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  • Por qué los cines pasan cada vez menos películas subtituladas

    » La Capital

    Fecha: 09/02/2025 19:49

    Es cada vez más común. Se estrena una película esperada. Llega a los cines de Rosario. Los cinéfilos corren a ver los horarios y se sumen en la más profunda decpción: casi todas las funciones son dobladas . Las que llevan subtítulos suelen estar perdidas casi en la trasnoche de un día de semana. Hoy hay menos films en idioma original, y son cada vez son más de nicho . ¿Qué pasó? La respuesta está tanto en el cambio de hábitos de consumo , como de producción del cine , y otros factores socioculturales . En la primera entran la cultura del audio provocada por las redes y plataformas (WhatsApp, Tik Tok, Instagram, YouTube) en detrimento del texto, la percepción de la lectura como un "obstáculo para el disfrute" por los espectadores , y en la segunda la máquina de Hollywood de producir tanques como las franquicias de Marvel o las sagas animadas , en las que poco importan las voces de los actores. El cambio es abismal. Según algunas fuentes del sector, la proporción a favor de las funciones en castellano es muchas veces de 90% a 10% o 95% a 5%. Hasta hace unos años, era de 60% a 40% o 70% a 30% , según el tipo de cine y su ubicación. Lo usual era que las películas para niños tuvieran casi todas las funciones dobladas, ya que no todos tienen la gimnasia lectora necesaria para seguir la velocidad de los subtítulos. Ahora esa tesis se impregnó sobre prácticamente todas. Degradación El cambio comenzó gradualmente. "Argentina hasta hace 20 años seguía siendo el faro cultural de Latinoamérica en materia cinematográfica. Históricamente tuvo un alto consumo de cine europeo y de películas norteamericanas de primera línea con respecto a Chile, Brasil, Uruguay e incluso Mexico. Con el tiempo, lamentablemente la degradación cultural ha ido bajando ese consumo", contó Adrián Ortiz, programador de más de 200 cines en todo el país, que en Rosario asesora al complejo de cines Nuevo Monumental. Según su relato, ese público ha ido perdiendo presencia en salas por un tema de edad, y las películas en su idioma original comenzaron poco a poco a ser una preferencia de pocos. "Los grandes directores que dirigían para los que tenían 40 y hoy tienen 60, que hablaban de cierto tipo de temáticas generales, ya no están. Hace unos 10 años Hollywood y Europa cambiaron la mirada sobre el público, y eso hace que haya menos películas y opciones. Hoy se filma para la masa, un público amplio para poder vender tickets, franquicias o licencias", detalló. proyeccion_cine.jpeg Ese espectador, según Ortiz, disfruta de los grandes efectos audiovisuales, del despliegue en pantalla, y toma leer como un trabajo incómodo: "Eligen historias sangrientas, autos a alta velocidad, policías y ladrones, y superhéroes. Marvel, sagas como Rápido y Furioso y películas animadas son los grandes imanes para llevar gente al cine. Películas en las que no importa si tiene la voz original del actor. Son productos envasados y creados para un público más mainstream que quiere vivir la magia de la oscuridad, el sonido envolvente 7.1 y la pantalla gigante", desarrolló. Sumado a esto, surgió el doblaje de español neutro y los niños se acostumbraron a esas tonalidades. La Ley de Doblaje de 2013, que obligó a emitir películas y series por televisión dobladas al español por actores y locutores locales, quizás hizo su parte en este cambio cultural de las audiencias. Y paralelamente, la tecnología hizo lo propio. "Las nuevas plataformas hicieron que cambie el hábito de consumo, porque cada vez preferimos más lo auditivo en vez de leer. Lo audiovisual impacta más desde lo hablado que desde el subtitulado. Los celulares y las notificaciones disputan la atención y hacen más difícil la concentración, entonces el doblado se hace vuelto el estándar, cuando antes era la voz original del artista, porque tiene una expresión artística irreproducible", afirmó. >>Leer más: El bar rockero de Pichincha que rescata y reivindica al cine clásico La cartelera de Rosario Un repaso por la cartelera de los cines comerciales de Rosario vale de muestra. En el complejo Nuevo Monumental hay ocho películas. Todas están dobladas (0%). En Cinépolis de 17 películas en cartelera, solo 3 (17%) tienen opciones con subtítulos. En Cinemark Hoyts, de 18 films, 3 (16%) se exhiben con alguna función en idioma original. Las proporciones más equilibradas las muestran Cines del Centro (históricamente inclinado hacia el cine arte y que hoy tiene una programación mixta con blockbusters masivos), en donde de siete películas, tres (43%) son con subtítulos y cuatro dobladas. Lo mismo sucede en el nuevo complejo Las Tipas: 6 de 12 (50%) tienen funciones en idioma original, y en Showcase, donde de 19 películas, 11 (58%) tenían opciones subtituladas, la mayoría con una función nocturna después de las 22 o entre las 14 y las 15. Así, el público que busca subtitulado se volvió de nicho. "Es un grupo pequeño de gente que lee, se informa y tiene un interés cultural. También hay menos directores que cuentan una historia que justifique ser subtitulada. Al año, en los cines de más de 6 pantallas hay un promedio que supera los 150 estrenos. De esas, son muy pocas las películas que valen la pena pasar en idioma original. En Monumental, si son 5 funciones diarias, le doy una sola al día la primera semana, y ya la segunda todas en castellano porque no va casi nadie", reconoció. Las plataformas como Netflix, o las especializadas como Mubi, aportan otro factor: muchos interesados esperan a que lleguen al catálogo para poder verlas con subtítulos, cuando quieren y en la tranquilidad de sus casas. "Los cines hacen que vos te tengas que acomodar a su horario. La oferta de una sola función a las 15 o 22.30 hace que se achique ese público joven adulto. Hubo una gran disminución en la última década. Es un círculo vicioso, los expulsamos", manifestó Ortiz. >>Leer más: Abrió Las Tipas, el nuevo cine de la ciudad Educación "Al que le gusta el cine, por supuesto que va a querer verla en idioma original, pero hay una nueva camada de chicos que no saben leer bien o interpretar textos. Esta decadencia educativa hace también que se haya hecho una costumbre, hasta por comodidad, que el público grueso elija las dobladas. Pasa esto con las de aventuras y superhéroes: el público pochoclero no quiere leer porque mientras come, se pierde lo que pasa en la pantalla", definió Daniel Grecco, gerente de Cines del Centro. Grecco recordó que hasta los años 80, el 80% de las películas llegaban subtituladas. Después empezaron a llegar más doblajes. Pero en los últimos 10 años, las copias digitales permitieron ahorrar costos y facilitaron el proceso, dando la posibilidad de ponerla en idioma original o con doblado; lo que antes requería tener dos copias. Eso inclinó la cancha. "Hace 5 años en el Monumental hicimos una prueba: pusimos la misma película en dos salas al mismo tiempo. El 70% de la gente fue a la doblada y el 30% a la subtitulada. Después de eso el dueño quería que ponga todo en castellano", recordó. Hoy, estima que hay una mitad de su público que prefiere doblada y otra mitad subtitulada. Por eso, si se trata de una película fuerte en la expectativa de convocatoria, en su cine elige dejar la posibilidad de dos horarios subtitulados y dos dobladas. "Nosotros tenemos suerte de estar en la Argentina, donde te dejan exhibir las películas subtituladas. En Italia, Francia y España, todas tienen que estar dobladas sí o sí para darle trabajo a los actores. Afortunadamente, todavía no se le ocurrió a ningún político", bromeó. >>Leer más: Una película argentina fue elegida la mejor del siglo por especialistas de todo el mundo Geografía y clase Los expertos coinciden: un cine se programa distinto según dónde esté. En los cines periféricos hay más doblaje, y en los barrios céntricos y de clase alta hay más funciones subtituladas. Ruiz aclaró: "No es un tema de opinión. Ya se probó al revés y no anduvo". "El público de los barrios que llega en colectivo o moto, caso Monumental o Cinepolis, la quiere en castellano. Los adolescentes de la periferia (son muy fanáticos de las de terror) no quieren ver películas subtituladas. Los adultos a lo mejor no van muy seguido al cine, pero cuando van hacen el esfuerzo y son los que más gastan porque le dan el gusto a los chicos con gaseosas, pochoclo y golosinas", subrayó Grecco. En tanto, explicó que "el público mayor y del centro está acostumbrado a ver todo subtitulado, más en el nuestro donde pasamos cine europeo. Y otra cosa es el horario: a la tarde va el público grueso, y a la noche va el público cinéfilo. El Showcase tiene el 60% de la torta y se da el lujo de tener mitad y mitad. Su público es el que tiene auto, de clase media alta, que se acerca interesado también por el shopping y la gastronomía", analizó el gerente de Cines del Centro. En este marco, su colega aportó un dato sobre los cambios de conducta social: "Antes para la gente era un hábito. Iba cada dos semanas a ver una película, era como ir a tomar un trago o cenar. Hoy no funciona tan así. Sale una secuela de Toy Story, se llenan los cines porque van todos en masa, y después se desinfla. Recién vuelven cuando sale otro título mainstream. Es como si hubiera una demanda grande por algo épico, que tiene que ver con la moda y la inmediatez", destacó Ruiz. >>Leer más: Una película rosarina fue nominada a los Premios Cóndor de Plata Contrapunto Pero hay contrapuntos. Un alto jerárquico de una cadena de cines nacional con presencia en Rosario consultado por La Capital negó el fenómeno. Sin embargo, cuando se le ofreció aparecer con sus dichos en este informe, prefirió mantenerse anónimo. Criticó la muestra elegida por no ser representativa ni extendida en el tiempo, pero no mostró ninguna que se le oponga. "No hacemos estadísticas de cuántas películas son dobladas y cuántas subtituladas", respondió en off. Sus argumentos fueron los siguientes: "Lo habitual es que films infantiles o familiares tengan algunas copias dobladas, pero todos están disponibles siempre en ambas versiones. Cada programador elije cuáles y cuántas poner de acuerdo a su entendimiento para satisfacer la demanda del público", mencionó. Ante la pregunta de si esa demanda había cambiado en los últimos años, dijo que no le constaba, pero no brindó mayores razones que sustenten su apreciación. "Creo que la gente decide si prefiere verla doblada o subtitulada por película, y está más bien vinculado al género, y a si el horario es matinée o noche. Las funciones en idioma original las prefieren las personas adultas en películas para adultos, por el contrario para películas familiares con chicos a los que se les dificulta leer, las prefieren dobladas", apuntó. Una retórica que, a la vista de lo que experimentan los espectadores que buscan películas con subtítulos y cada vez encuentran menos, tiene sabor a poco. La culpa no es de los cines, claro está, que se manejan con la ley de oferta y demanda. Pero está claro que algo ha cambiado. >>Leer más: Puerto General San Martín sumará un cine 4D a las atracciones del "Puerto de las Infancias"

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