especialistas de la Universidad Hospital Italiano de Buenos Aires (Uhiba) también reflexionaron sobre el papel de las mujeres en el sector y compartieron recomendaciones para incentivar el espíritu científico en las generaciones futuras. “Ser investigadora científica implica no es solo realizar estudios y experimentos, sino también aportar voces y enfoques únicos que enriquecen el proceso científico, tales como la equidad y justicia social, y problemas específicos como salud reproductiva y acceso a la educación”, afirmó la directora de la Subsecretaría de Investigación Socioeducativa de la Uhiba, Karin Kopitowski. Por su parte, la coordinadora del Área de Salud Poblacional de la Secretaría de Investigación de la Uhiba y autora de Cómo escribir un artículo científico en medicina, Silvana Figar, señaló que “fomentar la participación de mujeres en la investigación científica no es solo un deber ético, sino que también es esencial para el avance del conocimiento y el desarrollo sostenible”. “A nivel local y global, las políticas de igualdad de género, las becas destinadas a mujeres científicas y los programas de visibilidad y apoyo desempeñan un papel fundamental en la reducción de la brecha de género en el ámbito científico”, aseguró la universidad y observó que “estas iniciativas no solo promueven el acceso equitativo a la educación y a oportunidades profesionales, sino que también contribuyen a derribar barreras relacionadas con estereotipos de género y a garantizar una mayor representación femenina en posiciones de liderazgo e investigación”. En esta línea, ambas académicas destacaron la importancia de promover la educación y participación de las futuras generaciones en el ámbito científico, desde edades tempranas. En referencia a este tema, las científicas realizaron cuatro recomendaciones: – Fomentar la curiosidad. “La investigación científica comienza con una mente curiosa. Es importante animar a las futuras generaciones a hacerse preguntas, explorar su entorno y buscar respuestas sobre cómo funcionan las cosas es esencial para estimular su razonamiento”, señalaron y agregaron que “los experimentos en casa, como observar plantas crecer o explorar el mundo de la química con materiales seguros, pueden despertar interés”. – Desarrollar habilidades de observación y análisis. “La capacidad de observar fenómenos y analizarlos es fundamental en la ciencia. Fomentar la lectura, la escritura, y el pensamiento crítico ayudará a desarrollar estas competencias”, explicaron Kopitowski y Figar. “Las niñas pueden investigar temas de su interés, leer libros de divulgación científica y discutir lo aprendido”, dijeron. – Fomentar la pasión por la ciencia. “Es importante que se sientan cómodas y entusiasmadas con la ciencia, especialmente en áreas donde las mujeres históricamente han sido menos representadas, como las matemáticas, la física o la ingeniería”, indicaron e invitaron a “mostrarles ejemplos y ayudarlas a entender que las mujeres han hecho grandes contribuciones a la ciencia las animará a seguir sus sueños”. – Participar en actividades extracurriculares. En esta línea, las científicas recomiendan “buscar clubes de ciencia, ferias científicas y actividades fuera del aula”, ya que pueden ser “muy útiles” para fomentar el trabajo en equipo, la resolución de problemas y el pensamiento independiente. DATOS CLAVES Una radiografía mundial Según un estudio de la ONU en 2022, una de cada dos científicas ha declarado haber sufrido acoso sexual en el trabajo, lo cual revela la urgente necesidad de un cambio en la estructura y la cultura de los lugares de trabajo científicos. A medida que las mujeres avanzan en sus carreras científicas, la brecha de género se acentúa. En las estructuras de gestión de la investigación, la proporción de mujeres en puestos directivos sigue siendo desproporcionadamente baja, también según datos de la ONU. Por otro lado, en campos de vanguardia como la inteligencia artificial, solo uno de cada cinco profesionales (22%) es una mujer. A pesar de la escasez de competencias en la mayoría de los campos tecnológicos que impulsan la denominada “cuarta revolución Industrial”, las mujeres siguen representando sólo 28% de las personas graduadas en ingeniería y 40% de los licenciados en informática y computación. LOGRO AMBIENTAL La investigadora de la UNC Sandra Díaz recibió un importante galardón internacional Sandra Diaz Sandra Díaz, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), fue distinguida con el Premio Tyler al “Logro Ambiental”, uno de los más importantes reconocimientos en esta área. El galardón fue compartido con el antropólogo brasileño-estadounidense Eduardo Brondízio. Son las primeras personas de América del Sur en recibir este galardón, que ha reconocido a figuras como Jane Goodall, Jared Diamond, Eugene Odum y Mario Molina, entre otros. El comité del premio calificó a Díaz y Brondízio como dos “poderosas voces del Sur Global” en materia de ecología. Ambos investigadores estudian el entrelazamiento de los seres humanos con la naturaleza, y buscan promover políticas, modelos de negocio e individuos que reconozcan su dependencia y responsabilidad compartida en la “trama de la vida”. El premio Tyler fue establecido por John y Alice Tyler en 1973 y sus fondos son administrados por la Universidad del Sur de California. Algunos lo consideran como “el Nobel del medio ambiente”. Díaz es investigadora superior del Conicet en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, Imbiv (Conicet-UNC) y docente investigadora en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC. Ha recibido importantes distinciones como ser miembro de las academias de ciencias de Estados Unidos y de Francia; el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2019; y la medalla de la Sociedad Linneana de Londres (Linnean Society), la sociedad de historia natural más antigua del mundo. “La creciente narrativa de que el beneficio privado debe tener prioridad sobre el bien común, es extremadamente peligroso para nuestro futuro compartido. Si estas narrativas se afianzan y se expanden, corremos un grave riesgo de perder la oportunidad de asegurar un futuro mejor”, comentó la académica durante la conferencia de prensa que anunció su premiación. Además, Díaz aseguró que la crisis de la naturaleza, la crisis climática y la crisis de desigualdades sociales inaceptables tienen una misma raíz: “la simple y antigua codicia a una escala masiva. Este modelo de relación con el planeta ve a otras formas de vida e incluso a otros seres humanos como meros objetos a explotar para obtener el máximo beneficio”, enfatizó.
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