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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/01/2025 14:40
Los productos lácteos aportan calcio, que puede unirse a ácidos dañinos en el colon y proteger la salud intestinal (Freepik) La investigación más reciente sobre los vínculos entre la dieta y el cáncer de intestino encontró respaldo significativo respecto al papel del calcio en la prevención de esta enfermedad. Según un estudio publicado en Nature Communications, una ingesta diaria de 300 mg de calcio -cantidad que se encuentra en aproximadamente en un vaso de leche- se asocia con una reducción del 17% en el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Este beneficio no está limitado a fuentes lácteas, ya que alternativas como la leche de soja fortificada presentan un efecto protector similar. La doctora Keren Papier, epidemióloga nutricional de la Universidad de Oxford y autora principal del estudio, subraya que el calcio actúa como el principal factor responsable de esta protección. Según sus declaraciones a The Guardian, el mineral puede “unirse a los ácidos biliares ya los ácidos grasos libres en el colon”, lo que disminuye su potencial de causar cáncer. “Tanto el colon como el recto son parte del intestino grueso, que a veces se llama simplemente intestino. El cáncer de ambos órganos a menudo se agrupa y esto se denomina cáncer colorrectal”, detalla el Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Más del 50% de los casos de cáncer colorrectal pueden prevenirse con hábitos saludables (Freepik) Estos hallazgos refuerzan la importancia de incorporar fuentes adecuadas de calcio en la dieta diaria, especialmente en el contexto de una enfermedad que afecta a millones de personas cada año. Si bien las tendencias generales son alentadoras, los investigadores instaron a profundizar en el análisis de los mecanismos por los cuales el calcio ejerce su efecto protector. Sophia Lowes, de Cancer Research UK, señaló que “los productos lácteos como la leche pueden formar parte de una dieta que reduce el riesgo de cáncer de intestino”. Esta evidencia, aunque sólida, fomenta la necesidad de realizar más estudios, particularmente en grupos diversos y con variables controladas, para ampliar la comprensión sobre cómo prevenir esta enfermedad devastadora. Factores de riesgo y prevención del cáncer colorrectal Para 2040, se proyectan 3,2 millones de nuevos diagnósticos anuales de cáncer colorrectal (Imagen Ilustrativa Infobae) El cáncer colorrectal, una de las principales causas de muerte por cáncer en el mundo, está fuertemente influenciado por factores relacionados con el estilo de vida. Según los estudios revisados, más de la mitad de los casos podrían prevenirse mediante cambios en la dieta y hábitos saludables. Entre los factores de riesgo más destacados se encuentran: Consumo de alcohol: una copa grande de vino diaria (aproximadamente 20 g de alcohol) aumenta el riesgo de cáncer de intestino en un 15%. Carnes rojas procesadas: cada 30 g de ingesta diaria incrementa el riesgo en un 8%. Otros hábitos nocivos: fumar, el sedentarismo y el sobrepeso también contribuyen significativamente. Por otro lado, los factores preventivos incluyen: Aumento de la fibra dietética: consumir frutas, verduras y cereales integrales reduce el riesgo. Actividad física: mantenerse básicamente activo. Control del peso y reducción del alcohol: ambos son fundamentales para prevenir esta enfermedad. Lowes enfatizó que mantener una dieta equilibrada y rica en alimentos protectores es crucial, junto con limitar el consumo de alimentos y bebidas de riesgo. Datos epidemiológicos y proyecciones futuras El calcio en la dieta puede reducir el potencial cancerígeno de los ácidos grasos en el colon (Imagen Ilustrativa Infobae) El cáncer de intestino o colorrectal es el tercer cáncer más diagnosticado a nivel mundial, con casi 2 millones de casos al año. Su impacto es alarmante no solo por el número de afectados, sino también por su creciente incidencia en jóvenes. Se proyecta que, para 2040, los diagnósticos anuales alcancen los 3,2 millones y las muertes lleguen a 1,6 millones, principalmente en países de altos ingresos. Este incremento podría atribuirse a factores como el consumo excesivo de carne procesada y alcohol, y al estilo de vida sedentario característico de las naciones más desarrolladas. Otro dato relevante es el aumento de la incidencia en regiones donde antes era baja, como África y el sur de Asia, lo que refleja la influencia de los factores ambientales y de estilo de vida. Detalles del estudio sobre cáncer colorrectal Los hallazgos respaldan la necesidad de incluir fuentes de calcio en las recomendaciones dietéticas globales (Imagen Ilustrativa Infobae) La investigación, basada en los datos del Million Women Study, analizó 97 factores dietéticos en más de 540.000 mujeres durante 16,6 años. Los hallazgos más relevantes incluyen: Calcio y riesgo de cáncer: cada 300 mg diarios de calcio se asocian con un riesgo relativo de 0,83 (reducción del 17%). Alcohol y carnes procesadas: relación positiva con el cáncer colorrectal, con incrementos de riesgo del 15% por 20 g diarios de alcohol y del 8% por 30 g de carne roja o procesada. Otros factores protectores: el consumo de yogur, frutas, cereales integrales, fibra y vitamina C mostraron asociaciones inversas más débiles pero significativas. El análisis también incluyó técnicas avanzadas, como la aleatorización mendeliana, para confirmar que el calcio y los productos lácteos tienen un efecto protector. Rol de los productos lácteos en la prevención Alternativas como el yogur y los cereales fortificados también aportan beneficios protectores (Freepik) El estudio confirmó que los productos lácteos, debido a su contenido de calcio, pueden proteger contra el cáncer colorrectal. Además, las bebidas fortificadas con calcio, como la leche de soja, ofrecen beneficios similares, destacando que no solo los lácteos contribuyen a este efecto protector. El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer concluyó que los productos lácteos, la leche láctea y los suplementos de calcio probablemente reducen el riesgo de cáncer colorrectal. Esto convierte a los lácteos en un componente clave de las dietas preventivas, siempre que se consuman con moderación.
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