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  • La inolvidable Marianne Faithfull: sexo, drogas y rock & roll y una estadía en el infierno

    » El Ciudadano

    Fecha: 04/02/2025 04:42

    Juan Aguzzi Hace unos pocos días partía definitivamente una de las mujeres icono del Swinging London de los años sesenta del siglo anterior –una de las movidas que sacudió artísticamente a Europa y al mundo–, la que ahora será la inolvidable Marianne Faithfull, modelo, actriz y sobre todo cantante, amante de Mick Jagger y de Keith Richads, y, al mismo tiempo, suerte de musa para la banda que en ese entonces estaba construyendo su leyenda. Descubierta su apacible pero contundente voz apenas salida de la adolescencia, dueña de una carita angelical, el suceso fue a partir de su interpretación de “As Tears Goes By”, una nostálgica canción de la cual es difícil no enamorarse, escrita a tres manos por Andrew Loog Oldham, a la sazón manager de los Rolling Stones y por los mencionados Jagger y Richards. Según se cuenta Loog Oldham tenía la idea original y en su mente la certeza de que debía cantarla Faithfull, y no se equivocó, puesto que todavía resulta conmovedor verla interpretar el tema sentada sobre un estrado en un viejo video de la BBC en blanco y negro. Poco después vendría su relación con Jagger y ser parte de la famosa redada por drogas en la mansión de Keith Richards, en 1967, la detención y el posterior juicio. Una famosa foto la muestra saliendo de un juzgado junto a Jagger, de traje y corbata psicodélica, intentando hacerse un hueco entre los flashes de los reporteros gráficos. Su cara algo compungida y su mirada atribulada denotan extrañeza, como si se preguntara qué está haciendo en ese lugar. No mucho después Faithfull comenzaría a excederse en el uso de morfina primero y luego de heroína, guiada por la ya entonces experta en esas lides, Anita Pallenberg, amante de Brian Jones primero y luego de Richards. Es durante esa época que, como actriz, protagoniza a Ofelia en una puesta de Hamlet y ocurre que en uno de los actos ella no aparece y van a buscarla al camerino, donde la encuentran muy “mambeada” e interpretando su monólogo frente al espejo. Hay una canción, “Sister Morphine”, que aludía a esos estados donde ella se encontraba realmente “puesta”, que apareció en bateas como lado B de un disco simple en 1969, y que apenas un poco después se retiró del mercado porque la compañía editora se asustó por su contenido relacionado con las drogas duras. Esa canción aparecería en el álbum Sticky Fingers (1971), de los Rolling firmada por Jagger y Richards, y Faithfull batallaría incansablemente por recuperar los derechos de ese hermoso tema, que suena muy bien por los Stones, pero es magnífico en la voz de la cantante. Los días salvajes Faithfull era austriaca de nacimiento pero pasó casi toda su infancia en Reading, una pequeña localidad cercana a Londres. Su familia había tenido un pasado aristocrático, aunque una serie de cuestiones económicas le hizo descender varios peldaños en la escala social y finalmente, ya en Inglaterra, su familia directa viviría como clase media. Deslumbrada tempranamente por los brillos y el desparpajo, las fiestas psicodélicas y las galerías de arte londinenses, Faithfull inició su vagabundeo por el ambiente artístico –había cursado Bellas Artes y había estudiado piano, canto y teatro–, relacionándose con las caras más visibles de ese ámbito. Entre ellas, la del mencionado Andrew Loog Oldham, quien se prendó de su belleza y candidez y vio el filón de que un tema que le fuera con su figura, seguramente sería un éxito. Así fue con “As Tears Goes By”, que integró la lista de los Top Ten británicos de la época y treparía al top 40 en Estados Unidos. Tampoco le había mal con “Come My Way”, otra canción que compuso ella misma y que fue muy bien recibida por la crítica. Probablemente ese fuera su “momento”, porque su relación con las drogas pesadas, su peregrinaje por las fiestas zarpadas y su tóxica relación sentimental con Jagger, sobre todo, pero también con Richards –ella abandonaría a su marido, John Dunbar, un reputado galerista londinense, por lo que prometía ese mundo–, la arrastrarían a un torbellino de locura, incluidas internaciones e intentos de suicidio. Tuvo un niño con Jagger, del que perdería la tenencia luego de estar en coma por una sobredosis, pero Faithfull también escribiría por esos años otras hermosas canciones que popularizaron los Rolling, como “Wild Horses” –caballo justamente se llamaba a la heroína–, “Dear Doctor”, “You Can´t Always Get What You Want”, con inequívocas referencias al uso de sustancias y a la posibilidad de cruzar un límite y el incierto regreso. El estado público de esos días salvajes se daría a partir del allanamiento en la mansión de Richards en Sussex, donde los ocupantes terminarían arrestados, cocaína y heroína incautadas, y la figura de Marianne en las tapas de los periódicos amarillos, desnuda y apenas cubierta por una alfombra, subiendo a los coches policiales, pero como si todo esto fuera poco, algunos medios publicaron que al momento de irrumpir la policía, Jagger y Faithfull se encontraban practicando un extasiado cunnilingus. Los rumores sobre lo que ocurría en aquella casa fueron escandalosos y hasta hablaban de orgías y magia negra. Arrepentirse, jamás Luego que le quitaran a su hijo, Marianne entro en una crisis depresiva y se aferró mucho más a la heroína, lo que la dejó literalmente en la calle. Deambuló por el complicado barrio de Soho –uno de los centros neurálgicos de los yonquis– y vivió de lo que algunos amigos le proveían, pero sin dudas fue una caída en abismo de la que no le fue fácil despegar. En su primer libro de memorias, que tituló Una autobiografía (1995), recuerda esos días viviendo en la calle y rescata la bondad de gente que la ayudó a sobrevivir y a quienes insistieron para que dejara de drogarse tan intensamente y entrara a un programa del Servicio Nacional de Salud para recibir metadona, un sustituto para ir abandonando la heroína de a poco. De esos tiempos callejeros también recuerda sus bajones ante la falta de dosis; cuando le hicieron saltar los dientes en una pelea; su intento de desfigurarse con una gillete; su atroz adelgazamiento que la volvió anoréxica, y finalmente su escape de ese infierno. Mucho tuvo que ver en esa salida la ayuda de Chris Blackwell, el dueño de la legendaria discográfica Island Records, quien no solo la sostuvo económicamente, sino que apostó a su resurgimiento como cantante y produjo el álbum Broken English (1979), con el que Faithfull resucitaría de sus heridas y pérdidas, con una voz que ya se había vuelto áspera y grave para cantar algunos temas que describían el dolor profundo de los días pasados. Ese proceso de reparación lo cuenta en Memorias, sueños y reflexiones, que escribió en 2007 y donde también asegura no arrepentirse de nada de lo que fue su pasado porque “…los remordimientos siempre están ahí, pero creo que el arrepentimiento es un sentimiento bastante estúpido”. Adorada Su amor por la música definió su lugar artístico, pero Faithfull, además de sus performances teatrales, también trabajaría en varias películas. Su primera aparición en pantalla fue cantando “As Tears Go By” en la magnífica y delirante Made in USA (1967), de Jean-Luc Godard; un poco después, en 1967, actuó con Orson Welles y Oliver Reed en El retrato de un rebelde, de Michael Winner; luego vendría su protagónico junto a Alain Delon en el drama erótico y experimental The Girl on the Motorcycle (Jack Cardiff, 1968), donde durante el rodaje mantuvo un romance con el agraciado actor francés. Así puede verse, en este sentido, que Faithfull tampoco se privó de nada, ya que tuvo relaciones sentimentales con Jagger y Delon, dos de los hombres más codiciados del mundo. Aunque el verdadero consuelo, Faithfull lo encontraría en la música y en 1976 lanzó Dreamin’ My Dreams, su primer disco tras nueve años sin componer ni grabar. Sería, sin embargo, el mencionado Broken English, el que le valió un gran reconocimiento y relanzó su carrera musical, algo que volvió a ocurrir con Strange Weather, otro álbum de 1987. Aparte de las colaboraciones con otros músicos tan dispares como Angelo Badalamenti (autor de las bandas sonoras de buena parte de las películas de David Lynch), los discos propios suman 14 y su último registro fue She Walks in Beauty, de 2021, una colaboración entre Faithfull y Warren Ellis, el socio musical de Nick Cave. Adorada por otras mujeres artistas como Courtney Love, Sinead O´Connor y Kate Moss, Marianne Faithfull se convirtió en un icono del feminismo (fue partidaria de las reivindicaciones surgidas de los grupos feministas y adhirió al surgimiento del Me Too y contribuyó a ayudar a mujeres violentadas) y se la reconocía como quien cayó hasta el fondo y supo levantarse con admirable empeño y revelarse como la exquisita cantante que fue. Muchos destacan su generosidad para con otros colegas y su gentil trato con la gente. La emoción desplegada por su voz y su imperecedera belleza la volvieron única y, como se dijo al principio, inolvidable.

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