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  • Qué hacer con el miedo

    » Data Chaco

    Fecha: 11/01/2025 12:00

    El diccionario ampliado de la Real Academia Española señala que el miedo es el "recelo o aprensión que alguien tiene que le suceda algo contrario a lo que desea". También es definido como "angustia por un riesgo o daño real o imaginario". Ahora está de moda la Inteligencia Artificial, y ella hace una mirada un poco más amplia cuando llega a la conclusión que "el miedo es una emoción básica que se activa cuando se percibe una amenaza, ya sea real o imaginaria. Es una respuesta adaptativa que puede ser útil para protegerse. Se manifiesta como una sensación desagradable e intensa. Puede provocar cambios en el cuerpo, como respiración acelerada, pupilas dilatadas, aumento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea." El miedo es negativo y también positivo Podemos apreciar que el miedo es una emoción negativa, pero que en cierto momento también puede ser positiva. Negativa porque puede anularnos como personas; y positiva, porque puede ser útil para protegernos del peligro. Siempre dependerá de cuál sea nuestra posición o postura frente a esta emoción. Es probable, por no decir seguro, que todos hemos tenido miedo en algún momento. Experiencia sobre el miedo En cierta ocasión una persona bajó de un autobús de larga distancia, en plena madrugada, poniendo fin a su viaje. Su destino final era una casa en medio del campo que estaba a unos 500 metros de esa ruta. El camino de tierra que conducía a la casa estaba totalmente arbolado como habitualmente se acostumbra en el campo. Mientras caminaba hacia la casa, el silencio y la oscuridad eran abrumadores, los únicos ruidos que se escuchaban eran los que el viento produce en las hojas de los árboles y de los animales que estaban detrás del alambrado, pero no se los veía. Esta persona comenzó a sentir la sensación de que alguien lo seguía, pero en reiteradas ocasiones volteo su cabeza hacia atrás y a los costados sin ver a nadie; sin embargo el miedo se apoderó de su pensamiento y lo acompañó hasta que llegó a la casa. Finalmente era solo obra de la imaginación, pero el miedo había hecho su trabajo. Aparece en el texto bíblico Este tipo de experiencias, motivadas por distintos motivos, suele ocurrir a menudo con la mayoría de las personas. El texto bíblico nos habla de este tipo de emociones y las ubica en distintos escenarios, pero siempre para alertarnos. La primera vez que aparece la palabra miedo en el texto bíblico es en la conversación entre Dios y Adán, en el huerto del Edén. El primer hombre ya había consumado su desobediencia al plan divino, y cuando el Creador le preguntó: "¿Dónde estás tú? él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí." Aquí el miedo se produce por el temor al escarmiento, ya que la desobediencia estaba consumada y no podía volver atrás. Ahora solo restaba saber cuál sería el precio a pagar por haberlo hecho, y así fue. Entre otras veces, también aparece la expresión miedo cuando Jesús comienza a despedirse de sus discípulos, antes de ser crucificado. En ese contexto los discípulos muestran su preocupación debido al vacío que dejaría su ausencia después de haber estado casi tres años con ellos; pero les dice: "La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy como el mundo la da. No se turben sus corazones, ni tengan miedo". Podemos vencerlo En esta expresión, diferente a la anterior en el huerto, Jesús desactiva el miedo por medio de su promesa de cuidado, diciéndoles que el Espíritu Santo vendría en su reemplazo y que por lo tanto no quedarían solos. Como moraleja podemos aprender que el miedo puede venir, y es lo más probable que ello ocurra, pero la confianza y la fe en las promesas divinas deberían tranquilizarnos. Ahora bien, de acuerdo al texto bíblico, el miedo no proviene de Dios, ya que es un arma del enemigo para estorbar la vida del cristiano. Dios no nos ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor y de buen juicio y ello echa fuera el miedo o temor. Para vencer al miedo deberíamos reconocer que esa emoción no proviene de Dios y en consecuencia apoyarnos en sus promesas.

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