Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Correr, limpiar y barrer

    Concordia » Diario Junio

    Fecha: 23/12/2024 20:53

    Yo lo celebré una noche en Rosario, en el año 1987, cuando llegué de la facultad y un amigo que corrió la misma suerte pegó en la puerta las dos hojas del diario con los resultados de la selección. Terminaba así el dilema de presentarse o pedir prórroga por estudio, además de evitar esa experiencia que se revelaba como traumática en la incesante y obsesiva repetición de relatos del cuartel, insignificantes para todos, menos para los afectados, cada vez que podían narrar sus peripecias en el servicio militar. El servicio militar obligatorio fue establecido durante la presidencia de Julio Argentino Roca por la ley del ministro Richieri. Bajo elevadas fachadas, era una forma de control social y de sumisión del poder de los cuerpos, además de su utilización como carne de cañón en guerras y represiones. En el año 1994, los padres del conscripto Omar Carrasco fueron informados, en ocasión de la primera visita a su hijo, de la “deserción” del soldado del Regimiento de Zapala. Francisco y su esposa, sorprendidos por no haber sido avisados en el momento de su desaparición, sospecharon de la versión y pidieron un aviso de la misma al diario Río Negro. La difícil investigación que se inició a partir de la nota del diario terminó descubriendo el ocultamiento del brutal asesinato de Carrasco en el cuartel. La verdad emergió de la presión que generó en el gobierno el repudio social y de las múltiples denuncias de familiares por los malos tratos y la violencia recibida por sus hijos en otros regimientos. El escándalo llevó a juicio a un subteniente y dos conscriptos, finalmente condenados por homicidio, lo que permitió el encubrimiento de responsables superiores. Era evidente la participación de mandos más altos cuando se comprobó que, después de la mortal golpiza que recibió Carrasco, este fue atendido en el Hospital Militar. La repercusión política del caso fue decisiva para la eliminación del servicio militar obligatorio en el año 1995, durante la campaña reelectoral del presidente Menem. Era evidente que el “Caso Carrasco” constituía una secuela atroz del indulto otorgado a los genocidas por el mismo Carlos Menem en el año 1990, un acto inmoral de injusticia que construyó una insoportable vía libre a la impunidad. Salvo alguna nostalgia vieja y reaccionaria, la suerte de la colimba parecía ya zanjada. Sin embargo, conocimos en estos días cierto reflotamiento por parte de la ministra Bullrich, en conjunto con el llamado Ministerio de Capital Humano, a través de la implementación de un servicio cívico voluntario dirigido a personas entre 18 y 24 años, cuyo objetivo sería brindar educación en disciplina, respeto y valores. Sería cómico si no fuera trágico; sería bizarro si no fuera peligroso. Bullrich, que reprimió impiadosamente a jubilados, trabajadores, desocupados y hasta niños, se propone educar en respeto y valores. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que retuvo alimentos para comedores de gente hambrienta, que privó de medicamentos a pacientes oncológicos, hará docencia en respeto y valores. El proyecto lleva además ese repugnante tufillo ideológico que interpreta la pereza y la “vagancia” como causa de la pobreza. El viejo axioma liberal de que los pobres no trabajan por ausencia de la cultura del esfuerzo. Entonces, a través del servicio cívico, la nueva colimba, se proponen disciplinar a los millones de jóvenes que no tienen oportunidad de trabajar ni, mucho menos, de estudiar, no por falta de voluntad y sacrificio, sino sencillamente porque no existen los trabajos dignos para ellos, porque económicamente no tienen las condiciones para continuar una carrera terciaria o universitaria. Este proyecto revela, además, el fracaso de las políticas económicas, laborales y educativas de los gobiernos. Sus consecuencias son el delito como alternativa de los “ni-ni”, las depresiones y el suicidio —segunda causa de muerte entre los jóvenes de entre 15 y 24 años en Argentina—, las adicciones, la ludopatía juvenil promovida en línea —cuatro de cada diez jóvenes entre 15 y 29 años apuestan en casinos virtuales— y todas las formas de violencia hacia esta franja de edad. El problema de la pobreza no es un problema moral, sino de distribución injusta y escandalosamente desigual de la riqueza. Es para reafirmar ese sistema inmoral de las desigualdades que quieren, otra vez, hacer correr, limpiar y barrer a los pobres precarizados. Son necesarias políticas educativas y laborales para que los jóvenes accedan a elaborar un proyecto de vida, de futuro, de realizaciones personales y colectivas, para que puedan soñar con un mañana. Son esas políticas las que hacen falta para resolver estos graves problemas que viven los jóvenes. Ojalá el amor de Cristo, que nacerá nuevamente mañana, abra horizontes mejores para nuestros pibes. Ojalá que esa conciencia desgarrada que late tras la ignominia que sufrimos día a día con estas políticas inhumanas para los trabajadores, los desocupados, los niños, los jóvenes y los jubilados, se convierta en paz y justicia este 2025. Con esa fe brindaremos en Nochebuena. Con esa esperanza celebraremos el nuevo año. Feliz Navidad para todos.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por