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» Comercio y Justicia
Fecha: 12/02/2025 07:02
Por Sergio Castelli (*) y Candela Saieg (**), exclusivo para COMERCIO Y JUSTICIA En la industria de los videojuegos, es bien conocido que Nintendo es una de las compañías que ha estado envuelta en múltiples conflictos legales relacionados con su marca, el uso no autorizado de sus consolas y litigios sobre sus derechos de propiedad intelectual. Precisamente, este último aspecto es el que abordamos hoy, ya que la firma japonesa, reconocida por su extenso historial de demandas ganadas, ha sufrido una derrota frente a un negocio costarricense. La disputa involucra a un supermercado llamado “Súper Mario”, el cual recibió una amenaza para que dejara de usar ese nombre, pero finalmente, Nintendo no logró ganar el caso. El 22 de marzo de 2024, Nintendo emprendió acciones legales contra la tienda costarricense Súper Mario, un establecimiento dedicado a la venta de alimentos básicos, fundado en 1973, es decir, doce años antes del lanzamiento de Super Mario Bros., el icónico videojuego de la compañía japonesa. Esta tienda, que opera desde hace más de 50 años, fue acusada por Nintendo de utilizar su marca registrada, lo que llevó a un enfrentamiento legal entre la multinacional y el pequeño comercio costarricense. A pesar de la disparidad en tamaño y recursos, José Mario Alfaro González, propietario de la tienda junto a su hijo, decidió no ceder ante las demandas de la gigante del entretenimiento y defender su derecho a seguir utilizando el nombre de su negocio. Lo que comenzó como una amenaza legal por parte de Nintendo se transformó en un proceso judicial que se extendió durante casi un año. A lo largo de este complicado camino, Alfaro contó con el respaldo de su abogado, José Edgardo Jiménez Blanco, quien desempeñó un papel fundamental en la defensa del caso. La lucha fue ardua, ya que tuvieron que revisar y analizar una gran cantidad de documentos legales, pero, finalmente, lograron una victoria inesperada ante el Registro Nacional de Costa Rica, el organismo encargado de la resolución del litigio. Aunque Nintendo tiene registrada la marca Súper Mario en una amplia variedad de sectores, tales como videojuegos, ropa, artículos de colección, juguetes, accesorios escolares y adornos, no posee la marca registrada en el ámbito de los abarrotes o la venta al por mayor de alimentos. Esta distinción fue el factor clave que permitió a Súper Mario, la tienda costarricense, salir victoriosa en este enfrentamiento legal. “Ellos tienen la marca registrada en un montón de categorías, pero no en la venta de abarrotes, y eso fue lo que permitió que el Registro Nacional fallara a nuestro favor”, explicó Alfaro en una publicación realizada en su cuenta de Facebook, compartiendo su alegría y el alivio de haber logrado la victoria. El empresario también relató cómo, en un momento, él y su abogado consideraron rendirse, debido a la magnitud de la disputa y la cantidad de documentos legales presentados por Nintendo, que buscaba asegurarse el triunfo en el juicio. “Pensamos en tirar la toalla. ¿Cómo íbamos a ganar contra semejante monstruo comercial? Más aún con la cantidad de documentos legales que nos presentaron. Pero, afortunadamente, Edgardo y yo nos mantuvimos firmes”, afirmó Alfaro. La resolución favorable, que les llegó recientemente, representó no solo un triunfo legal, sino también un reconocimiento de la importancia del negocio familiar y su valor en el mercado costarricense. El dueño de Súper Mario no ocultó su emoción al recibir la noticia de la victoria. “Este es un paso gigante hacia la visión que tenemos”, destacó, subrayando que el hecho de que una empresa de la talla de Nintendo decidiera tomar medidas legales contra ellos es una muestra clara de que su tienda ha comenzado a hacerse notar. “Que una compañía tan grande se ponga tan quisquillosa con nosotros es un indicio de que estamos en el camino correcto”, concluyó el comerciante, quien a pesar de las dificultades y de la feroz batalla legal, pudo mantener la operación de su negocio y seguir adelante con su visión de éxito. (*) Agente de la Propiedad Industrial (**) Abogada
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