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» Diario Cordoba
Fecha: 07/02/2025 06:14
El sector de las gasolineras está viviendo una transformación histórica. Las redes de estaciones de servicio de bajo coste se han embarcado en una expansión continua en España y están consiguiendo provocar un terremoto a base de arrebatar clientes a las grandes petroleras como Repsol, Moeve (antigua Cepsa), BP, Galp o Disa/Shell y también a las gasolineras vinculadas a las grandes redes de supermercados como Carrefour, Alcampo o Eroski. Las gasolineras automáticas, cuyo gancho comercial es ofrecer el combustible a precios relativamente más bajos que los de sus grandes rivales, aceleraron su crecimiento de ventas hasta niveles récord el año pasado a costa de golpear el dominio histórico de los gigantes tradicionales del sector, que están reaccionando a la sacudida con estrategias diferencias para blindar su rentabilidad actual y futura. Las mayores redes de estaciones de servicio automáticas, como Plenergy (antigua Plenoil), Ballenoil o Petroprix, siguen creciendo y controlaban ya un 18% del negocio en España al cierre de 2024, tras duplicar su cuota de mercado en apenas dos años, según los datos que manejan las compañías del sector y a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. El resto de gasolineras de bajo coste independientes o de marcas blancas también siguen creciendo y concentran por primera vez más de un 17% de las ventas del sector. En total, las estaciones ‘low cost’ han tomado el control de más de un 35% del negocio en España, cuando en 2022 apenas conseguían concentrar una quinta parte de las ventas de combustibles. La expansión de las gasolineras de bajo coste se está ejecutando a costa de robar negocio a los grandes rivales. Los gigantes Repsol, Moeve, BP, Galp y Disa cerraron el año pasado con una cuota de mercado conjunta por debajo del 42%, tras una fuerte caída en los últimos dos años (al cierre de 2022 aún dominaban casi el 50% del sector). Y las redes de gasolineras vinculadas a hipermercados, como las de Carrefour, Eroski, Alcampo o Bonárea, también pierden peso y su cuota de ventas ha caído hasta el 18%, casi cuatro puntos menos en dos años y empatando ahora con las grandes ‘low cost’. Cuestión de precio Las gasolineras ‘low cost’ e independientes avanzan hasta cuotas de mercado récord tras el bache que sufrieron durante la crisis energética, provocado por la cruenta guerra de descuentos que lanzaron las grandes petroleras en plena escalada de los precios de los combustibles. Los gigantes nacionales sacudieron el mercado aplicando a sus clientes rebajas adicionales a los 20 céntimos por litro obligatorios fijados por el Gobierno, con lo que desbarataron el principal baluarte comercial de las redes de bajo coste al ofrecer combustibles incluso a precios inferiores a los de las gasolineras ‘low cost’. Con el fin de los descuentos agresivos al diluirse la crisis energética, las gasolineras independientes han vuelto a ganar peso, y lo están haciendo con fuerza. Las redes de gasolineras de bajo coste, las que han disparado su expansión en los últimos años, tienen como principal reclamo comercial -casi único- ofrecer gasolina y diésel más baratos. El precio de venta al público de las compañías ‘low cost’ es generalmente entre un 10 y un 15% más barato que el de sus rivales tradicionales, según los continuos informes sectoriales de la CNMC y también los de asociaciones de consumidores. Las estaciones ‘low cost’ se caracterizan por haber desplegado una estructura de costes reducida al mínimo (incluida la falta de personal comercial, obligando al autoservicio total al conductor), con instalaciones sencillas por lo general en ubicaciones que no son premium y en las que sólo se distribuye combustible sin más servicios extra. Las grandes reaccionan En un sector que mueve en torno a 40.000 millones de euros al año, las redes de estaciones de servicios tradicionales de las grandes petroleras siguen siendo líderes, pero no dejan de perder fuelle. El ‘boom’ de las estaciones de servicio alternativas ha provocado un terremoto comercial en el sector que está obligando a reaccionar a las grandes petroleras activando estrategias diferenciales y que, a la vez, está desatando movimientos corporativos. En poco más de un año, Moeve ha absorbido Ballenoil; los fondos Portobello y Tensile han tomado el control de Plenergy; y la italiana Eni ha cerrado la compra de Atenoil. Las petroleras tradicionales están reaccionando a los cambios en el mercado. Repsol se ha lanzado a transformar su red de gasolineras con el objetivo de convertirlas en grandes puntos comerciales multienergía (con combustible, biodiésel, recarga eléctrica, autogás…) y multiservicio (de alimentación, de mensajería…). Moeve, en cambio, optó por competir a la vez en los dos modelos de negocio con una estrategia de doble marca. El grupo va a transformar su red de más de 1.500 estaciones para cambiar la marca a Moeve y centrarse en segmento premium, con cada vez más productos y más servicios para el conductor. Pero con el mercado partido en dos, Moeve también decidió no renunciar al cliente que busca sólo precios más bajos y ha irrumpido de lleno en el negocio ‘low cost’ con la compra de Ballenoil en un movimiento que supuso un terremoto para el sector.
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