04/01/2025 20:34
04/01/2025 20:32
04/01/2025 20:31
04/01/2025 20:30
04/01/2025 20:30
04/01/2025 20:30
04/01/2025 20:30
04/01/2025 20:30
04/01/2025 20:30
04/01/2025 20:28
» Diario Cordoba
Fecha: 02/01/2025 06:20
El 19 de noviembre de 2024 quedará para siempre señalado en los libros de historia del deporte. No todos los días se retira una figura inmensa y admirada como la de Rafael Nadal Parera, el mejor deportista español de todos los tiempos. El astro balear puso fin a su camino a los 38 años. No fue la mejor despedida posible, pero el deporte es caprichoso y no siempre premia con un final feliz a sus mejores exponentes. Nadal, fiel a su espíritu y pundonor, apuró hasta el último aliento. Ya no volverá a jugar un partido oficial, pero su legado permanecerá para la eternidad. Todo se precipitó en esa fecha clave del año recién concluido. Semanas antes, concretamente el 10 de octubre, la leyenda ya anunció su definitivo adiós en un mediático vídeo y fijó la Copa Davis de Málaga como punto final de un viaje que inició con 3 añitos, cuando cogió por primera vez una raqueta en Manacor. Desde entonces, creció junto a su tío Toni como gran mentor y acabó alcanzando registros maravillosos, entre ellos 22 títulos de Grand Slam (incluidos 14 Roland Garros, un récord difícilmente superable), 36 Masters 1000, 92 títulos ATP, dos oros olímpicos (uno en dobles), cinco Ensaladeras… Fueron más de dos décadas de carrera, en las que Nadal se ganó la admiración, el respeto y el afecto de sus compañeros y el público. Última oportunidad Esa cita de Málaga quedó marcada en rojo como la etapa final del astro balear, que quiso darse una última oportunidad en 2024. Se preparó a conciencia para Roland Garros, pero tuvo la desgracia de topar con Zverev en primera ronda. También puso ilusiones en los JJOO, pero Novak Djokovic se cruzó en su ruta demasiado pronto. Tampoco alcanzó las medallas formando una ilusionante pareja con Alcaraz. Nadal y Alcaraz, durante un partido de dobles en los JJOO de París. / Associated Press El último baile llegaría en la Davis y el capitán David Ferrer apostó por Rafa para abrir los individuales. El campeón español cedió en dos sets ante el neerlandés Van de Zandschulp. Alcaraz puso después las tablas contra Griekspoor, pero el dobles acabó dando el triunfo a los naranjas con el murciano y Granollers sobre la pista y Nadal animando como siempre desde la grada. "El cuerpo no quiere más" El final de Nadal quedaba certificado en la medianoche malagueña. Siendo sinceros, fue una despedida "desaliñada y cutre", como la definió Carlos Moyá, su último entrenador. Allí faltaban figuras claves como Federer, Djokovic o Pau Gasol, que tenían prevista su presencia a partir del viernes, cuando debían celebrarse las semifinales. El inevitable adiós se adelantó y se echaron de menos esos abrazos en un contexto marcado por la nostalgia. "Me he sentido un súper afortunado por haber recibido tanto cariño de todo el mundo. Para mí ha sido una historia preciosa con momentos malos, pero la gran mayoría han sido realmente buenos e inolvidables", resumió el balear sobre la pista. "No estoy cansado de jugar al tenis, pero el cuerpo no quiere más. Hay que aceptarlo", remató el astro, que ahora se dedicará a los proyectos de su fundación sin descartar un futuro ligado al tenis como entrenador. Fuente de inspiración El campeón español intentó apurar hasta el máximo para disfrutar de su gran pasión, pero las lesiones ya eran demasiado recurrentes. Era la hora de dejar atrás el sufrimiento y abrir nuevos caminos. Su legado no solo se mide en triunfos, sino también en su humildad, competitividad y capacidad para inspirar a generaciones enteras. Rafa Nadal saluda a la afición durante el homenaje que recibió en su despedida en Málaga. / EFE "Rafa es el tenista más importante que hemos tenido. El legado que deja no es ser el mejor de todos los tiempos. Quizá no sea el más grande, pero sí el más admirado por su actitud", resumió Mats Wilander. "Lo que hay que enseñar a quienes empiezan a jugar al tenis es que afronten cada partido con la motivación de Nadal. Ganar o perder es menos importante", agregó el exnúmero uno sueco. "Seguid vuestros sueños" Esa etiqueta, la del mejor tenista de la historia, queda para Djokovic. Sería absurdo negar la evidencia. La bestia serbia puede presumir de ser el único que supera al español en todos los baremos (Grand Slams, semanas como número uno, Masters 1000, duelos particulares…), pero nunca llegó al corazón de la gente como el balear, símbolo eterno de superación. Ya no se volverá a ver ese puño izquierdo celebrando un punto a lo grande, esos botellines de agua bien ordenados o esos mordiscos a los trofeos. "Seguid vuestros sueños y trabajad lo máximo que podáis para ser lo que queráis ser", proclamó como último consejo. Palabra de Nadal.
Ver noticia original