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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/02/2025 08:48
El liderazgo institucional ya no se define únicamente por la gestión eficiente de recursos, sino por la capacidad de anticipar cambios, tomar decisiones en escenarios complejos y promover el bienestar de toda la comunidad educativa (Imagen Ilustrativa Infobae) La educación superior atraviesa un momento de transformación estructural, impulsado por el avance de la inteligencia artificial, la presión por una mayor inclusión social y un entorno global caracterizado por la incertidumbre económica y política. En este contexto, el liderazgo institucional ya no se define únicamente por la gestión eficiente de recursos, sino por la capacidad de anticipar cambios, tomar decisiones en escenarios complejos y promover el bienestar de toda la comunidad educativa. Estas son algunas de las conclusiones del informe Tendencias 2025, elaborado por el Consórcio STHEM Brasil, Semesp y la revista Ensino Superior. El documento reúne el análisis de 81 especialistas en educación superior, quienes abordan los desafíos que marcarán la agenda del sector en los próximos años. El informe explora diversas dimensiones de la educación superior —como políticas públicas, transformación digital, sostenibilidad e internacionalización—, pero en este artículo nos centramos en uno de los perfiles clave: el liderazgo institucional y su papel en la gestión del cambio. Se destaca la importancia de la toma de decisiones compartida y del liderazgo distribuido, que promueve la participación de equipos diversos y fomenta la innovación institucional (Imagen Ilustrativa Infobae) 1. Un liderazgo adaptativo para tiempos inciertos Aspectos destacados: Capacidad de adaptación en contextos de crisis Gestión basada en la confianza, la empatía y la innovación Liderazgo distribuido y fomento del trabajo colaborativo El liderazgo en la educación superior enfrenta el desafío de gestionar la incertidumbre en un entorno marcado por la inestabilidad económica, los cambios tecnológicos acelerados y demandas sociales complejas. Los encuestados del informe, de instituciones como Fipecafi, Unifeob, Fasa, CSED, Semesp y Unisanta, coinciden en que la gestión efectiva requiere líderes capaces de adaptarse rápidamente, anticipar escenarios y tomar decisiones en contextos de crisis. La flexibilidad se consolida como una competencia central, no solo para responder ante situaciones imprevistas, sino para rediseñar estrategias de manera proactiva. La capacidad de ajustar modelos de gestión, reorganizar recursos y mantener el rumbo institucional frente a escenarios cambiantes es vista como una habilidad indispensable. En este contexto, la empatía y la construcción de relaciones basadas en la confianza son fundamentales para fortalecer el compromiso de los equipos y sostener el trabajo colaborativo. El liderazgo no es un rol individual. Los encuestados destacan la importancia de la toma de decisiones compartida y del liderazgo distribuido, que promueve la participación de equipos diversos y fomenta la innovación institucional. La formación continua, tanto en habilidades técnicas como en competencias para la gestión del cambio, es clave para liderar en entornos complejos, donde el aprendizaje constante es la base para una gestión educativa sostenible. El desafío de la transformación digital está en el cambio cultural que supone el uso de la tecnología (Imagen Ilustrativa Infobae) 2. Transformación digital: más que tecnología, un cambio cultural Aspectos destacados: Integración de la IA en la gestión académica y administrativa Uso de datos para la toma de decisiones estratégicas Superación de resistencias internas al cambio digital La transformación digital en la educación superior no se limita a la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas. Los encuestados del informe coinciden en que el desafío principal está en el cambio cultural que supone la digitalización: repensar cómo se toman decisiones, cómo se gestionan los recursos y cómo se construyen relaciones en el entorno institucional. El uso de la IA y la gestión basada en datos permiten optimizar procesos, mejorar la eficiencia y personalizar la experiencia de estudiantes y docentes. Sin embargo, la implementación de estas tecnologías no está exenta de desafíos. La resistencia al cambio sigue siendo un obstáculo importante, especialmente en instituciones con estructuras organizativas tradicionales. Los encuestados destacan la necesidad de una estrategia de transformación que no solo se enfoque en lo técnico, sino que promueva una cultura institucional abierta a la innovación y la experimentación. El liderazgo en este contexto debe ser capaz de gestionar la transición hacia entornos digitales sin perder de vista el componente humano. La capacidad de articular equipos multidisciplinarios, fomentar el aprendizaje continuo y garantizar la ética en el uso de datos son aspectos clave para una transformación digital sostenible y alineada con los valores de la educación superior. La flexibilidad de docentes y directivos no se limita al diseño curricular, sino que se resalta la importancia de diversificar las modalidades de enseñanza (Imagen Ilustrativa Infobae) 3. Modelos académicos flexibles y personalizados Aspectos destacados: Personalización del aprendizaje mediante tecnologías emergentes Currículos flexibles, modulares y basados en competencias Fomento del aprendizaje continuo y la formación a lo largo de la vida Los modelos académicos tradicionales están siendo desafiados por la necesidad de ofrecer experiencias de aprendizaje más flexibles y personalizadas. Los encuestados coinciden en que la educación superior debe adaptarse a las demandas de estudiantes que buscan trayectorias formativas ajustadas a sus intereses, ritmos y objetivos profesionales. La personalización del aprendizaje, apoyada en tecnologías como la IA y el aprendizaje adaptativo, permite diseñar itinerarios académicos más dinámicos, donde los estudiantes puedan construir su propio recorrido educativo. Esto implica repensar los planes de estudio hacia modelos modulares, con certificaciones intermedias que favorezcan el aprendizaje a lo largo de la vida y la actualización constante de competencias. La flexibilidad no se limita al diseño curricular. Los encuestados resaltan la importancia de diversificar las modalidades de enseñanza, combinando lo presencial con lo virtual para responder a distintos contextos y realidades. En este proceso, el rol del docente también se transforma, pasando de ser un transmisor de conocimientos a un facilitador del aprendizaje, capaz de guiar y acompañar a los estudiantes en entornos híbridos y personalizados. El liderazgo institucional tiene el desafío de integrar el bienestar en la cultura organizacional, no como un recurso accesorio, sino como un pilar estratégico (Imagen Ilustrativa Infobae) 4. El bienestar como pilar estratégico de la gestión educativa Aspectos destacados: Programas de salud mental y bienestar emocional en las IES Desarrollo de habilidades socioemocionales en docentes y estudiantes Impacto del bienestar en la productividad y la retención académica El bienestar emocional de estudiantes, docentes y personal administrativo se ha consolidado como un tema central en la agenda de las instituciones de educación superior. Los encuestados destacan que la salud mental no solo impacta en el rendimiento académico, sino que influye en la retención, el compromiso y la calidad del ambiente educativo. El liderazgo institucional tiene el desafío de integrar el bienestar en la cultura organizacional, no como un recurso accesorio, sino como un pilar estratégico. Esto implica diseñar políticas de acompañamiento psicosocial, promover entornos inclusivos y seguros, y desarrollar programas que fortalezcan habilidades socioemocionales como la resiliencia, la gestión del estrés y la inteligencia emocional. Además, se subraya la necesidad de una mirada integral del bienestar, que contemple tanto el aspecto emocional como las condiciones laborales y académicas que inciden en la salud mental. La creación de comunidades de aprendizaje que fomenten el sentido de pertenencia y el apoyo mutuo es vista como una estrategia clave para fortalecer el bienestar institucional de manera sostenida. El liderazgo educativo debe reafirmar el compromiso con la generación de conocimiento riguroso y la formación de ciudadanos capaces de analizar e interpretar la realidad de manera crítica. (Imagen Ilustrativa Infobae) 5. Defensa de la ciencia, inclusión e impacto social Aspectos destacados: Promoción del pensamiento crítico y la defensa de la ciencia Políticas de inclusión y reducción de desigualdades Investigación con impacto social y compromiso con el desarrollo sostenible En un contexto global marcado por la desinformación, la polarización y el cuestionamiento del conocimiento científico, las instituciones de educación superior tienen un rol fundamental en la defensa de la ciencia y la promoción del pensamiento crítico. Los encuestados del informe coinciden en que el liderazgo educativo debe reafirmar el compromiso con la generación de conocimiento riguroso y la formación de ciudadanos capaces de analizar e interpretar la realidad de manera crítica. Además, el desafío de la inclusión se presenta como una prioridad. Reducir las desigualdades en el acceso a la educación superior requiere políticas activas que garanticen oportunidades para poblaciones vulnerables. Esto implica no solo abrir puertas, sino crear condiciones para que todos los estudiantes puedan desarrollarse plenamente, con acompañamiento académico y social a lo largo de su trayectoria. Por último, se destaca la importancia de la investigación orientada al impacto social. Las instituciones no solo deben generar conocimiento, sino también contribuir a la transformación de sus entornos, alineando su trabajo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. La responsabilidad social universitaria se consolida así como un eje estratégico para el liderazgo en la educación superior, que debe estar vinculado con el desarrollo de comunidades más justas, inclusivas y sostenibles.
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