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» Diario Cordoba
Fecha: 01/02/2025 03:57
Muy probablemente España ha sido, tras de Francia, la nación que mayor relación ha tenido con los Estados Unidos de América desde su nacimiento hace 250 años. Sin la alianza de nuestro país con la Francia de Luis XVI es harto presumible que la independencia se hubiera retrasado dos o tres generaciones. España había vuelto a ser una primera potencia y sin su apoyo George Washington y sus seguidores habrían debido aplazar sus ansias de libertad por varias décadas. Y muy curiosa y acertada al respecto en la simbología hispana bélica más esclarecida, el malagueño José de Gálvez brillaba con resplandores peraltados y sin sombra alguna. El protagonismo aludido en el nacimiento del gran Estado americano no se redujo ni restringió en todo elochocientos cuando la emancipación del continente llamado por USA latinoamericano se hizo posible en gran medida merced al apoyo decidido e interesado de Washington por su causa. La trascendencia decisiva de Norteamérica en el derrumbe final de la América española llegó a su culmen, como se recordará, con la pérdida de los últimos territorios ultramarinos en elmuy aciago 98, punto y aparte realmente en la trayectoria de nuestra patria en su recorrido continental. Este ayer sucintamente recordado es una de las causas principales del exacerbado interés despertado en la opinión pública española por la toma de posesión del 47 Presidente Trump. A tono con la muy híspida atmósfera política reinante hodierno a nivel mundial y, por ende, en numerosos Estados de un mundo globalizado, en España algunas de sus plumas más abastadas de saber o sensibilidad dan razón de sus temores ante actuación de una personalidad en verdad arrebatada y sin templanza alguna para dirigir Occidente en una fase ciertamente crucial de su andadura. Si como hacen prever algunas de sus declaraciones y, por el momento, aisladas posiciones frente a temas trascendentes de la convivencia internacional, su presidencia se inaugura con medidas especialmente espectaculares o innovadoras, es claro que el panorama mundial se puede trocar incuestionablemente en más arriscado, con posibilidad siquiera fuese mínima de bordear fronteras con catástrofes o hecatombes históricas. Si por el contrario y conforme a como casi todos los pueblos de la tierra desean, la política de Washington impulsada por un talentoso Clown no dejara de ser una gritona palabrería, según sucediera en su primera estadía presidencial, el mandato cuatrienal abierto en este final de enero de 2025 no pasaría de ser una ópera bufa del peor estilo. ¿Remedio? Esperar y ver como aconteciera con éxito en otras épocas de la Historia, disciplina siempre grave y rigurosa.
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