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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/01/2025 09:04
Cascada submarina en Isla Mauricio (Adobe Stock). Las cascadas son uno de los espectáculos naturales más impresionantes del planeta. Desde las imponentes Cataratas del Iguazú en Sudamérica hasta el delicado salto del Seljalandsfoss en Islandia, estas formaciones han cautivado a la humanidad por su belleza y por la poderosa fuerza del agua que, incesante, desafía el paisaje a su paso. Sin embargo, no todas las cascadas son visibles desde la superficie. Existen también gigantes ocultos, como la catarata submarina del Estrecho de Dinamarca, la cual es la más grande del mundo con bastante diferencia. Este colosal monumento natural se ubica entre Islandia y Groenlandia y supera con creces la magnitud de cualquier catarata terrestre, incluido el famoso Salto del Ángel en Venezuela. Esto es gracias a su caída vertical de aproximadamente 3.500 metros, lo que equivale a tres veces la altura de la famosa cascada venezolana, y 160 metros de ancho. Este fenómeno ocurre debido a una diferencia en la temperatura y densidad del agua. El agua fría y densa del Mar de Groenlandia fluye hacia el sur, por debajo del agua más cálida y menos densa proveniente del Atlántico. Cuando estas dos corrientes se encuentran, la masa de agua fría desciende rápidamente por el lecho oceánico, generando esta impresionante cascada submarina. Este flujo masivo transporta unos 5 millones de metros cúbicos de agua por segundo, una cifra que multiplica por 2.000 el caudal de las cataratas del Niágara en su pleno apogeo. Un fenómeno único y con gran importancia en el funcionamiento del océano El Salto del Ángel, la cascada terrestre más alta del planeta (Adobe Stock). La Catarata del Estrecho de Dinamarca se origina en la dorsal submarina de Groenlandia, una cadena montañosa sumergida que divide las aguas frías del norte y las cálidas del sur. La interacción de estas aguas genera un intercambio termohalino, un proceso clave para la circulación global de los océanos, también conocido como “cinta transportadora oceánica”. Este sistema regula el clima del planeta, transportando calor desde los trópicos hacia las regiones polares y viceversa. A su vez, el papel que juega este gigante es crucial para mantener el equilibrio climático de la Tierra. Su contribución al transporte de calor y nutrientes afecta directamente a la biodiversidad marina, así como a los patrones meteorológicos de ambos hemisferios. Sin embargo, los científicos advierten que el cambio climático podría alterar este flujo oceánico. Además, el deshielo acelerado de Groenlandia, impulsado por el aumento de las temperaturas globales, está liberando grandes cantidades de agua dulce en el océano. Esto podría interrumpir el intercambio termohalino, debilitando o incluso deteniendo la circulación de corrientes como la del Golfo, con consecuencias potencialmente catastróficas para el clima de Europa y América del Norte. La vulnerabilidad de este sistema subacuático subraya la necesidad de tomar medidas contra el cambio climático. Según expertos, cualquier alteración significativa en la circulación oceánica podría tener efectos irreversibles en la vida marina y en los ecosistemas terrestres. Sin embargo, a pesar de su importancia, esta cascada es un fenómeno poco conocido fuera de los círculos científicos. Su inaccesibilidad y el hecho de que ocurra a profundidades extremas complican su estudio. Sin embargo, gracias a avances en la tecnología de monitoreo submarino, como vehículos autónomos y sensores avanzados, los investigadores han podido mapear su flujo y comprender mejor su dinámica. La impresionante cascada de Noruega que tiene 655 metros de altura y una caída de casi 300 metros: se llega a través de una bonita ruta.
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