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  • El Bolsón: especialistas explican las causas de los incendios que azotan a la localidad :: Asdigitalnews

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    Fecha: 09/02/2025 22:50

    Los incendios en El Bolsón ya arrasaron con más de 100 viviendas y cerca de 3000 hectáreas. En el lugar trabajan alrededor de 300 profesionales y cientos de vecinos autoconvocados para frenar los focos. En redes sociales, el gobernador Alberto Weretilneck sostuvo que se trata de un hecho intencional y delictivo: "Con las pruebas reunidas, podemos confirmar que fue intencional. No vamos a permitir que esto quede impune". Sin embargo, esta situación no es exclusiva de la provincia rionegrina y se replica en algunos puntos de Chubut y Neuquén. En total, si se tienen en cuenta los diferentes focos en las tres provincias, ya hay cerca de 20 mil hectáreas arrasadas por el fuego y superan a las 16 mil quemadas en California a principios de 2025. Para conocer en profundidad las causas de los incendios en El Bolsón, dialogamos con dos especialistas, que además son vecinos de la zona. En este sentido, ambos coinciden en que no existe una sola explicación, ya que se combinan fenómenos naturales, negligencia humana e intencionalidad. Además, hacen hincapié en el crecimiento poblacional y el rol del cambio climático. "La mayoría de los incendios que ocurren en el siglo XXI en Patagonia y en el resto de Argentina tienen orígenes antrópicos, es decir, vinculados a actividades humanas. Si bien hay fuegos que se inician por cuestiones naturales como la caída de rayos, las tormentas eléctricas aumentaron su frecuencia en los últimos años producto del cambio climático. Por lo tanto, además de los hechos intencionales, hay negligencia, falta de control y planificación", cuenta Mariano Amoroso, doctor en ciencias forestales e investigador del Conicet. Los incendios que afectan a El Bolsón se ubican en Mallín Ahogado, a 10 kilómetros del centro, una zona rural que en los últimos años se pobló con nuevos habitantes que buscan otros modos de vida alejados de las ciudades y con mayor contacto con la naturaleza. Sin embargo, este proceso se llevó a cabo sin una regulación orientada a la preservación del bosque y la prevención de estos eventos. "Muchas veces se construyen casas en bosques de pino que son muy inflamables y son pocas las que tienen servicios de jardinería y mantenimiento. Entonces, esas poblaciones rurales que crecen son las más vulnerables y las más expuestas a los incendios. Por algunos lugares el fuego pasa como llamaradas y deja un desastre social y ambiental", señala Agustín Quesada, doctor en ciencias geológicas, que ayudó a combatir los incendios junto a una cuadrilla de voluntarios. En esta línea, Amoroso detalla que, en los últimos 20 años, hubo un movimiento de familias desde los centros urbanos hacia sectores más rurales, lo que generó zonas de transición entre las áreas densamente pobladas y las naturales. "Esto está altamente relacionado con el aumento de este tipo de incendios, que obviamente no ocurrían hace algunas décadas. A medida que el crecimiento poblacional se mete en las áreas naturales, crece la probabilidad de actividad humana con los riesgos que esto conlleva. De alguna manera, es construir una casa adentro de una caja de fósforos", advierte. En este sentido, los investigadores coinciden en que hay problemas de infraestructura y un uso indebido del espacio. Por ejemplo, incendios anteriores en la zona se generaron por personas que hicieron un fogón en un camping o por una familia que cocinó torta fritas en medio del bosque y dejó el fuego encendido. En otro de los casos previos, un tendido eléctrico se cayó sobre el bosque y originó un foco de gran magnitud. A su vez, en el caso de El Bolsón, tampoco se descarta la hipótesis de que el incendio fue provocado con fines relacionados a intereses inmobiliarios vinculados al crecimiento poblacional que hay en la zona. No obstante, se registran focos intencionales desde la llegada de los primeros colonos a fines del siglo XIX para modificar los bosques y convertir esos espacios en tierras aptas para la agricultura. Clima que cambia y Estado ausente Al igual que en el resto del mundo, las condiciones climáticas también se modificaron en los últimos años para el norte de la Patagonia. En este aspecto, Amoroso (quien también es docente en la Universidad Nacional de Río Negro) resalta que las condiciones de baja humedad y altas temperaturas elevan el riesgo de generación y persistencia de los incendios. "Llevamos cuatro veranos súper calientes y secos. Estamos por debajo de las precipitaciones históricas y muy por encima de las temperaturas promedio, con muchos días de 30 grados, algo de lo que no hay registros tan altos en todo el siglo pasado". Por su parte, Quesada subraya que se trata de un fenómeno que excede a la Argentina y que se manifiesta en distintos lugares del mundo, que van desde Australia hasta Estados Unidos. "Evidentemente, lo primero que hay es un clima que está cambiando, donde las lluvias son cada vez más intensas, pero más restringidas en cierto momento. Por ejemplo, en la Comarca Andina hay seis meses que es un aguacero y seis meses que es un desierto". A las consecuencias del cambio climático se le suma el desfinanciamiento del Plan Nacional de Manejo del Fuego, cuyos servicios provinciales se ven afectados por la baja cantidad de elementos para combatir los incendios y la precariedad laboral de los brigadistas, que todavía no tienen contratos garantizados. "Lo que está ocurriendo no es aleatorio. Los fondos y las estructuras que tenemos no alcanzan, y esto tiene que ver con que todo el panorama ha cambiado. Quizás eran suficientes hace 25 años, pero hoy estamos frente a incendios de otra magnitud y de otra frecuencia, que hace que haya que reformularse todo", reflexiona el científico del Conicet.

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