10/02/2025 22:45
10/02/2025 22:45
10/02/2025 22:45
10/02/2025 22:41
10/02/2025 22:40
10/02/2025 22:37
10/02/2025 22:36
10/02/2025 22:36
10/02/2025 22:34
10/02/2025 22:33
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/02/2025 04:37
Janine Driver fue convocada por el FBI para entrenar a los agentes en lenguaje no verbal A los 16 años, Janine Driver aprendió una lección que, aunque no lo supiera en ese momento, le cambiaría la vida: la gente, dice hoy, te muestra quién es antes de decírtelo. Fue una madrugada de junio de 1986, bajo una lluvia torrencial, que salió de su casa sin avisar a sus padres. Eran las 5 y cuarto de la mañana y pedaleaba con apuro a su trabajo en un local de donas. Necesitaba cobrar su cheque antes de viajar a un campamento. En una calle desierta, un auto se le acercó despacio. Bajó la ventanilla y un hombre se asomó. “Poné tu bicicleta en el asiento de atrás. Te llevo a tu casa”, le dijo. Janine sintió un escalofrío. Algo en la forma en que el hombre le hablaba, en cómo movía su cuerpo, encendió sus alarmas internas. No podía girar ni escapar. Pero a dos cuadras había un banco con cámaras de seguridad. Si lograba llegar hasta ahí, al menos quedaría un registro de quién era ese hombre. Pedaleó con todas sus fuerzas mientras el auto la seguía. Al llegar, vio una cerca rota detrás de un edificio. Se tiró y rodó por una colina de tierra hasta llegar a la superficie y correr a un teléfono público para llamar a la policía. Aquella noche se le grabó en la memoria. No solo porque pudo haber sido secuestrada, sino porque comprendió que el peligro no siempre viene de lo que se dice, sino de lo que el cuerpo revela. Un par de años después, su curiosidad la llevó a estudiar comunicación. No le interesaba la aplicación de la ley, sino el comportamiento humano. ¿Por qué la gente miente? ¿Cómo delatan sus verdaderas intenciones? ¿Hay forma de detectarlo? Se obsesionó con la relación entre el lenguaje, los gestos y las emociones. Pero fue su ingreso a la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) lo que llevó su conocimiento al siguiente nivel. “En el mundo del crimen, las palabras engañan, pero el cuerpo nunca miente. Me volví tan buena leyendo a la gente que el FBI me tomó prestada por un año para capacitarlos”, dijo Driver en diálogo con Infobae. Driver es una conferencista internacional reconocida por su análisis del lenguaje no verbal Driver perfeccionó su habilidad para descifrar el lenguaje corporal hasta el punto de detectar con ínfimo margen de error cuándo alguien ocultaba información, cuándo un sospechoso estaba a punto de huir o cuándo alguien mentía. “El lenguaje corporal no es solo una habilidad blanda: es un arma”, afirmó. El poder de leer a las personas, dice, cambió su vida. Ya no se trataba solo de resolver crímenes, sino de enseñar a otros a protegerse y a entender lo que realmente dicen quienes los rodean. Hoy, Janine Driver es una de las principales expertas en comunicación no verbal del mundo. Entrenó a fuerzas de seguridad, empresarios y líderes mundiales en el arte de interpretar el lenguaje corporal. Su visión es clara: “Las palabras pueden mentir, pero el cuerpo siempre dice la verdad”. Lo que el cuerpo dice (o cómo detectar una mentira) Driver aclara que leer el lenguaje corporal no significa que se pueda detectar una mentira con absoluta certeza, pero sí permite tener indicios más claros sobre las emociones e intenciones reales. “El cuerpo siempre habla, aunque la persona quiera ocultarlo. La clave está en prestar atención a los detalles y analizar el contexto en el que ocurren estos gestos”, consideró la especialista. Saber interpretar el lenguaje corporal puede revelar mucho sobre lo que realmente piensa o siente una persona. Al margen de las particularidades de cada uno, hay ciertos gestos universales que dan pistas sobre la verdad que se esconde detrás de las palabras. La rigidez y los gestos de tensión El cuerpo reacciona ante la tensión de manera involuntaria. “Cuando una persona miente, es frecuente que se ponga rígida, como si intentara controlar cada uno de sus movimientos”, explicó Driver. Ese tipo de reacción puede manifestarse en la rigidez del cuello, la falta de movimiento en los brazos o una expresión facial más tensa de lo normal. A su vez, el encogimiento de hombros es un gesto que indica incertidumbre. “Es la señal universal de la falta de compromiso”, sentenció. Si alguien lo hace mientras manifiesta estar seguro, demuestra una contradicción evidente entre su discurso y su lenguaje corporal. Indicadores en la mirada y el rostro El contacto visual es un factor clave al analizar la veracidad de un discurso. “Contrario a lo que muchos creen, un mentiroso no siempre desvía la mirada; a veces la mantiene fija en un intento de convencer. Lo importante es observar si la mirada acompaña naturalmente la conversación o si parece forzada”, señaló. También hay gestos involuntarios que pueden delatar incomodidad. Tocarse la nariz, frotarse los ojos o incluso cubrirse la boca son indicios de que el interlocutor podría estar ocultando algo. “El gesto de cubrirse la boca es casi instintivo cuando alguien dice algo que sabe que no es del todo cierto”, agregó. Driver se convirtió en una experta en la detección de patrones de engaño Otra reacción común ante la mentira, siguió Driver, es el parpadeo excesivo o la sequedad en la boca. Los síntomas físicos pueden decir mucho cuando se combinan con otros indicios de nerviosismo o inseguridad. Movimientos del cuerpo y coherencia gestual El lenguaje corporal no se limita al rostro o las manos. La postura y la dirección de los pies también pueden revelar mucho sobre una persona. “Si alguien quiere irse de una conversación, sus pies suelen apuntar hacia la salida, aunque su torso esté orientado hacia su interlocutor”, explicó la especialista. Además, uno de los errores más comunes al mentir es que los gestos y las palabras no coincidan. Si alguien dice “no” mientras asiente con la cabeza, o viceversa, es una fuerte señal de incongruencia. El reflejo del suspiro En promedio, suspiramos unas 12 veces por hora, casi una vez cada cinco minutos. Sin embargo, cuando las personas están estresadas, bajo presión u ocultan algo, su cuerpo necesita más oxígeno. Por eso, los mentirosos suelen suspirar más de lo habitual. Por otro lado, algunos hacen lo contrario: se olvidan por completo de respirar. “Cuando mentimos, nuestro cerebro presiona inconscientemente el botón de pánico y el cuerpo se prepara para sobrevivir: la presión arterial aumenta, la adrenalina se dispara y la respiración se vuelve superficial o se detiene por completo”, advirtió. “¿Alguna vez le hiciste una pregunta directa a alguien y lo viste congelarse por un segundo antes de responder?”, ejemplificó. Esa pausa en la respiración no es solo una vacilación: es el cuerpo preparándose por instinto para una posible confrontación, de acuerdo a Driver. La palabra “obviamente” Cuando alguien usa la palabra “obviamente” en una oración, rara vez se debe a que algo sea realmente obvio. En cambio, suele ser un escudo verbal, una forma de acallar las dudas antes de que surjan. “Los mentirosos usan ‘obviamente’ para forzar un acuerdo sin aportar pruebas”, señaló. Un ejemplo típico sería: “Obviamente, no tuve nada que ver con eso”. Cuando alguien dice “obviamente”, cabe preguntarse: si fuera realmente obvio, ¿por qué tendría que aclararlo? “El cuerpo siempre habla, aunque la persona quiera ocultarlo”, repite una y otra vez Driver, como si se tratara de un mantra. La primera vez que reconoció el lenguaje corporal fue aquella madrugada en su bicicleta. Años más tarde, esa misma intuición, ya ahora afinada por el entrenamiento, la llevó a convertirse en una de las máximas referencias en lenguaje no verbal, incluso a ser convocada por el FBI. Driver cree que aprender a leer las señales no solo ayuda a detectar engaños, sino también a comprender mejor el entorno, entender a las personas que nos rodean. No se trata de desconfiar de todos, dice, sino de desarrollar una habilidad que puede ser invaluable tanto en la vida cotidiana como profesional. Ella está convencida de que los gestos siempre expresan más que las palabras.
Ver noticia original