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» Diario Cordoba
Fecha: 22/01/2025 05:01
El turismo no afloja y sigue sin tocar techo. El sector turístico -que vive esta semana su gran cita anual con la celebración de Fitur en Madrid- sigue alimentando una etapa de crecimiento histórica y acumulando récord tras récord, y se ha consolidado como la gran locomotora de la economía española. El PIB turístico escaló el año pasado hasta un máximo histórico de casi 207.800 millones de euros, con un fortísimo incremento 6,5% desde un 2023 que ya fue excepcionalmente bueno, según el último informe de Exceltur, el lobby que agrupa a una treintena de las mayores empresas turísticas del país (entre ellas, Meliá, Minor, Iberia, Globalia, Riu o Amadeus). El turismo se confirma como el principal motor del crecimiento de la economía española, en un momento en que España se ha convertido en el país que más crece de entre las economías avanzadas mundiales. El turismo creció más del doble que el conjunto de la economía española (a la espera del dato oficial, el consenso de analistas apunta a un alza del PIB del 3% el año pasado) y fue responsable de más de una cuarta parte de todo el crecimiento económico español. El turismo volvió a ser por segundo año consecutivo el sector que mayor aportación directa hizo al crecimiento del PIB, con una inyección extra el año pasado de casi 10.650 millones de euros, por delante de las actividades inmobiliarias (9.800 millones), de los servicios públicos (7.200 millones) y casi el doble que la industria manufacturera (5.700 millones). Y en este crecimiento explosivo de la actividad del turismo es la avalancha de casi 100 millones de turistas internacionales la que se está convirtiendo en el gran dinamizador, más que en años anteriores. España marcó el año pasado un nuevo máximo histórico de llegadas de turistas extranjeros y alcanzó los 94 millones de viajeros foráneos, con un fuerte incremento del 10%, según las estimaciones del Gobierno anticipadas por el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, y que aún deben ser confirmadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en las próximas semanas. Las previsiones gubernamentales para el conjunto del año también apuntan a un récord del gasto total que generaron los visitantes foráneos, hasta los 126.000 millones de euros, un 16% más. El aluvión de llegadas de turistas internacionales y el incremento aún mayor del gasto realizado por los viajeros es el componente que mayor contribución ha realizado para impulsar el aumento de actividad turística. La demanda internacional es responsable del 80,8% de todo el crecimiento del PIB turístico el año pasado, aportando unos 8.600 millones de los 10.700 millones de actividad extra del sector en 2024, según los cálculos de Exceltur. Más… y mejor “La demanda turística extranjera concluye un notable 2024 caracterizada por crecimientos generalizados, que continúa arrojando al igual que lo hiciera el año anterior, un mejor balance en ingresos que en afluencia, respondiendo al deseado patrón de mejorar su contribución socioeconómica en los destinos españoles, sin la necesidad de incorporar una mayor presión en aquellas zonas de afluencia masiva”, explica Exceltur en su último informe. “Este patrón se produce no sólo por el contexto de aumento de precios para compensar el aumento de los costes, sino por la apuesta por la mejora de producto que viene realizando desde hace años un creciente número de empresas y de destinos”. Y es que desde la asociación de los gigantes turísticos se subraya que el ‘boom’ del sector se está asentando en un patrón de crecimiento que, en su opinión, es cada vez más sano, dado que se ha fundamentado en una inversión generalizada en los últimos años para mejorar el productos turístico hacia propuestas de cada vez mayor valor añadido y con un aumento de la productividad por hora trabajada superior al resto de sectores económicos. Vienen más turistas, pero gastan mucho más (también más que los españoles), y eso ha hecho su peso en el crecimiento del año pasado se haya desbocado. "Se está avanzando en la generación de más valor añadido, con un perfil de cliente que aporta más por el aumento del gasto, unido al aumento de la productividad de los trabajadores", apunta el nuevo vicepresidente ejecutivo del lobby, Óscar Perelli. La inversión privada en mejora y reposicionamiento de producto ha crecido un 6,2% de media anual desde el parón de 2020 por la pandemia. El resultado es que los hoteles de cuatro y cinco estrellas han sumado 81.750 plazas desde 2019, mientras que los de categoría inferior han reducido 21.150 plazas. Desde el Ministerio de Industria y Turismo se destaca, además, que la mejora cuantitativa de llegadas internacionales se ve reforzada por los avances cualitativos fundamentales para el sector, basados en la desestacionalización (las visitas crecen más en los meses de temporada baja y media), la diversificación (con mejoras mayores en visitantes por motivos culturales y gastronómicos que por sólo ‘sol y playa’), la desconcentración (con alzas del negocio mayores en la España de interior) y la ampliación de mercados (con mayores crecimientos en viajeros de largo radio y de alto valor añadido, como los de EEUU, Latinoamérica y China). ¿Morir de éxito? En pleno empacho de buenos resultados, desde el propio sector y desde las Administraciones se han venido lanzando mensajes de alerta sobre la necesidad de controlar este crecimiento desbordante para evitar la saturación de algunos destinos y para mitigar el rechazo social que empieza a detectarse por los problemas de convivencia provocados por la masificación. El temor a morir de éxito por un boom ingobernable del turismo está prendiendo y ha empezado a cundir la preocupación por que los episodios esporádicos de turismofobia en la ciudadanía se generalicen. La gentrificación de muchas zonas de las grandes ciudades, la expulsión de población residente de barrios tomados por el turismo, el encarecimiento del alquiler y el precio de la vivienda en propiedad, problemas de convivencia… De momento, la labor de las Administraciones (del Gobierno central a CCAA y ayuntamientos) en este ámbito se han concentrado en intentar empezar a frenar la expansión de los pisos turísticos, y los mensajes de los grandes del turismo se han concentrado en responsabilizar casi exclusivamente a la oferta ilegal de viviendas para alquiler turístico de la masificación y de los problemas de convivencia. “Las propuestas turísticas de calidad no tienen por que ser inevitablemente caras”, subrayó el ministro Hereu ante el riesgo de expulsar a turistas, nacionales e internacionales, de gasto medio o bajo para sólo privilegiar el turismo de alta calidad y para clientes de alto poder adquisitivo (el más rentable y hacia el que el sector apuesta por dirigirse). “Tenemos 94 millones de visitantes. Los hay de todo tipo y los queremos de todo tipo. Cuando estamos al borde de llegar a los 100 millones de turistas está claro que no son todos millonarios”, zanjó el ministro. Más equilibrio en 2025 Las previsiones que anticipa el lobby de los grandes grupos empresariales para 2025 contemplan que la aportación del sector al PIB seguirá creciendo, aunque de manera más moderada. “El turismo está entrando en un proceso de normalización, tras los crecimientos disparados”, apunta Perelli. En 2025 el sector elevará su actividad real hasta los 224.300 millones de euros, con un alza del 4% en relación al pasado año (frente al 2,5% de crecimiento del PIB previsto por el Banco de España para este año). Las estimaciones de Exceltur apuntan a que durante este ejercicio habrá una tendencia al equilibrio, y la contribución al crecimiento del PIB turístico de la demanda internacional se moderará y tendrá mayor peso de nuevo la demanda de los clientes nacionales. Y eso que tanto el Gobierno como el sector turístico dan por hecho España seguirá estirando un boom de llegadas de turistas internaconales que parece no encontrar techo. “En este 2025 seguirá la senda de crecimiento y habrá nuevos récords”, anticipó la semana pasada el ministro Hereu, que eludió dar una previsión oficial para el conjunto de este año, pero sí dio alas a alcanzar la cota histórica de los 100 millones de turistas internacionales. “Lo veo posible, sí. No me obsesiona. Seré igual de feliz estando un poco por encima que estando un poco por debajo. No quiero sacralizar las cifras, pero nos tenemos que preparar para este crecimiento”.
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