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  • Sí a Vinicius, no a despilfarrar en clase media: Arabia cierra el grifo de los fichajes e impulsa la privatización de los clubes

    » Diario Cordoba

    Fecha: 11/01/2025 11:28

    El mercado de verano de la temporada 2023/2024 se recordará como aquel en el que Arabia Saudí irrumpió como un ciclón para llevarse a las estrellas de los equipos europeos que, hasta entonces, no habían considerado a una liga que estaba fuera de su radar. Bajo el impulso del soberano Fondo de Inversión Pública (PIF) llegaron Karim Benzema, Neymar, Laporte, Mitrovic, N'Golo Kanté, Ryhad Mahrez y hasta jóvenes como Gabri Veiga, que seguían los pasos del pionero Cristiano Ronaldo. Hasta 1.000 millones pusieron sobre la mesa las autoridades para dar un golpe muy calculado que ahora afronta la segunda y más importante senda, como es la privatización de los clubes a los que la inversión estatal dio impulso. Los 40 millones anuales de la Supercopa en Arabia Todos estos movimientos están integrados dentro del plan Vision 2030, impulsado por Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudí, que busca hacer la economía del país menos dependiente del petróleo. El deporte juega un papel decisivo, porque además de impacto económico genera influencia, que es lo que busca un estado autocrático. ¿Por qué se produjo la fiebre inversora justo en 2024? Porque estaban justo en el momento clave para que su candidatura de cara a acoger el Mundial 2034 prosperase, después de retirar la lista del Mundial 2030 que habían presentado junto a Grecia y Egipto. Una cita que fue adjudicada a España, Portugal y Marruecos. Camavinga y Vinicius, el gran deseado de Arabia Saudí, con Florentino, durante la entrega de la Supercopa de España de 2024. / EFE Con la llegada de jugadores como Benzema y Ronaldo consiguieron atraer el foco y venderse como un lugar en el que el fútbol era un espectáculo relevante, que además suponía una alternativa real para jugadores de todo tipo. Aunque más de uno se dio de bruces con la realidad de un país en el que hasta hace poco no se podía tramitar un visado de turista y acusado de violar reiteradamente los Derechos Humanos. Pero estas críticas sociales ya habían sido barridas por la FIFA con el Mundial de Qatar 2022 y los innumerables eventos deportivos que lleva a cabo el máximo organismo en la región, como es la reciente Copa Intercontinental. Fruto de ese proceso de asimilación del deporte mundial surgió el discutido contrato con la Supercopa de España, firmado hasta 2029 en la época Rubiales, defendido durante la etapa de Pedro Rocha y corroborado por su sucesor, Rafael Louzán, quien ha aprovechado el evento para llevarse a Arabia Saudí a los barones territoriales, así como a representantes de los clubes que forman parte de eso que se ha dado en llamar como 'pirámide del fútbol'. Todo ello para hacerles la pregunta. "¿Quién va a poner los 40 millones anuales de Arabia?". Porque al reino no le ha temblado el pulso ni los fondos para conquistar todas las metas que se ha propuesto. Mundial 2034, la gran meta conseguida por Arabia "La votación para otorgarle a Arabia los derechos de organización de la Copa Mundial de la FIFA 2034 marca la culminación de una década de crecimiento deportivo inigualable. Desde 2019, este país ha sido sede de más de 100 eventos internacionales de élite en 40 deportes distintos, estableciéndose como el destino líder para la competición, el talento y la innovación de clase mundial", defiende Danny Townsend, CEO of SURJ Sports Investment, compañía dependiente del PIF que ha liderado los procesos de adquisición y fundación en territorio árabe de eventos, además de los citados, de UFC, Fórmula 1, golf, boxeo, tenis... Hasta hace nada, deportes sagrados en Occidente. Uno de los grandes acuerdos recientes demuestra que este es un camino que no está completado ni tiene marcha atrás, como es el de haber conseguido que el Royal Rumble, el evento icónico de la WWE norteamericana de lucha libre, se celebre a partir de 2026 en territorio saudí. Algo que ya sucedió en 2018, pero que esta vez tendrá solución de continuidad. "Esta inversión está encuadrada en la ambición de Vision 2030, impulsada por la pasión saudí en el deporte. Los próximos diez años prometen ser increíblemente emocionantes desde una perspectiva de crecimiento", añade Danny Townsend, un directivo que en el momento de ser fichado por Arabia era CEO de la A-League australiana. Porque si algo ha tenido claro el ministerio de Deportes que lidera Abdulaziz bin Turki Al Faisal es que el talento extranjero es imprescindible para un desarrollo global. Como se desprende de las declaraciones de los responsables de este proceso de conquista del deporte mundial, las primeras fases han de dar paso a un entorno donde establezca la competencia interna. Lograda la influencia, el modelo de inversión en la Saudi Pro League se ha estabilizado, aunque siempre habrá una carta secreta para tentar a jugadores como Vinicius, tal y como sucedió el verano. Un deseo que se mantiene. Pero se acabó la idea de sobrepagar por una clase media de jugadores. Los grandes fichajes del pasado mercado de verano fueron Ivan Toney, por el que el Al-Ahli pagó 45 millones al Brentford; Marcos Leonardo, traspasado a cambio de 40 millones al Al-Hilal; y Moussa Diaby, exjugador del Aston Villa que le costó 60 millones al Al-Ittihad. Hasta ahí. El gasto fue la mitad del mercado interior y hubo, como buscaban las autoridades, ventas e intercambios entre clubes saudíes. El 'español' Al-Qadsiah, ejemplo de privatización El objetivo declarado del PIF es desprenderse en el próximo lustro de sus inversiones en Al-Ittihad, Al-Ahli Saudi, Al-Nassr y Al-Hilal, los cuatro grandes del país, y del resto de enlaces que ha sostenido en una primera fase. Para estas entidades, el fondo soberano ya ha creado fundaciones que les permitan independizarse llegado el momento. Mohamed bin Salmán dio inicio en el segundo trimestre de 2023 un proceso de privatización de algunos clubes piloto, con el objetivo de aumentar los ingresos de la Asociación de la Liga Profesional Saudí y el valor económico de la Saudi Pro League a más de 2.000 millones. "Queremos crear un sector deportivo próspero, estimulando al sector privado y empoderándolo para que contribuya al desarrollo del sector deportivo, logrando en última instancia la excelencia deseada de los equipos nacionales, los clubes deportivos y los atletas en todos los niveles", explican las autoridades. En la primera fase de la privatización se transfirió la propiedad del Club ad-Dir'iyyah a la Autoridad de Desarrollo de la Puerta de Diriyah; el Club al-Ula a la Comisión Real para al-Ula; y el Club Falcons a la Compañía NEOM, que da nombre a la ciudad futurista que se está construyendo en medio del desierto y que es patrocinador oficial de la Supercopa. Pero el gran éxito privatizador es el que ha llevado a cabo el 'español' Club al-Qadsiah, transferido a Saudi Aramco, la compañía que explota el gas y el petróleo del país. Español porque está dirigido por Míchel y cuenta en sus filas con varios jugadores nacionales, entre ellos, Nacho excapitán del Real Madrid. Es la gran revelación de la primera saudí, a la que ascendió esta temporada. Se ha colado entre el cuarteto de gloria anteriormente mencionado y está desarrollando un proyecto deportivo atractivo que ha sido puesto como ejemplo por parte de Arabia para el resto de conjuntos que serán privatizados. En sus filas se combinan veteranos como el propio Nacho o Aubameyang, junto a jóvenes talentos como Cameron Puertas o Iker Almena, que han hecho un movimiento inusual en sus carreras, como el que ejecutó Gabri Veiga yéndose al Al-Ahli. A los dos primeros les favorece estar en una estructura occidentalizada, tanto en los métodos como en el juego. La segunda fase de la privatización empezó el 2 de julio de 2024, cuando Arabia Saudí aprobó la privatización de 14 clubes deportivos, un proceso que está siendo supervisado por un comité propio. Son equipos de todas las categorías.:Al-Zulfi, Al-Nahda, Al-Okhdood, Al-Ansar, Al-Orobah, Al-Kholood, Al-Shoulla, Hajer, Al-Najma, Al-Riyadh, Al-Rawda, Jeddah, Al-Taraji y Al-Sahel. La idea de Arabia siempre ha sido la de crear un ecosistema que afecte a toda la pirámide del fútbol. Por eso fundaron la liga femenina, crearon su selección y publican frecuentemente ofertas para reclutar jugadores en las divisiones más bajas, donde se ofrecen igualmente condiciones que nunca podrán homologar países como España. Arabia ya consiguió su meta fundamental, que era el Mundial 2034, y lo hizo con las llegadas de Benzema o Ronaldo. Ahora busca consolidar una industria propia que no dependa de estrellas, cuyo brillo ya ha sido aprovechado. Salvo piezas de caza mayor, como Vinicius.

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