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  • Patricia Bindi: del mostrador a la gerencia, un ejemplo de liderazgo femenino en la banca argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 30/01/2025 04:41

    En un nuevo episodio de Espacio Único, el ciclo de entrevistas de Infobae y Banco Comafi que destaca a mujeres de trayectoria en negocios, industrias y tecnología, Patricia Bindi, ex directora de Banca Empresas de HSBC, compartió su experiencia de más de 30 años en el mundo de las finanzas. Desde su sueño de lograr independencia económica hasta convertirse en una destacada líder en el ámbito financiero. Pato, como la llaman todos, es licenciada en administración de empresas y desde 2015 estuvo al frente de un equipo de más de 300 colaboradores y gestionó una cartera de 11.000 clientes, abarcando empresas locales e internacionales. Además, estuvo a cargo de áreas clave como Préstamos, Comercio Exterior y Cash Management, consolidando a la banca comercial de HSBC entre las diez más importantes a nivel global. Es cofundadora de Mujeres al Mundo y forma parte del directorio de Voces Vitales Cono Sur, organizaciones que impulsan la diversidad y la igualdad en el ámbito laboral. Como mentora, motiva a aprovechar las oportunidades y a desafiar los propios límites. Fue reconocida por el Financial Times en el puesto 28 de las 100 mujeres ejecutivas del mundo que promueven la diversidad y el liderazgo femenino. Durante su desarrollo, enfrentó los desafíos de ser una mujer joven en un sector tradicionalmente dominado por hombres, destacándose por su compromiso, resiliencia y capacidad para salir de su zona de confort. Su carrera refleja una combinación de esfuerzo, aprendizaje constante y un enfoque claro hacia el crecimiento personal y profesional. Hoy se define como “una emprendedora y disfrutadora serial de la vida”. Patricia Bindi: "Mi consejo en el ámbito laboral es que sepan a dónde quieren llegar, cuál es el lugar que quieren ocupar y que salgan de la zona de confort". (Candela Teicheira) — ¿Por qué soñabas con trabajar en un banco? — Yo vengo de una familia de clase media, todos profesionales, médicos o abogados. Cuando cumplí 18 años, le dije a mi papá: “Quiero trabajar, quiero mi independencia económica”. Mi papá me miró y me dijo: “Estás loca. Vos tenés que ser médica”. “No, papi. La verdad es que la sangre me desmaya. Quiero trabajar en el banco y voy a estudiar más adelante”, le respondí. Tenía un tío que era médico del Banco Nacional de Desarrollo y lo llamé. Apliqué en tres bancos, rendí exámenes en las casas matrices y entré en los tres. Tomé sola la decisión de en qué banco quería trabajar. Elegí el Banco Europeo para América Latina, que era un banco extranjero, y pensé en posibilidades para el futuro y en la conectividad internacional. Entré como administrativa y fue muy divertido, aprendí muchísimo. Yo siempre me puse objetivos en mi vida y en la carrera más. Mi objetivo era que no me iba a quedar en esa posición, quería demostrarle a todos los profesionales de mi casa que iba a llegar a una posición mayor sin ser profesional y después iba a estudiar. De hecho, fue así. Diez años después era gerente de una sucursal. — ¿Cuáles fueron los pasos que diste dentro del banco? — Pasé por distintas posiciones: cajera, empleada de mostrador, ayudante de firma, sub contadora, contadora, hasta que fui gerente de una sucursal. Ahí tuve el mentoreo de una mujer que ya no está en este mundo, pero me ayudó muchísimo a poder ver el futuro y darle oportunidades a otros. Ella siempre confió en mí y yo hice lo mismo con la gente que trabajó conmigo. Pero tuve que superar varios obstáculos. A los 28 años era gerente de una sucursal, mujer y en el año 1988. — ¿Qué estudiaste después? — Cuando llegué a los 30 años, dentro de esta idea de ponerme objetivos, me di cuenta que si llegaba a los 40 años, siendo mujer, no iba a crecer más de lo que había crecido siendo gerente de sucursal. Entonces, fui a la Universidad Belgrano e hice una carrera técnica en organización y administración bancaria. Lo hice en dos años y me di cuenta que estaba todo intacto, entonces ahí cursé la licenciatura en administración de empresas. Después fui teniendo otros entrenamientos y posgrados en otras universidades para seguir creciendo. Pero tuve esa visión de que si llegaba a los 40 años siendo mujer y no tenía una carrera no iba a poder seguir creciendo y yo quería seguir haciéndolo. — ¿Cómo gestionabas tu vida personal? — Nada es gratuito. Yo me casé, me divorcié y en el momento que podría haber tenido hijos, privilegié la carrera. Estaba en un momento en donde no era viable, estaba en el cambio como gerente de sucursal, mi marido en ese momento se había quedado sin trabajo, yo tenía la responsabilidad de mantener un ritmo de vida y no era el momento adecuado. Hoy no me lo planteo. Por algo Dios no quiso que fuera madre. — No te pesa. — No, hoy no me pesa. En el momento que podría haberlos tenido no se dio la posibilidad. Me di cuenta mucho más tarde en mi carrera el hecho de tener bien claro el peso de la vida personal y el trabajo. Yo privilegié siempre el trabajo por sobre todas las cosas, entonces hoy cuando miro para atrás o cuando coacheo a alguien, le digo: “Pensá en tu vida personal. Es muy importante”. De hecho, ese cambio lo hice mucho más adelante. Me dije: “Estoy sana, estoy bien, tengo mucha energía. ¿Cuánto más querés?”. "Es importante tener educación financiera para, en un futuro, estar tranquilas y poder hacer lo que tengan ganas de hacer sin tener que estar trabajando hasta muy grandes", advirtió Pato. (Candela Teicheira) — ¿Y está orgullosa la Pato cajera de banco de esta versión actual que prioriza su vida por sobre los negocios? — Sí, estoy orgullosa porque supe cuándo hacer el stop. Sabía que ya era mi momento, era el mejor momento para irme y estoy orgullosa porque crecí trabajando, confiando en mí y haciendo que las cosas pasen. Es muy difícil irte cuando vos estás en lo mejor de tu carrera. Estaba muy bien localmente, con mucho reconocimiento internacionalmente. Creo que fue un golpe para muchos que trabajaban conmigo, pero fue una decisión que tomé y logré que el senior manager me entendiera y me respetara. Eso fue bueno también. — ¿Te felicitaste por esa decisión de priorizarte? — Sí, me sigo felicitando cada día que pasa. Cuando me preguntan: “¿Te arrepentiste de haberte ido? ¿Qué extrañas?”. La verdad que extrañé o extraño a la gente, pero sigo en contacto con muchos de ellos... — ¿No te dan ganas de volver renovada o tal vez con otra propuesta? — No. Si yo encuentro algo que me parta la cabeza y diga: “Es esto”. Me voy a tirar de lleno, pero por ahora no pasó y me siento muy feliz con la nueva vida que estoy haciendo. — ¿Qué sentís que te hace única? — Creo que todas las mujeres somos únicas. En mi caso creo que es que soy muy directa, soy lo que ves, no hay otra cosa. Siempre me puse objetivos, los fui cumpliendo y ayudé a los que estaban al lado mío, a mis equipos a tomar riesgos y crecer. Además, soy muy fiel con mis principios y convicciones. Tengo un grupo de gente que está al lado mío por lo que fui, no por lo que tengo, lo que tuve o lo que tendré sino porque me aceptan como soy, con mis fortalezas y debilidades, y los acompaño hasta el fin del mundo. — ¿Qué consejos le das a los chicos que quieren empezar una carrera y meterse en el sistema financiero? — Les diría que es muy importante proyectar qué es lo que uno quiere hacer, a dónde quiere llegar y saber que para poder llegar a esa posición muchas veces no es todo para adelante el camino. A veces tenés que dar pasos a los costados o uno paso para atrás y dos para adelante. Que manejen la ansiedad, que sepan a dónde quieren llegar, cuál es el lugar que quieren ocupar y que vayan generando esa carrera porque muchas veces tienen que salir de la zona de confort. Me ha pasado escuchar: “Yo hace 20 años que trabajo acá y quiero ser tal cosa”. Pero si están dadas las posibilidades, tenés que ver qué otra posibilidad tenés para poder crecer y esto también es muy divertido. Tener un justo equilibrio entre vida y trabajo y asumir riesgos, sin dudas, es fundamental. Yo pasé toda mi vida asumiendo riesgos y está bueno hacerlo. "Tuve una mentora que siempre confió en mí y yo hice lo mismo con la gente que trabajó conmigo", explicó Patricia en diálogo con Silvia Cordano. (Candela Teicheira) — Te voy a hacer la pregunta Comafi, que es un clásico para vos que venís del mundo de la banca y sos mentora de líderes. ¿Qué les decís a las mujeres para promover la educación financiera? — Es muy importante que la mujer sepa administrarse financieramente y yo lo supe desde el principio. Al haber trabajado en banco, me encontré con tantas mujeres que me decían: “Las finanzas las maneja mi papá, la plata la maneja mi marido. Yo al género y él la maneja”. Vi tantas situaciones en las que el papá o el marido se mueren y que no saben manejar la plata ni la empresa ni nada o que el marido se va con otra y la deja en Pampa y la vía. ¿Qué quiero decir con esto? Que nosotras trabajamos, trabajamos, trabajamos y no pensamos en eso, en discutir nuestro salario como corresponde, más allá que sigue habiendo una brecha del 27% entre lo que ganan un hombre y una mujer en una misma posición. Pero no nos ocupamos de que nos rinda la plata. Yo no digo arriesgar tanto sino con un criterio conservador, no dejar la plata durmiendo en una caja de seguridad, que se desvaloriza, porque el dólar también se deprecia. Es importante la educación financiera y no nos tiene que dar vergüenza aprender. Podemos aprender aunque tengamos 40, 50 o 60 años a administrar nuestra plata y ser dueñas de nuestro dinero. Es espectacular lo que está haciendo Banco Comafi porque hay muchas mujeres que han ocupado posiciones como las mías o superiores que no saben lo que es manejar su plata y mi recomendación es que lo hagan. Es importante para, en un futuro, estar tranquilas y poder hacer lo que tengan ganas de hacer sin tener que estar trabajando hasta muy grandes.

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