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» Diario Cordoba
Fecha: 11/01/2025 11:28
Una de las pequeñas decepciones de esta vida procede de confiar excesivamente en la capacidad de cualquier político para resolver problemas. Digo pequeñas decepciones sin más cuando el político, mirando por lo suyo, no llega al extremo de provocar que la función del interés público naufrague dentro del sistema. La frustración a que me refiero no es por la política en sí misma, nace de sobrevalorar tanto las promesas como la aptitud en general de quienes se dedican a ella con el exclusivo fin de beneficiarse de sus ventajas. Saber distinguir es importante en un oficio tan de capa caída, y además resulta útil para no dejarse embaucar por los que se presentan diciendo unas cosas y hacen precisamente lo contrario. La verdad ha dejado de tener un peso real y específico en la vida pública y la mentira no penaliza tanto como debiera, pero conviene estar atentos porque las auténticas intenciones de la mayoría de los políticos suelen distar mucho de lo que ellos mismos pretenden aparentar y querrían convencernos. Los mayores fraudes los encontramos en la supuesta misión providencial del líder que se ofrece para grandes soluciones, y en aquellos otros que dicen llegar a la política para desterrar los vicios que esta encierra y terminan siendo un paradigma de ellos. Son de los que menos hay que fiarse y, en cambio, suelen colar su averiada mercancía. Ahora sabemos por el propio Álvarez-Cascos que el regreso a la política pactado con Foro fue para poder mantener su nivel de vida, no para ser el salvador de Asturias como tantos entonces creyeron. Demasiados. *Periodista
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