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» Misionesparatodos
Fecha: 06/02/2025 14:02
Un informe de inteligencia (ilegal) de la Policía Federal indica que hay descontento por los sueldos bajos Según el documento, habrá concentraciones de efectivos y sus familias en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Jujuy y Salta porque no llegan a fin de mes. Un informe de la “Sala de Situación de la Dirección General de Inteligencia Criminal de la Policía Federal”le alerta a la ministra Patricia Bullrich que “hay situación de malestar en las fuerzas de seguridad federales, en especial la Gendarmería y la Policía Aeroportuaria” por cuestiones salariales. Según el documento, se convoca a concentraciones de gendarmes en el Edificio Centinela, en el Puerto de Buenos Aires; en el Monumento a la Bandera, en Rosario; en la Plaza San Martín de Jesús María, Córdoba; en la Plaza Belgrano de San Salvador de Jujuy y en la Plaza San Martin de Tartagal, Salta, en principio para el lunes 10 a las 9. En los testimonios transcriptos, gendarmes con 15 años de servicio dicen que cobran 800.000 pesos, pero que tienen que operar en Rosario o Buenos Aires donde los alquileres van desde 250.000 a 500.000 pesos, con lo cual –dicen– no cubren las necesidades básicas. En distintas páginas de internet, los voceros piden que los familiares acompañen a los gendarmes. Los rebeldes exhiben sintonía con el gobierno, aun cuando los mandan a reprimir, pero todo el foco está puesto en que no llegan a fin de mes. Como es obvio, entre los gendarmes cayó muy mal el informe de Inteligencia de la Policía Federal, cuya enorme estructura de espías siempre tuvo el mote de Los Plumas, porque redactaban informe tras informe y, como se sabe, antiguamente se redactaban con plumas. Lo que provocó irritación es que el cuerpo de plumas -una inmensa estructura, sin control alguno- ahora parece dedicarse al espionaje respecto de efectivos de otras fuerzas. En su momento, el libro Iosi, de Miriam Lewin y Horacio Lutzky, reveló la historia de uno de ellos, José Alberto Pérez, que estuvo infiltrado en la comunidad judía durante 14 años. La matriz del conflicto es que Bullrich utiliza los gendarmes en distintos puntos calientes del país, más allá de los lugares de frontera propios de la fuerza: en Rosario, CABA y Córdoba. La permanencia en esas zonas no es ocasional ni por unos días, sino de manera prolongada, por lo cual sí o sí tienen que alquilar una vivienda. El costo: entre 250.000 y 500.000, dicen los gendarmes. Eso los lleva a reclamar un inmediato aumento de salarios. En algunos de los textos de los efectivos, en la página denominada 1588, mencionan que en todo 2024 recibieron apenas un tres por ciento de aumento. En el último Boletín Oficial sobre incrementos de sueldo a las fuerzas de seguridad, en diciembre, se fijaron aumentos irrisorios: un cabo primero que en noviembre cobraba 778.238 pesos, pasó a cobrar 786.020, el uno por ciento de aumento. “El 40-50 por ciento de lo que ganamos se va en alquileres, sin contar con otros gastos familiares”, argumentan los rebeldes. En 1588 convocan específicamente para el lunes 10 de febrero a las 9 en el Monumento a la Bandera de Rosario. En el informe de Inteligencia de la Federal se menciona que un gendarme identificado como Sergio, con 15 años de servicio, suboficial, habló en una entrevista del canal 5TV de Corrientes y dijo que percibe un salario neto de aproximadamente 800.000 pesos. También hay una crítica porque se moviliza a los efectivos sin aviso previo y sin un análisis de quienes tienen familia y cuáles son los gendarmes con más posibilidades y menos perjuicios para trasladarse de un lugar a otro. La Sala de Situación menciona que los rebeldes formaron un grupo de whatsapp con 751 integrantes y que están coordinando las concentraciones del lunes 10. En los textos afirman que Bullrich les da apoyo político, pero no salarial. En realidad, la ministra pone en marcha los traslados para reprimir protestas en CABA, pese a que la fuerza no tiene facultades para intervenir en la ciudad, salvo en el Congreso, en Casa Rosada y en la Catedral, edificios del gobierno federal. Pero el gobierno porteño –que tiene competencia en todas las calles– se corre a un costado para no pagar el costo político que pudiera surgir, de manera que se ven camiones y camiones de gendarmes o prefectos. Tener semejante cantidad de efectivos a disposición, obliga a los integrantes de las fuerzas de seguridad federales –casi todos reclutados en provincias del Norte– a buscar vivienda y, por lo tanto, a pagar alquileres imposibles. Lo mismo ocurre en Rosario, pero con el objetivo de bajar la cantidad de muertes que producen los grupos narcos. En la ciudad santafesina el problema es igual: los gendarmes afirman que no les alcanza el sueldo para alquilar. El informe de inteligencia detalla que ya en 2024 hubo intentonas de convocar a protestas, pero que al final no se concretaron. “Sin embargo, la presente convocatoria ha ganado una notable tracción en redes sociales y medios de comunicación, lo que indica un incremento en la preocupación y el descontento entre los efectos y familias”. Habrá que ver si efectivamente las concentraciones se hacen: diez días atrás, por la red X, Bullrich se hizo eco del reclamo y dijo que se “estamos trabajando por la mejora salarial”. La ministra sabe que la represión -en especial el papel de la Gendarmería- es esencial para sostener el feroz plan de ajuste y despidos. El conflicto con la Policía de Seguridad Aeroportuaria es más puntual y se refiere a Río Grande, en Tierra del Fuego. El informe de inteligencia menciona que la protesta es por excesivas horas de trabajo nocturno sin pago, negación de vacaciones, hostigamiento laboral y problemas de salud. Aparentemente 10 efectivos pidieron bajas médicas por razones psicológicas. El mayor antecedente de rebelión de la Gendarmería y la Prefectura se produjo con la excusa de una mala liquidación de los haberes en octubre de 2012, en tiempos del gobierno de Cristina Kirchner y con Nilda Garré como ministra de Seguridad. En aquel momento, se descubrió una increíble trama de jueces que dictaban cautelares a gendarmes y prefectos, llevando sus ingresos a valores disparatados. Fue destituido un juez que otorgó 17.000 cautelares y una jueza que dictó 7.000. El trasfondo fue bastante ideológico, con algunos ultraderechistas como voceros. Esta vez, parece haber sintonía con el gobierno de Milei –“yo lo voté”, postean algunos de los rebeldes–, pero lo que domina la situación es que esos mismos efectivos no llegan a fin de mes. Como la mayoría de los trabajadores. Tal vez es llegue el aumento para sigan dispuestos a pegar palos. Por Raúl Kollmann-Página/12
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