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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 07/02/2025 10:12
Por El Loco del Tablón Como siempre mirábamos televisión. La Porota, el Toto, el Abuelo y yo. Los cuatro de siempre. ¡Qué suerte tenemos!, pensé por un momento. Somos amigos de toda la vida, y cada semana nos juntamos un rato. Antes, cuando éramos más jóvenes, salíamos, íbamos a ver fútbol o automovilismo. Ahora las cosas cambiaron. El tiempo no quita ganas, pero roba posibilidades. La televisión mostraba periodistas comentando algunas jugadas de este o aquél partido. Mencionaban los nombres de algunos jugadores, técnicos que no logran encaminar al equipo que dirigen, dinero que gira en torno al fútbol con cifras que asustan... Claro está que hay otras cosas que sucedieron alguna vez y de las que pocos se acuerdan, o mejor dicho, nadie se acuerda de algunas estrellas que brillaron y ucho alguna vez. En este sentido el Abuelo tiró la primera. “Fue un 5 de febrero de 1969... Dos arqueros, dos de los mejores de la historia mundial, se enfrentaban por primera y única vez. Estoy hablando de Amadeo Carrizo y Lev Yashin. Argentino el primero, ruso el segundo, eran y son considerados inventores de estilos, aceptándose que le dieron al puesto del arquero un lugar que no tenía hasta que ellos llegaron. De Carrizo algunos decían que estaba terminado... ¡Pobres tipos!... Siempre abundaron los ´hombres sabios´ que terminaron pasando vergüenza por sus afirmaciones. En esa oportunidad lo contrató Alianza de Lima para que sea figura en ese partido. Yashin hacía una gira con su equipo, el Dynamo de Moscú. Ese día el estadio estaba repleto. El partido era amistoso y en Lima era tema obligado de conversación. El encuentro terminó 2-2, pero el resultado era lo de menos. Tras la decisión del árbitro de finalizar el encuentro, ambos guardametas, aplaudidos por el público, se unieron en el medio del campo de juego para saludarse. El ruso le dio a Carrizo su par de guantes. A esta altura, los aplausos se transformaron en ovación... Hace más de medio siglo de eso, pero los futboleros en serio, no olvidan”, indicó el veterano. Prendió un cigarrillo e intercambió una sonrisa con la Porota. “¿Se acuerda ustedes de Germán Roque Olsen Fontana?.... No respondan... Lo digo yo: no se acuerdan... ¿Saben cuántos lo olvidaron?... Muchos y es una pena”, indicó. Empezamos a acomodarnos porque sabíamos que el vetusto amigo comenzaría con una de sus historias. “Germán Roque Olsen Fontana nació en Entre Ríos, más precisamente en Viale, en el año 1925, aunque su familia vivió varios años en Sauce de Luna. De pibe le gustó el fútbol y, por supuesto, se prendía en los potreros, porque en aquellos tiempos había muchos potreros para jugar. ¿Me entienden?... Para jugar. Allí se aprendía lo que era una gambeta, un caño, un sombrero y el gusto de hacer un gol. Y no me digan nada, porque ya se que eran otros tiempos”, dijo. “Germán Roque Olsen Fontana creció, dejó Sauce de Luna donde estaba viviendo, y se fue a Paraná para ingresar en el club Peñarol de la capital provincial. De allí pasó a Patronato y jugando en ese equipo lo contrató Tigre. El entrerriano había llegado a Buenos Aires y al fútbol grande. Rácing le echó el ojo y compró su pase. Cuentan que en un viaje estudiantil de su escuela primaria a Buenos Aires, quedó impresionado por la imponente ciudad, prometiéndole a sus compañeros que algún día volvería pero como jugador de fútbol. Y no se equivocó. Volvió e hizo historia grande... Jugar en Racing no era poca cosa. Fue y es uno de los equipos importantes del país. En ese equipo terminó su carrera de futbolista en Argentina, porque el Real Madrid lo llevó a tierras europeas. ¡El Real Madrid!... Era uno de los equipos de luminarias que tenía y tiene el mundo futbolístico. Y allí se plantó el entrerriano”, narró. “Fue en el año 1951 que llegó a España... Hizo una gran carrera... Para más, cuando llegó al Real Madrid había dos argentinos que eran figuras: Alfredo Di Stéfano y Héctor Rial. Eso fue bueno porque no se sentía solo, pero además entre los tres formaron la delantera más productiva del Real. Después de una gran carrera en este club terminó jugando un año en un equipo menor: el Córdoba CF”, dijo. “Pero no abandonó el fútbol. Desde 1957 trabajó como DT. Primero lo hizo en el Córdoba CF, consiguiendo el primer ascenso a Primera División de esa institución. Después consiguió ascender también a Primera siendo DT del Elche. En la temporada 1983-84 volvería a conseguir otro ascenso con este equipo, lo que le permitió entrar en la historia de esta entidad. En 1987 volvería a dirigir al Córdoba, ya en 2ª División B.... Y hay más... Dirigió dos temporadas al Barcelona. En la primera el equipo quedó tercero en la Liga española de fútbol, pero ganó la Copa de Ferias. En su segunda temporada no consiguió ganar ningún título y pasó a dirigir al Deportivo La Coruña. También entrenó al Sevilla en dos etapas, al Real Zaragoza, al Celta de Vigo, al Cadiz y a Las Palmas entre otros equipos. En su último club como entrenador, Las Palmas, llegó relevando en el cargo a mitad de temporada a su compatriota Miguel Ángel Brindisi. El entrerriano obtuvo una serie de cinco victorias consecutivas que sacaron al equipo del descenso directo. Lamentablemente, su muerte ocurrida en junio de 1992, truncó la carrera. Pero fue un grande. En España se lo recuerda; sobre todo en el Real Madrid... ¿Cuántos argentinos se acuerdan de él?... Muy pocos”, dijo el veterano. “Por eso digo que hay estrellas que nos tocaron de cerca, pero mucho no las vieron o ya no las recuerdan. Aquí en Chajarí tenemos ejemplos a los que en su momento nos referimos. El Chano Soto es uno, el Zurdo Aquino es otro, Débora Garat en tenis y hay otros... Nosotros sabemos de ellos, pero ¿cuántos los recuerdan en el país?... Es así hermano, es así”, dijo mientras apagaba casi sin darse cuenta su cigarrillo que siempre parece infinito.
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