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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/02/2025 10:53
Federico Coria tras su triunfo en el Challenger de Rosario Fede Coria dio ese paso que, sin buscarlo, lo llevó a quebrar la barrera del anonimato, dejó de ser “el hermano”, para tomar identidad propia y derrotar la vergüenza que le hacía fijar la vista en los cordones de sus zapatillas. El Challenger 125 de Rosario le sirvió para volver a mostrarse frente a su público, colorido y bullicioso, que llegó a las coquetas instalaciones del Jockey Club de esa ciudad para embellecer un torneo que supera la categoría a la que corresponde. Su partido se extendió más de lo esperado. Con su hermano Guillermo como asesor a un costado de la pista, debió permanecer en la cancha por casi tres horas para doblegar a un joven austríaco de 19 años, Joel Schwaerzler (320 del mundo), “que tiene todo, más allá de su juego“, por 4-6, 6-3 y 6-4. ”Porque ya tiene publicidad en su gorra, cuenta con un apoyo económico que cualquiera de nosotros envidiaría y es la esperanza de su país. A mi manera de verlo, creo que esto es lo que se viene, un tenis moderno. En unos años, más temprano que tarde, lo vamos a ver en los grandes escenarios”, explicó El Mojarra sobre las ventajas de los jugadores de ciertas regiones, por sobre los que se desarrollan, a puro esfuerzo, en la Argentina. A los 32 años y recién casado, los objetivos se modifican y la mira se enfoca en otra dirección. - Te casaste, tenés la jubilación asegurada, ¿por qué seguir jugando? ¿A qué aspirás en este momento? - Estoy en una búsqueda de empezar a valorar todo lo lindo que me fue pasando estos últimos años. Me conocés desde la época de los Future. Y yo estuve muchos años ahí, encerrado en ese mundo en el que uno pierde plata. No podía salir. Por eso es que estoy tratando de valorar todo lo lindo que me fue pasando con el tenis y con la vida. Y, ¿sabés? Lo de la Mojarra (su alter ego en las redes) me acerca mucho más a otro público, tanto sea del tenis o no, pero, sobre todo, a los más chicos. - ¿Cómo te das cuenta de eso? - Mirá, por ejemplo, recién terminé el partido y un nenito me dice: “Me encantaría ir a Bastad”. Otro me dijo que siempre miraba mis blogs o que sueñan con ser tenistas gracias a mí. Son cosas muy lindas que a mí me movilizan mucho. - ¿Y cómo lo manejás? - Me está costando, porque yo soy un enfermo de esto, un apasionado total y soy así de obsesivo. Pero estoy tratando de mejorar mentalmente para empezar a valorar. Obviamente que me encanta ganar y me duele mucho perder, pero el objetivo es que esto no sea de vida o muerte cada vez que entro a la cancha. Tengo una manera de ser, que una vez lo llevó a un psicólogo a decirme que eso era lo mejor y lo que me iba a dar todo, pero que también era lo que me podía matar, porque uno se puede dar vuelta mentalmente. Creo que a Guille (su hermano) un poco le pasó eso. Su obsesión por ser el mejor lo terminó llevando a buscar hacer otras cosas, como cambiar el saque para ganarle puntos gratis a Nadal. Una locura, desde mi lado, yo lo admiro por hacer eso, sólo porque el flaco era tres del mundo y buscaba cambiar algo para ganarle a una sola persona, para cumplir su sueño y ser el mejor de todos. Y yo estoy tratando de liberarme un poco y no presionarme tanto, así sea que me toque irme de los 100 o no. Yo lo vivo como que me genera mucha presión si me voy del 100, porque a mí me gusta mucho el circuito. Yo no soy un chico que sufre al circuito, a mí me encanta y el día de mañana no me veo fuera del tenis. Si bien me tira mucho más la formación de un jugador, eso seguro lo mamé de mi papá, pero todavía me gustaría seguir un par de años más. Porque estoy orgulloso de la jubilación, estoy orgulloso de haber terminado cinco años top 100. Pero hay muchas cosas que estoy tratando de trabajar para empezar a disfrutar y jugar un poco más relajado. - ¿Pero qué es lo que te llevó a tener esa necesidad, recién ahora, de disfrutar de lo que te sucede con el tenis? - Es que antes, a mí me daba mucha vergüenza la forma en que jugaba, por eso me la pasaba mirándome los cordones de las zapatillas. De chico sentía que había mucha gente mirándome, aunque en realidad serían tres o cuatro personas, pero yo sentía que me estaban criticando porque yo no jugaba como mi hermano. Me costó mucho sacar la vista de los cordones, pero ahora puedo levantar la cabeza, ya no la tengo fija en los cordones. Hoy en día, la vida me regaló un montón de cosas. Y me sigue regalando un montón de lindos momentos en el tenis, y esto del blog es algo que no es para tomárselo a la ligera, porque uno va recibiendo mensajes fuertes, movilizantes. - Está pronto a despedirse un amigo, un compañero de camada como el Peque Schwartzman, ¿cómo se viven esos momentos? - Ayer fuimos a cenar juntos con “Diegui”. A mí es algo que me pega de cerca, porque es mi referente, mi amigo, toda una vida juntos y verlo que se está por retirar, obviamente que me moviliza. A pesar de que él se metió en el circuito mayor antes, hemos compartido montones de momentos. Así que va a ser raro no verlo en los cuadros, pero yo espero poder seguir jugando un par de años más, si la cabeza me lo permite. - ¿Y qué le dirías? - Yo le agradecería por ser un gran referente del tenis argentino, por ser una inspiración, porque es un chico al que le han dicho que se le iba a terminar la carrera a los 14, a los 16, a los 18 y que en profesionales no le iba a ganar a nadie y se la pasó cerrando bocas. Por eso, le agradecería por tantas alegrías al tenis argentino y desearle una linda vida en lo que decida ser. - Peque dice que él se va a dedicar a algo relacionado al tenis o a otros proyectos que tiene por concretarse, ¿cómo te ves vos cuando se te acabe el tenis? - Creo que, igual, jugando. Al fin, no es que me veo haciendo otra cosa, porque tengo claro que algo relacionado al tenis voy a hacer. Pero bueno, soy un chico que, gracias a Dios, está sano físicamente y sigo siendo un problema para los para los jugadores más chicos. La continuidad del torneo en Rosario lo cruzará este miércoles en octavos de final con Juan Manuel Cerúndolo, en el segundo turno de la Cancha Central. [Si sos socio de la Asociación Argentina de Tenis, contás con el beneficio de un 10 por ciento de descuento en entradas para el Challenger de Rosario. Accedé a la membresía haciendo click acá. Tiene un costo de solo 4.000 pesos mensuales y te da acceso a eventos, clínicas exclusivas y sorteos especiales, además de apoyar el desarrollo del tenis nacional. Una vez registrado en el sistema, deberás completar el formulario que te dará acceso al torneo]
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