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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/02/2025 02:52
Mauricio Macri (Jaime Olivos) Más allá de todo juicio de valor, está claro que el Presidente Milei representa un estilo, dogmas y un concepto jamás visto en la política nacional. Incluso a nivel mundial, es reconocido como punta de lanza de un nuevo paradigma global, por dirigentes y mandatarios de distintos continentes. ¿Es posible que este “fenómeno barrial” haya surgido de la nada? La generación espontánea no existe, y son muchas las condiciones que deben darse para que aparezcan -y se mantengan- este tipo de liderazgos. Entonces, cabe preguntarse: ¿existiría Milei sin que antes alguien haya puesto en agenda las cuestiones que hoy plantea con tanta virulencia? ¿Existiría Milei si no se habría combatido al kirchnerismo por 20 años? ¿Existiría Milei si la gente no hubiera experimentado que otro camino era posible? ¿Existiría Milei sin una enorme generosidad política de quien podría haber obstaculizado su llegada y gestión? En síntesis: Sin Macri, ¿existiría Milei? La pregunta es doblemente válida, porque no sólo se eligió a un outsider con cualidades nunca antes vistas, sino que, además, Argentina dio un volantazo a contramano del resto de Latinoamérica, que votó opciones de izquierda o socialdemócratas. ¿Habrá sido que la memoria colectiva de los argentinos procesó como un grave error la elección del 2019 y quiso retomar con mayor velocidad y sin atajos el camino que quedó trunco con la ida de Macri? Es que el Gobierno de Mauricio Macri siempre propuso un país moderno, pujante, inserto en el mundo, con una economía prolija, guiado por los valores de la libertad, la meritocracia y el respeto al otro. Ese antecedente de la gestión de Cambiemos dejó mucho más que un legado moral: rutas, puentes, puertos, aeropuertos, trenes, energías renovables, lucha contra la corrupción e inserción en el mundo. Recibió una economía devastada, y en el primer mes sacó cepo, retenciones y unificó el tipo de cambio. Se fue con tarifas alineadas, reparación histórica y una fórmula digna para los jubilados, superávit comercial, riesgo país bajísimo y terminó el mandato con prácticamente déficit cero. Podría seguir párrafos enteros enunciando logros. Con aciertos y errores, lo de Macri fue una gesta que dejó implícita la idea que se puede cambiar, que el populismo es pobreza y que resignarse nunca es opción. Fue un catalizador decisivo para eso nuevo -y tal vez más extremo- que Milei presentó a la sociedad. Otro punto a tener en cuenta es que la gestión 2015-2019 le hizo el mayor de los regalos al actual gobierno, la experiencia. Un know how con un detallado manual de normas y procedimientos no escrito, detallando lo que no funciona. En esa etapa la Argentina era otra, se gestionaba a prueba y error; con el mundo, la tecnología y la comunicación en constantes y drásticos cambios. También teníamos minorías legislativas y pocas gobernaciones provinciales. Pero en vez de motosierra elegimos manejarnos con valores republicanos y diálogo. ¿Se imaginan si en 2015 la propuesta hubiera sido motosierra? ¿Estaría madura la sociedad para crudos recortes y ajustes de shock? Se hizo camino al andar. Así y todo, el de Macri fue el único gobierno no peronista en terminar su mandato, y lo hizo con el 40,28% de los votos. Fuimos exploradores involuntarios de Milei, que testeamos una tierra incógnita llena de abismos y amenazas. Porque a pesar del republicanismo y el respeto irrestricto a la diversidad de ideas de entonces, del otro lado siempre estuvo el atavismo antidemocrático de la chicana, la mentira y del todo vale para ir por todo. Tiraron piedras, intentaron voltear la institucionalidad por todos los medios, y hasta intentaron plantarnos muertos.¿Será por eso la actual vehemencia presidencial cuando los enfrenta diciendo que “no hay que darles ni un centímetro” mientras los insulta? Nos llamaron tibios, moderados, tiempistas. Es contra fáctico suponer como nos habría ido si actuábamos distinto, lo cierto es que gracias a esas experiencias aprendimos. ¿O acaso en ese entonces el Presidente Milei no marchó con Moyano y la izquierda junto a lo peor de la casta sindical en 2018? Cortando calles sin protocolo antipiquete. Todos aprendimos. Pero Javier Milei, además de cosechar la semilla de un país distinto y la experiencia de Mauricio Macri, también recibió un plus determinante: el sostén político. En el ballotage nuestro apoyo fue decisivo. Pusimos toda la experiencia, estructura de fiscales, militando en las calles y pidiendo a nuestro electorado -inclusive a los viejos meados- que voten por un cambio para desterrar del poder a Massa, Alberto y Cristina Fernández. No obstante, un gobierno sin legisladores, gobernadores ni intendentes es inviable. Y ahí otra vez estuvo el ex presidente Macri ordenando, fijando prioridades, sumando las manos en el Congreso Nacional y facilitando el diálogo con nuestros gobernadores. Cada vez que se necesitó, el PRO aportó votos, pero también bancó vetos. Macri pagó costos políticos que no le correspondían; pero su misión personal de desterrar al populismo para que Argentina vuelva a su grandeza de antaño es innegociable. Parece mentira que haya que recordarlo, pero sin ese sostén político que se le dio a Milei, el país sería un caos en lo económico y un desastre en lo social. Fue el PRO quien salvó a la Argentina. Todo tiene una génesis, una historia, un antecedente y un presente que explica su existencia. Si Macri no hubiera sembrado las semillas de la libertad que hoy se imponen con fuerza en nuestra sociedad, esta sería otra realidad. No tendríamos paz, ni avance alguno sin el camino y la experiencia que supimos transmitir. Sin Macri, ¿existiría Milei? Para mí, la respuesta es obvia.
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