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Parana » Inventario22
Fecha: 08/02/2025 13:40
La industria del vino está inmersa en un proceso de transformación profunda a nivel global. Las formas de producción y comercialización están siendo sometidas a juicio desde diversos enfoques, casi todos vinculados con la sostenibilidad y las buenas prácticas ambientales. Pero últimamente se está registrando una nueva etapa de esa transformación que involucra directamente a los usuarios y a las formas en que éstos consumen sus bebidas. Las nuevas tendencias inclinan la balanza hacia opciones más saludables, lo que significa más naturales, livianas, orgánicas, con menos alcohol o incluso sin alcohol. Esta adaptación es uno de los grandes desafíos que la industria enfrentará en 2025, según lo que declaran sus propios protagonistas. Esta preocupación desplaza a un segundo incluso las cuestiones vinculadas con los costos de producción y la evolución de los precios en un contexto inflacionario mundial. Estos cambios de hábitos de los consumidores de vinos sumaron más recientemente elementos nuevos. Uno es el cannabis, que en algunos mercados puntuales está relegando el dominio del alcohol como alternativa recreativa. Si bien esto se advierte con mayor intensidad en mercados más desarrollados en lo que hace a la legalización del uso de cannabis, como los Estados Unidos, la preocupación de los productores de vinos excede esas fronteras. Todas las bodegas que tienen a EE.UU como destino de sus exportaciones de vino están sufriendo en carne propia estos cambios. Y la Argentina no es la excepción. Sobre este fenómeno, la CEO de Wines of Argentina (WofA) en diálogo con Ámbito, alertó: “Además de la competencia de las bebidas alternativas, tenemos que hacer frente al gran factor del consumo de cannabis como elemento recreativo. Es una realidad que se ve mucho en Nueva York, donde antes era muy seguido encontrar retailers especializados de vino con una oferta espectacular y hoy en día esos retailers de vinos o de bebidas alcohólicas han desaparecido y lo que más se encuentra son diferentes negocios donde se pueden encontrar vaporizadores y otros elementos para el consumo de cannabis. Ahí hay una cuestión clara sobre las preferencias de las nuevas generaciones al momento de decidir cómo utilizan su tiempo y su dinero para recrearse”. Distintas investigaciones existentes indican que el aumento del consumo de cannabis afectará negativamente el consumo de bebidas alcohólicas. Entre las categorías vino, cerveza y licores, los analistas prevén que el vino será la bebida más amenazada por este cambio de costumbres. Según un estudio internacional divulgado en su momento en Argentina por el Observatorio Vitivinícola Argentina, el vino y el cannabis compiten por un tipo de consumidor que es consciente por el cuidado de la salud. Una proporción superior al 70% de los consumidores considera que la marihuana es más sana que el alcohol. Según un estudio de IWSR, el proveedor líder mundial de datos y análisis de bebidas, realizado en Estados Unidos, el consumo promedio de vino per cápita en los estados donde la marihuana estaba legalizada era casi el doble del promedio para los estados sin uso legal de marihuana. “La marihuana no va a reemplazar al vino que acompaña la cena. Pero la marihuana viene a competir por la ocasión de relajación y la ocasión social. Un vapeo podría reemplazar esa copa de vino después de un largo día de trabajo, y una caja de chocolates infundidos con marihuana podría reemplazar la botella de vino que se trajo a la fiesta en casa de un amigo”, concluye el informe. Los desafíos de la industria del vino para 2025 Un estudio reciente elaborado por el Instituto del Vino y las Bebidas de la Universidad de Geisenheim, a pedido de la organización alemana ProWein, hizo un repaso de los temas que inquietan a los productores de vino en el mundo. Para eso, la Universidad encuestó a finales de 2024 a más de 1.300 expertos de toda la cadena de valor mundial del vino. Estos expertos, que representan a más de 30 países, incluyen productores de vino de las principales regiones vitivinícolas de Europa y de ultramar, exportadores, importadores, comerciantes especializados en vino y representantes de los sectores de restaurantes, bares y hotelería. “La industria del vino se encuentra en una encrucijada. Aunque los peores efectos del aumento de los costos para los productores parecen haberse superado en la mayoría de los países, los productores y el comercio del vino se enfrentan ahora al reto de adaptarse a los rápidos cambios en las preferencias de los consumidores”, concluye la profesora Simone Loose, Directora del Instituto de Negocios del Vino y las Bebidas de la Universidad de Geisenheim. En ese sentido, el informe remarca que “el desarrollo de nuevos productos y la búsqueda de estrategias de comunicación innovadoras serán esenciales para garantizar que el vino siga siendo competitivo frente a otras bebidas. Para la creación de valor del sector, es crucial seguir transmitiendo los beneficios de los productos premium a los consumidores actuales y a la próxima generación”. Entre las preocupaciones del sector, el reporte enumera los retos económicos y los cambios en el comportamiento de los consumidores como los dos principales. La caída del poder adquisitivo de los consumidores y la recesión económica mundial siguen afectando al comercio mundial del vino. Pero aún así, casi la mitad de los productores y expertos del sector citaron como puntos críticos el descenso del consumo de vino debido a la preocupación por la salud y el cambio hacia bebidas alternativas. Este problema es especialmente pronunciado en Estados Unidos, Austria, Portugal y Alemania, según las respuestas de los involucrados en la encuesta. Otro de los desafíos enumerados en la encuesta de ProWein es el agotamiento del fenómeno de premiumización (preferencia por los vinos de más alta calidad) que se profundizó en las últimas dos décadas. Esta estrategia que acompañó otra modificación en los hábitos de consumo, permitió a las bodegas beneficiarse del crecimiento del valor comercial incluso cuando los volúmenes mundiales de vino se estancaron. Sin embargo, ahora la encuesta refleja un cambio radical de opiniones. Sólo la mitad de los expertos del sector cree que los vinos premium y superpremium son resistentes a las recesiones económicas. Además, el 50% del sector reconoce que los precios actuales de los vinos superpremium alcanzaron niveles difíciles de sostener, lo que pone un límite a su potencial de crecimiento. “La industria vitivinícola debe innovar y desarrollar estrategias para atraer a las generaciones más jóvenes, que acabarán sustituyendo a los actuales consumidores de vinos premium”, destaca. En este punto, la mayoría de las respuestas coinciden en que para atraer a nuevos segmentos de consumidores será vital lograr una adaptación de las estrategias de marketing y comunicación en ese segmento etáreo. “Establecer vínculos más sólidos entre los productos de calidad superior y la sostenibilidad, la integración de estilos de vida y las experiencias únicas será crucial para mantener la relevancia y garantizar el crecimiento a largo plazo en un mercado competitivo”, recomienda.. El año 2024 fue testigo de un cambio notable en el comportamiento de los consumidores, que aumentaron las compras de vinos ligeros, como espumantes, blancos, rosados y vinos con o sin alcohol. Le dieron la espalda al vino tinto. Y los expertos anticipan que ésta tendencia persistirá en los próximos años. Los vinos con bajo nivel de alcohol son más apreciados en el sur y el este de Europa, mientras que los vinos sin alcohol o desalcoholizados tienen un fuerte potencial de crecimiento en los Países Bajos, Alemania y Austria. En general, los tintos son catalogados como pasados de moda en relación con los vinos sin alcohol en muchos mercados, excepto en el sur y el este de Europa, donde siguen siendo más populares. Los vinos naturales y los naranjos tienen más adeptos en el Reino Unido/Irlanda, el sur de Europa y en Países Bajos. El informe de ProWein también pone de relieve que la concienciación sobre políticas más estrictas en materia de consumo de alcohol también ha crecido significativamente en las dos últimas encuestas, con un aumento de la preocupación del sector de unos diez puntos de índice cada año. En la actualidad, el 43% de los expertos considera que unas políticas más estrictas en materia de alcohol constituyen un reto clave. Esta preocupación es especialmente preponderante entre los minoristas de Bélgica y el Reino Unido/Irlanda, así como entre los productores del Nuevo Mundo, Austria y Portugal. Para hacer frente a estos retos será necesario coordinar los esfuerzos del sector, mejorar la comunicación y adaptar estratégicamente las carteras de productos, recomienda el estudio.
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