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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/01/2025 09:03
Vista aérea de Foula, la recóndita isla escocesa del archipiélago de Shetland (Mike Pennington, Geograph) Foula es una isla perteneciente al archipiélago escocés de Shetland, al norte del país más septentrional de los cuatro que forman el Reino Unido. Con una superficie de 1.265 hectáreas, es la isla permanentemente habitada más remota de las islas británicas. Esto se ve reflejado en su población: solo está habitada, según el último recuento de habitantes, por 36 personas. Se encuentra a 26 kilómetros de Shetland, y se puede visitar en ferry (aunque solo desde Shetland) o en alguno de los vuelos regulares que parten desde el aeropuerto de Tingwall, aunque el avión que realiza los trayectos solo tiene 8 plazas. Esta isla obtiene todo su suministro de energía de fuentes renovables: molinos de viento, sistemas hidroeléctricos, y paneles solares, aunque también cuenta con generadores como respaldo, por si alguna de sus renovables llegase a fallar. Debido a su escasa población, los isleños que residen en Foula suelen tener que asumir varios roles al mismo tiempo. Según el medio británico BBC, Robert Smith, un hombre de 27 años que vive en la isla, se encarga, dependiendo de las necesidades que haya en el momento, de hacer de tripulación en el ferry, de trabajar en la planta de tratamiento de agua, de hacer de guía turístico para los visitantes, e incluso de repartir correspondencia. “Hacemos todo y cualquier cosa”, comentó. “Hay que mantenerse ocupado. Todo el mundo aporta”. La oficina de correos de Foula (Flickr) Foula nunca asumió el calendario Gregoriano Como Robert también vivió durante un tiempo en Shetland durante sus años formativos, ha experimentado “lo mejor de los dos mundos”: el escocés ha tenido el privilegio de celebrar dos Navidades y dos días de Año Nuevo en el mismo año. Esto se debe a que, en esta isla, se sigue utilizando aún el calendario Juliano, aunque en el resto del mundo quedó obsoleto hace más de cuatro siglos, cuando el Papa Gregorio XIII lo reemplazó con el actual, el gregoriano. Supone, entonces, que para los habitantes de esta isla escocesa, la Navidad caiga el 6 de enero y el Año Nuevo, el 13 de enero. Aun así, en la mayoría de aspectos los habitantes de Foula no son especialmente estrictos con su calendario por motivos prácticos, ya que no estar “sincronizado” con el resto del mundo puede suponer una dificultad. Según Robert, “cuando estaba creciendo se sentía único. Pero nuestro año nuevo es parecido al ‘first footing’ (una tradición escocesa que consiste en ser la primera persona en visitar el hogar de unos vecinos en el nuevo año). Vas de casa en casa con una bebida, te quedas un rato, te pones al día. Después quizás vuelves a casa a cenar y luego a algún sitio para festejar hasta la madrugada”. Richard también describe estas fiestas como “orientadas a la familia, más íntimo, y siempre tocamos música juntos. Es algo por lo que la isla es conocida. Es una buena manera de congeniar. Es como lo hemos hecho siempre”. En cuanto a la Navidad, “es similar, la mayoría de la gente se queda en casa por la mañana para (abrir) regalos y pasar tiempo juntos”, aunque añade que “en el pasado quizás había tradiciones diferentes que se han ido desvaneciendo. Los hombres solían ir a cazar pájaros para cocinar”. Y es que, si hay mucho de algo en Foula, son pájaros. De hecho, su propio nombre viene de “Fuglaey”, una palabra en nórdico antiguo - (porque, además, esta isla fue el último lugar donde se hablaba Norn, una reliquia de los tiempos nórdicos), que significa “isla de pájaros”. Esto se debe a lo remoto de la isla, al hecho de que esté rodeada de zonas ricas en alimento, y a la escasez de su población humana, así como de otros depredadores. Es tal la riqueza de la isla en este sentido que es considerado un Lugar de Especial Interés Científico (Site of Special Scientific Interest) por sus colonias de pájaros marinos. Foula, una isla de 4 kilómetros dominada por cinco picos Foula es una isla de apenas 4 kilómetros de longitud, con costas finas y fértiles al este y al norte, conocidas respectivamente como Hametown y Ham, que son, además, donde se encuentran las 16 pequeñas granjas pertenecientes a sus habitantes. El resto de la isla está claramente dominado por cinco imponentes picos: Da Noup, Hamnafield, Da Seug (el más alto de los cinco, con 418 metros de altura), Da Kame, y Soberlie. Esto convierte a esta pequeña isla en un verdadero paraíso para los caminantes ávidos y los ornitólogos. Ubicada al oeste de la isla, Da Kame cuenta con un acantilado de unos 375 metros de altura, uno de los parajes más bonitos de la isla. Además, al igual que el resto de acantilados, en sus paredes anidan miles de aves marinas. Se han llegado a observar incluso aves poco frecuentes del continente americano y de Siberia. Su particular paisaje atrajo, en 1937, al cineasta inglés Michael Powell para la grabación de su película The Edge of the World (El borde del mundo), una historia de ficción sobre la evacuación de St Kilda (otro archipiélago escocés). Realmente, el título de esta película resume bastante bien las características de esta pequeña isla. La remota isla de Foula (Flickr) Aunque ser remota la haga única, no todo es positivo Como se puede llegar a entender, el estar separada del resto del mundo también ha supuesto dificultades. Debido a esto, Foula ha sufrido varios periodos largos de desconexión total, no pudiendo recibir suministros, aunque esto acabó en los años 70 tras la construcción de una pista de aterrizaje en la isla. Otra consecuencia, sin embargo, es la falta de inmunidad a enfermedades de su población. En el año 1720, una epidemia de viruela golpeó la isla. La falta de inmunidad supuso, según se cuenta, que de las 200 personas que habitaban la isla entonces quedasen únicamente 6 para enterrar a los muertos.
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