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Fecha: 05/02/2025 18:02
La detección temprana y las nuevas terapias oncológicas ofrecen mayores oportunidades para mejorar la calidad de vida Cada segundo se diagnostican unos 35 nuevos casos de cáncer en el mundo, según proyecciones del Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN), entidad dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos valores excluyen a los cánceres de piel no melanoma, que suman más de un millón de diagnósticos cada año. Según las mismas fuentes estadísticas, en Argentina -en promedio-, se detecta un caso nuevo cada cuatro minutos. Sobre un total proyectado en el año 2020 de 130.878 nuevos casos cada año, tomando ambos sexos, los cuatro tipos de cánceres con mayor incidencia en nuestro país son el de mama (22.024), seguido del colorrectal (15.895), el cáncer de pulmón (12.110) y el de próstata (11.686). En el marco del Día Mundial del Cáncer, que se conmemora cada 4 de febrero, los especialistas invitan a la reflexión sobre el impacto de esta enfermedad y los avances terapéuticos que se están logrando gracias, entre otros abordajes, a la medicina de precisión. Este enfoque, que combina el estudio de la biología tumoral con las características individuales de cada paciente, está transformando la manera de diagnosticar, tratar y monitorear el cáncer. La identificación de biomarcadores es una herramienta esencial en la personalización del tratamiento del cáncer de pulmón. Los avances en la medicina de precisión permiten tratamientos dirigidos de acuerdo con las mutaciones genéticas individuales de cada paciente, haciendo los tratamientos más eficaces y menos invasivos. “Biomarcadores como mutaciones en el gen del EGFR o reordenamientos ALK y ROS-1 son fundamentales para determinar el curso del tratamiento. Tratar al paciente con la mejor terapia dirigida disponible desde el principio, le permitirá a éste y al especialista controlar la enfermedad de mejor manera, aumentando la eficacia del tratamiento y la sobrevida”, explicó el oncólogo Claudio Martín, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC). Biomarcadores La detección de estos biomarcadores puede realizarse mediante biopsias de tejido tumoral o biopsias líquidas, que analizan el ADN tumoral circulante en la sangre. Estas técnicas no solo permiten una detección más rápida y menos invasiva, sino que también ayudan a monitorear la respuesta al tratamiento y la progresión de la enfermedad. “Hoy comprendemos que la individualidad tiene un impacto enorme en la salud, y que el futuro reside en la personalización de terapias. La medicina de precisión ha cambiado el paradigma de la oncología. Actualmente podemos identificar mutaciones específicas en el ADN del tumor y diseñar terapias dirigidas para contrarrestarlas, lo que aumenta significativamente la efectividad del tratamiento y mejora la calidad de vida de los pacientes”, señaló Ariel Perelsztein, director de Asuntos Médicos y Regulatorios en Johnson & Johnson Latinoamérica Sur. “Las terapias blanco, o terapias dirigidas, son medicaciones diseñadas para atacar específicamente mecanismos involucrados en el desarrollo de células cancerosas, pero sin afectar las sanas, mejorando significativamente la eficacia y reduciendo los efectos adversos. Esta tecnología no solo facilita el diagnóstico temprano, sino también el monitoreo continuo del tratamiento sin necesidad de procedimientos invasivos, lo que representa una verdadera transformación en la experiencia del paciente”, explicó Diego Lucas Kaen, oncólogo clínico, jefe de Servicio del Hospital Regional Enrique Vera Barros de La Rioja. Revolución en oncología También contribuye al éxito de estas estrategias terapéuticas el desarrollo de laboratorios moleculares, que son instalaciones especializadas, con tecnología de avanzada, que analizan muestras biológicas para obtener perfiles moleculares y genéticos, permitiendo diagnósticos más precisos. Según estimaciones de la industria farmacéutica, cada año son más las nuevas medicaciones oncológicas que se presentan ante las principales autoridades sanitarias del mundo para su evaluación y aprobación. Esto incluye tanto tratamientos dirigidos para tumores sólidos (pulmón, próstata, vejiga) como para enfermedades oncohematológicas, tales como leucemias y mielomas, entre otras. “Estamos viviendo una revolución en oncología. Sin embargo, todavía tenemos el desafío de lograr que todos los pacientes que necesiten estos tratamientos puedan recibirlos en tiempo y forma”, advirtió Claudio Martín, quien también es Jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming.
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