04/02/2025 06:43
04/02/2025 06:43
04/02/2025 06:42
04/02/2025 06:42
04/02/2025 06:42
04/02/2025 06:42
04/02/2025 06:42
04/02/2025 06:41
04/02/2025 06:39
04/02/2025 06:38
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/02/2025 02:35
El presidente de EE.UU. dejó de insinuar el inicio de una guerra comercial y la emprendió contra sus propios socios del Nafta (Foto: Reuters) El presidente de EE.UU. dejó de insinuar el inicio de una guerra comercial y la emprendió contra sus propios socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés). El Nafta fue firmado el 17 de diciembre de 1992 y entró en vigor el 1 de enero de 1994. Se trató de un acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá que buscaba eliminar las barreras comerciales entre los tres países. Posteriormente, en 2018, el convenio fue reemplazado por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Pero Donald Trump también aumentó los aranceles a los productos exportados desde China hacia EE.UU. con una tarifa del 10% y ahora amenaza con hacer algo parecido con la Unión Europea. En definitiva, esto no parece ser una advertencia, sino que claramente se configura como una guerra comercial de un presidente estadounidense que es abiertamente proteccionista. En uno de sus discursos de campaña electoral, había dicho que Estados Unidos se había hecho grande gracias a las tarifas aduaneras y que había decaído por el impuesto a la renta. En rigor, se refería al income tax que el Estado les cobra a las empresas. No parece ser una advertencia, sino que claramente se configura como una guerra comercial de un presidente estadounidense que es abiertamente proteccionista La realidad es que el proteccionismo no es beneficioso para un país, del mismo modo que los altos impuestos a la renta corporativa tampoco fomentan el crecimiento. Cabe recordar que dichos impuestos llegaron a su punto más alto durante la presidencia de Jimmy Carter. El resurgimiento de la economía de Estados Unidos bajo la presidencia de Ronald Reagan, sucesor de Carter, se basó, entre otras medidas, en la reducción del impuesto a las rentas de las empresas -con el asesoramiento de Arthur Laffer- y en la liberalización de la economía. La estrategia de crecimiento económico de Trump se basa en el proteccionismo. Su propuesta para las empresas norteamericanas es que aquellas que instalaron plantas productoras en el exterior para luego exportar a Estados Unidos, las trasladen nuevamente al país y, bajo esa condición, obtendrán una reducción de la carga tributaria. Si no lo hacen, cuando exporten a Estados Unidos desde otros países, deberán pagar aranceles más altos. La propuesta de Trump para las empresas norteamericanas es que aquellas que instalaron plantas productoras en el exterior para luego exportar a Estados Unidos, las trasladen nuevamente al país y, bajo esa condición, obtendrán una reducción de la carga tributaria (Foto: EFE) Esto, que parece un castigo para las empresas norteamericanas que se instalaron en el exterior, en rigor es un castigo para el consumidor estadounidense, que tendrá que pagar más caros los productos importados. En ese contexto, las medidas adoptadas por Trump se han visto opacadas por el debate sobre la inmigración ilegal desde México y el problema del narcotráfico. Lo que parece un castigo para las empresas norteamericanas que se instalaron en el exterior, en rigor es un castigo para el consumidor estadounidense Todo es muy confuso, porque la cuestión de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos es un tema de control migratorio, no de comercio bilateral. Por otro lado, el anuncio del presidente Javier Milei sobre un tratado de libre comercio entre Argentina y Estados Unidos plantea un interrogante. Según el presidente argentino, si fuera necesario abandonar el Mercosur para lograr ese acuerdo, él lo haría. Al margen del muy pobre desempeño que ha tenido el Mercosur, que no se transformó en un trampolín hacia una mayor integración con el mundo, sino que quedó como una estructura de proteccionismo ampliado, resulta difícil imaginar que Trump acuerde un tratado de libre comercio con Argentina solo por simpatía con Milei. Los perjuicios del proteccionismo Lo concreto es que el proteccionismo ha demostrado sobradamente que perjudica a los consumidores y genera rentas extraordinarias para las empresas protegidas. En última instancia, el proteccionismo no es otra cosa que restringir la oferta de bienes y servicios mediante medidas arancelarias o paraarancelarias, para que los productores locales puedan obtener beneficios extraordinarios que no lograrían en condiciones de libre competencia. El proteccionismo no es otra cosa que restringir la oferta de bienes y servicios mediante medidas arancelarias o paraarancelarias (Foto: Reuters) Al restringir la competencia, el productor protegido no necesita invertir para mejorar la calidad de sus productos ni para reducir los precios de venta. Sobre los perjuicios del proteccionismo para los consumidores y el crecimiento de los países, se han escrito innumerables ensayos. En particular, son recomendables los textos de Frédéric Bastiat, como la “Petición de los fabricantes de candelas, velas, lámparas, candeleros, faroles, apagavelas, apagadores y productores de sebo, aceite, resina, alcohol y, en general, de todo lo relacionado con el alumbrado”. En este breve ensayo, con gran ironía, el autor expone el sinsentido del proteccionismo. Otro texto de Bastiat para leer sobre el impacto negativo del proteccionismo es “Robinson Crusoe y la protección arancelaria”, donde también, con tono satírico, muestra lo absurdo de esta política. Habrá que ver cómo queda posicionado el gobierno argentino entre Estados Unidos y China en esta guerra comercial. El Gobierno necesita el apoyo de Trump para mejorar sus condiciones de negociación con el FMI y, al mismo tiempo, mantener buenas relaciones con China por el swap de monedas que contribuye a inflar las reservas brutas en el BCRA, que, en caso de ser cancelado, podría poner en aprietos al ente monetario. Como se observa, pese a las reuniones con sectores libertarios, la presidencia de Trump arranca con medidas contrarias a los principios del libre mercado. Llama la atención el silencio de algunos economistas liberales, que en el pasado criticaron ferozmente el proteccionismo y que, ahora, como aliados políticos del gobierno argentino, evitan pronunciarse sobre la guerra comercial iniciada por Trump.
Ver noticia original