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  • Preocupa al sector agrícola la escasez de lluvias

    Parana » Valor Local

    Fecha: 08/01/2025 13:44

    Tras una primavera que dejó buenas precipitaciones, el verano arrancó con un clima más seco que ya se hace sentir en algunas regiones. Publicidad “El estado de humedad de suelos en la región núcleo es bajo tanto en la capa arable como en el perfil, esta semana se esperan lluvias menores que esquivarán la zona centro del país y en los diez días siguientes se esperan lluvias bajas, pero con una mayor cobertura”, indicó Dante Romano, analista de la Universidad Austral, durante su último reporte semanal. También señaló que “este pronóstico empeoró respecto de la semana pasada, cuando se esperaban lluvias más importantes en el período de 10 a 20 días”. DÉFICIT DE LLUVIAS El climatólogo Eduardo Sierra señaló en su último panorama agrícola para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que el déficit de lluvias podría continuar durante el verano y parte del otoño en la región pampeana, aunque sin calores extremos. Es que La Niña débil, que usualmente se extiende desde el invierno de un año hasta el otoño del siguiente, empezó a mostrar una intensidad que hasta ahora no había mostrado. Y, según se explicó en el Informe de Perspectiva Agroclimática Estacional de la Bolsa porteña, comenzó a hacer sentir gradualmente sus efectos, “produciendo grandes contrastes, reactivando los déficits hídricos en gran parte del área agrícola, marcadas oscilaciones térmicas, con fríos tardíos, aunque sin riesgo de heladas, y calores tempranos de moderada a alta intensidad, sin alcanzar los niveles extremos que anticipaban muchas fuentes”. En este mismo informe se recordó que en el invierno 2024 se registraron rigurosas condiciones climáticas que hicieron temer por la evolución de la cosecha fina y la implantación de la cosecha gruesa. No fue La Niña la responsable de esto, ya que se mantuvo débil. La zozobra vino de la mano de una muy fuerte actividad de los vientos polares. Al inicio de la primavera, estos vientos retrocedieron hacia el sur, permitiendo una oportuna racha de lluvias que, aunque de manera algo irregular, alivió la situación. Ya durante el final de la primavera y los primeros días del verano La Niña comenzó a hacer sentir gradualmente sus efectos, reactivando los déficits hídricos en gran parte del área agrícola. Para lo que resta del verano se espera un extenso foco seco que podría continuar afectando gran parte de la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y el oeste del Uruguay. Reservas al límite El último informe semanal de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que el 2024 dejó un saldo de 700 a 1.200 mm en la región núcleo, por encima de 2023. Sin embargo, diciembre terminó con lluvias por debajo de la media. Y las reservas de agua del suelo van de escasas a sequía en el 50% de la región. El área más afectada, indicó, es el noreste bonaerense. El reporte elaborado por Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo señaló que las lluvias del otoño sumadas a la recomposición de lluvias durante la primavera de este año, fueron los factores que aportaron más agua al 2024. Sin embargo, diciembre rompió la racha y el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires terminaron con unos escasos 35 mm, muy lejos de los 110 considerados valor medio histórico para la zona. “El panorama climático en el norte bonaerense comienza a generar preocupación. Asesores de Baradero, Rojas y Colón coinciden en que este sector no está teniendo un buen inicio de año debido a la persistente ausencia de lluvias”, señalaron los especialistas. El cultivo más afectado es el maíz temprano, una elección casi obligada este año debido al riesgo de la chicharrita. “Están en su periodo crítico y lo transitarán casi sin lluvias”, apuntaron. La soja también enfrenta dificultades. “Tuvo un arranque raro”, dicen los asesores consultados por la Bolsa. Si bien no está en periodo crítico, necesita lluvias urgentes. Además, entre un 10% y un 15% de los lotes siguen sin sembrarse por falta de agua, y otro 10% fue implantado a la espera de lluvias de fin de año, que nunca llegaron. “La mala noticia es que los pronósticos de mediano plazo no prevén, precipitaciones de consideración para la primera quincena del año”, indicaron. El negocio agrícola viene de conmoverse con una seguidilla de default de grandes empresas de insumos que, si bien obedecen en parte a fallidas estrategias cambiarias y financieras, exponen la difícil situación en la que se encuentra el sector luego de un año que arrancó con muchas expectativas políticas y una fuerte devaluación pero que se fue complicando por el posterior atraso cambiario, la caída de los precios internacionales y el peso de las retenciones a la exportación. (Fuente: La Capital)

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