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Parana » Analisis Litoral
Fecha: 10/01/2025 16:04
Cuando nos sentimos enfadados, el cuerpo entra en estado de alerta, liberando hormonas como el cortisol, conocida como la «hormona del estrés» Según la neurociencia, esta reacción forma parte del mecanismo de supervivencia, pero cuando la ira persiste, el exceso de cortisol puede causar efectos nocivos en el organismo, como aumento de la tensión arterial, aceleración del ritmo cardíaco y disminución de la función inmunitaria. Tras un estallido de ira, los niveles de cortisol no vuelven a la normalidad inmediatamente. Los estudios demuestran que el organismo puede tardar hasta siete horas o más en recuperar su equilbrio natural, dependiendo de la intensidad de la emoción y de la capacidad del individuo para afrontar el estrés. Durante este tiempo, el cuerpo sigue en estado de alerta, lo que puede afectar a la salud física y mental. Este retraso en la vuelta a los niveles normales es un recordatorio de cómo las emociones intensas, como la ira y la ansiedad, pueden tener un impacto profundo y duradero en nuestro bienestar. Por eso es importante practicar técnicas de control emocional, como la respiración profunda y la meditación, para ayudar a reducir la duración y la intensidad de estas respuestas fisicas. Mantener la calma y aprender a gestionar la ira de forma saludable no sólo protege el cuerpo y la tiroides, sino que también favorece una vida más equilibrada y tranquila. Dr. Phelipe Halfeld, especialista en tiroides. Super tiroides
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