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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/02/2025 08:34
Ruth Slenczynska tocando el piano a los 100 años La historia de Ruth Slenczynska es la de una vida consagrada al piano. A sus 100 años, esta pianista estadounidense se mantiene activa, desafiando el tiempo con la misma destreza con la que deslumbró a los escenarios del mundo durante casi un siglo. Es la última alumna sobreviviente de Sergei Rachmaninov, uno de los compositores y pianistas más influyentes de la historia, y su virtuosismo sigue intacto. Con una carrera que la llevó a actuar para presidentes y emperadores, Slenczynska continuá interpretando música con una pasión inquebrantable, convencida de que “la música está destinada a dar alegría”. Infancia prodigiosa y un aprendizaje exigente Durante su niñez tuvo que atravesar muchos desafíos (Crédito: Lynchburg Museum System) Ruth nació el 15 de enero de 1925 en Sacramento, California, en el seno de una familia de inmigrantes polacos. Su talento excepcional al piano se hizo evidente desde temprana edad y fue su padre, el violinista Josef Slenczynski, quien tomó las riendas de su formación. Desde los tres años, Ruth fue sometida a un riguroso régimen de estudio que no daba margen para la infancia: su rutina incluía horas interminables de práctica, repitiendo escalas y piezas de los grandes maestros hasta alcanzar la perfección. Uno de los momentos más exigentes de su formación llegó cuando su padre le impuso un desafío titánico: interpretar los 25 Estudios de Chopin antes del desayuno. Chopin marcaría profundamente su carrera y se convertiría en uno de los compositores más influyentes en su estilo interpretativo. Su talento deslumbró a los grandes pedagogos de la época y, siendo apenas una niña, estudió con algunos de los pianistas más célebres del siglo XX, incluyendo a Alfred Cortot, Egon Petri, Artur Schnabel y Nadia Boulanger. Sin embargo, el encuentro con Sergei Rachmaninov marcaría un antes y un después en su vida musical. La impronta de Rachmaninov en su vida Slenczynska no solo fue alumna de Rachmaninov, sino que éste dejó en ella una huella imborrable en su manera de abordar el piano. Su maestro le inculcó la idea de que el dominio de una obra no se consigue en semanas, sino en años. “Recuerdo que le toqué algo y me dijo: ‘No sabes tocar eso lo suficientemente bien como para tocarlo al ritmo que llevas’”, relató en una entrevista con Decca Classics. Cuando ella le respondió que llevaba tres semanas trabajando en la pieza, Rachmaninov fue tajante: “¡Tres semanas, eso no es nada! Después de tres años, trabajando con eso lentamente, rápido, hasta que sea tuyo, entonces podrás presentarlo; pero eso lleva tiempo'”. La influencia de Rachmaninov en su vida no solo fue musical, sino también personal. Como muestra de su afecto y reconocimiento, el legendario compositor le regaló un collar con forma de huevo de Fabergé, un objeto que Ruth sigue usando hasta el día de hoy en sus actuaciones. Una carrera marcada por la excelencia Su carrera la llevó a presentarse en algunos de los escenarios más prestigiosos del mundo (Crédito: Wikimedia) Slenczynska debutó en público con solo cuatro años y a los seis ya daba conciertos en Europa. Su carrera la llevó a presentarse en algunos de los escenarios más prestigiosos del mundo, consolidándose como una de las pianistas más respetadas de su generación. A lo largo de su vida, Ruth tocó para figuras de gran relevancia política y social. Entre quienes fueron su público se encuentran los presidentes de Estados Unidos John F. Kennedy, Ronald Reagan y Jimmy Carter, además de Harry Truman. También tuvo la oportunidad de tocar para la emperatriz Michiko de Japón. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de dificultades. A pesar de su brillantez musical, en un momento decidió alejarse de los escenarios debido a la presión extrema que enfrentaba desde la infancia. Luego de un tiempo de pausa, regresó con renovada pasión y se dedicó no solo a la interpretación, sino también a la enseñanza. Un siglo de música: Ruth en el siglo XXI Lejos de retirarse, Slenczynska ha seguido activa en el mundo de la música (Crédito: Decca Classics via YouTube video) Lejos de retirarse, Slenczynska ha seguido activa en el mundo de la música. En 2021, con 96 años, se presentó en el Festival Internacional Chopin y Friends en la embajada de Polonia en Nueva York, demostrando que su virtuosismo sigue intacto. Durante la pandemia de COVID-19, grabó una serie de videos para celebrar el 250º aniversario del nacimiento de Beethoven, llevando la música a millas de personas confinadas en sus hogares. Pero su mayor hazaña reciente llegó en 2022, cuando, a los 97 años, firmó un contrato con el prestigioso sello Decca Classics y lanzó el álbum My Life in Music. En este trabajo, Ruth plasma toda una vida de experiencias musicales en un repertorio que incluye obras de Chopin, Grieg, Debussy y Bach. Sobre su inesperado regreso al estudio de grabación, la pianista expresó con humildad y sorpresa en la entrevista con el mismo medio: “¿Quién ha oído hablar de un pianista de mi edad que haya hecho otro álbum?” Su amor por la música sigue siendo su motor: “Si la mía todavía da alegría a la gente, entonces está haciendo lo que se supone que debe hacer”. Un legado inmortal La historia de Ruth Slenczynska es una muestra de pasión, disciplina y entrega absoluta a la música. Su talento la llevó a los escenarios más prestigiosos del mundo, pero su historia es también un testimonio de resistencia y amor incondicional por el arte. En un mundo donde los artistas emergen y desaparecen con rapidez, Ruth sigue siendo un faro de inspiración. A sus 100 años, no solo es la última alumna de Rachmaninov, sino también un símbolo viviente de la tradición pianística más pura, una conexión con un pasado glorioso que aún resuena en cada nota que toca.
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