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  • El 2025 arrancó plagado de conflictos laborales: Acindar, Vicentin, usina Sorrento y GM, atravesados por la crisis económica

    » El Ciudadano

    Fecha: 03/02/2025 11:22

    Álvaro Arellano Importantes empresas de la región, pertenecientes a diversos sectores, comenzaron el 2025 con malas noticias en términos laborales, en el marco del parate sostenido que sufrió la producción durante el 2024 y que no anticipa una mejora inmediata para este 2025. Con realidades diferentes, pero con el freno productivo como trasfondo, el conflicto laboral recrudece en reconocidos establecimientos de la región. Despidos, suspensiones, medidas de fuerza o conciliaciones obligatorias, son algunos de los términos que resuenan en el mundo laboral del Gran Rosario y alrededores. Cada una con sus matices, pero ninguna ajena a una realidad atravesada por la crisis económica que se profundizó durante un 2024 de pérdida en el poder adquisitivo, derrumbe de consumo e impacto directo en la producción. A esto se suma el encarecimiento en dólares para exportar y la apertura importadora que pone en jaque la producción local. La metalúrgica Acindar de Villa Constitución, la agroexportadora Vicentin con sede en Ricardone y San Lorenzo, la histórica láctea Sancor (con sede en Sunchales), General Motors de Alvear y la usina Sorrento, fueron noticia durante enero por conflictos entre sus respectivas patronales y los empleados ¿Qué está pasando en cada caso? Los trabajadores de Acindar comenzaron el año con la novedad de que 60 de ellos no pudieron ingresar al establecimiento de Villa Constitución. Como respuesta, el gremio inició una medida de fuerza que paralizó por completo la producción de la planta siderúrgica, en reclamo por la situación laboral. Tras una reunión entre las partes, acordaron una tregua pero la tensión se mantuvo hasta los últimos días. En diálogo con El Ciudadano, Silvio Acosta de la Uom, detalló: “Hoy se están discutiendo suspensiones. La empresa plantea que la producción va a seguir cayendo y que hay que reducir los turnos además de discutir nuevas formas de trabajo. Esta semana salieron con una propuesta de retiros, pero todavía no se fue nadie de planta. En las últimas charlas fueron claros: no levanta la producción y hay que ir a una nueva forma de trabajo en todos los sectores”. En tanto, Vicentin sigue sumando capítulos a su saga. En este caso, y en medio de un extenso proceso judicial todavía en suspenso para la agroexportadora, sus trabajadores sorprendieron a mediados de enero con un paro en las plantas de Ricardone, San Lorenzo y Puerto General San Martín. Denunciaron que la empresa incumplió con la fecha de pago de un bono anual, acordado en 2024. En medio de declaraciones cruzadas entre el gremio aceitero los directivos (quienes vincularon esta situación a la crisis económica), esta semana llegaron a un acuerdo para garantizar el pago de los sueldos durante los próximos tres meses. En ese lapso, los trabajadores seguirán cobrando, aunque la firma cumplirá con los aportes solo por el equivalente a un salario mínimo vital y móvil. Lo hará por el sueldo completo solo para trabajadores mayores de 60 años. Por su parte, en usina Sorrento el año también comenzó caldeado luego de la decisión del grupo Taselli de cesantear a la mitad del personal. Entre contratados directos e indirectos la planta cuenta con una treintena de trabajadores. La provincia intervino con una conciliación que vence el próximo 6 de febrero y desde el gremio Luz y Fuerza no son muy optimistas respecto al futuro. La empresa no propone alternativas, solo esgrime dificultades por la situación económica que atraviesa el país. A esto se suma que el contrato de generación eléctrica que tiene la vieja central térmica con el Estado vencerá dentro de dos años. El temor de fondo es que Taselli liquide la empresa y vire su valioso emplazamiento frente al río Paraná a un negocio inmobiliario de valor incalculable. Al respecto, el titular del gremio Luz y Fuerza contó a este diario: “Vamos a hacer una presentación por incumplimiento del grupo sobre la explotación de la usina, que eran 35 años. Los terrenos tienen un valor muy grande y están especulando para llegar al tiempo estipulado en el pliego, que se cumpliría entre el 2027 y 2028. Creemos que quieren desinvertir. Al grupo solo le interesa consolidar su capital accionario con fines inmobiliarios”. La láctea Sancor también profundiza su crisis. En las últimas semanas envió cientos de telegramas de despido en sus plantas y evalúa abandonar su esquema cooperativo. Al 28 de enero, serían más de 300 telegramas de despido, repartidos en las cinco plantas que hay en el país: tres en Córdoba (Devoto, Balnearia y La Carlota) y dos en Santa Fe (Sunchales y Gálvez), donde hasta la fecha daban empleo a más de 1.300 trabajadores. Desde la histórica láctea aseguraron que “los despidos son una consecuencia directa de la caída en la producción” y que “no es posible sostener las estructuras actuales cuando no hay trabajo”. Además, reconocieron que la firma carece de flujo en la caja para cumplir con sus obligaciones básicas, incluidas las deudas con la Empresa Provincial de Energía (EPE), que ascienden a 2.500 millones de pesos. Si no se regulariza esta situación antes del 28 de febrero, SanCor podría quedarse sin suministro eléctrico, afectando aún más su operatividad. Otra de las que tuvo un 2024 difícil y promete un 2025 igual o peor, es General Motors, que lanzó un programa de retiros voluntarios con el objetivo de deshacerse de 300 empleados. La decisión está vinculada a la merma productiva del año pasado, que se porfundizaría en un 50% durante este año. GM fue noticia durante 2024 por reiterados parates en su producción, en simultáneo a procesos de retiros voluntarios. La proyección anual de la empresa pasó de 430 mil a 330 mil unidades anuales.

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