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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 11/01/2025 14:47
Enancado en los buenos números que la economía empieza a parir, el Presidente sospecha que puede solo con todos. Que no necesita socios molestos que le están demandando cosas y le impongan condiciones en el Congreso. Es cierto que el apoyo del PRO, o de una parte de él fue importante en el proceso electoral del año pasado. Que fue Macri el que se animó a dar el paso y hacer público el apoyo al candidato Milei. También es cierto, afirman en el triángulo de hierro que rodea al Presidente, que ya pagaron con creces aquella decisión. Milei pareciera tener sentimientos encontrados con Macri. El asesor estrella Santiago Caputo y Karina Milei, están más cerca de detestarlo que otra cosa. Y lo soportan porque el Presidente nunca quiso romper definitivamente con el PRO, aunque se cansaron de hacerle ‘operaciones’ políticas, más típicas de la casta que otra cosa. El principal atractivo de un entendimiento La Libertad Avanza-PRO es la provincia de Buenos Aires. El año pasado quedó otra vez demostrado, por si hacía falta, que una oposición dividida no tiene chances de ganarle al peronismo. Si bien el panorama de la pelea Cristina-Kicilloff aún es incierto, ya pasó en la historia mil veces que, al final del camino, se terminan juntando. El margen de maniobra que tiene cualquier entendimiento opositor es escaso. No se pueden permitir fugas. Ni siquiera toda el aura de Milei le alcanzaría para ganar. En el resto del país la película es mucho más difusa. Entran a tallar los gobernadores que son capaces de hacer acuerdos individuales con Nación. Sin ir más lejos en Entre Ríos ya se habla del acuerdo entre Milei y Frigerio. “Nos juntamos para arrasar al kirchnerismo”, largó el libertario hace un puñado de horas, sabiendo qué cuerda tocar. La tentación es doble. Por un lado, asestarle un golpe cuasi mortal al kirchnerismo y por otro, dejar viva políticamente a Cristina porque sigue ‘garpando’ tenerla de rival. Como esas contrafiguras de las telenovelas de los ’80 donde los buenos eran súper buenos y los malos bien malos. Claro que la vida real no es así y mucho menos la política donde hay más grises oscuros que otra cosa. El principal dilema para el PRO no es fácil de resolver. En alianza, por más que sea electoral con el gobierno, corre el riesgo de diluirse bajo el liderazgo de Milei. “Se los va a comer”, afirman con cierta sorna en el entorno presidencial. Sin alianza, saliendo a campo abierto, el PRO corre serios riesgos de terminar en fracaso electoral. ¿Podría soportar sacar menos de diez puntos a nivel nacional y encima poner en riesgo su principal bastión que es la Ciudad de Buenos Aires? Poniendo todo en la balanza, los caminos conducen a un acuerdo con la La Libertad Avanza. Bajo ciertos términos porque la capitulación no puede ser total. No en vano, Macri, el primo, avisó que Mauricio podría ser candidato. Fue una forma de marcar la cancha y dejarse cierto margen de maniobra. Qué increíble que, un año después, el PRO siga llorando la posibilidad que tuvo de poner otro Presidente. Las heridas no cierran y Rodríguez Larreta hoy está más cerca de Massa que de Macri. Sin contar que la última candidata presidencial, Patricia Bullrich, forma parte del gobierno nacional. Como experiencia política, el PRO luce una involución. En su peor momento, en el 2019, sabiendo que Macri perdería las elecciones, se mantuvo unido. Y le dio resultado porque pudo conservar un buen caudal electoral. El gobierno fallido de Alberto, Cristina y Massa le dio vida y una nueva posibilidad de volver al poder. Falló, por egos y errores propios. La sociedad usó a Milei como herramienta para ese castigo. El peronismo tampoco se salvó y todavía se lame las heridas que siguen abiertas. Esa interna lo empezó a condicionar a Kicillof que todavía está sin presupuesto ni ley impositiva en Buenos Aires. Nunca le pasó semejante cosa en los años que lleva en el poder. Si encima tiene que enfrentar una oposición abroquelada, la cosa se podría poner fea. De todas maneras, nadie debería dar por muerto ni mucho menos al PJ en la provincia. Ha dado muestras acabadas que ni las malas administraciones ni adversarios peligrosos pueden con él. Milei y Macri deberían tomar nota de ello. Y aflojar con la idea que el partido está ganado. Si lo dicen, allá ellos, pero si lo creen en serio, están en problemas.
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