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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/11/2024 03:20
Hendrix deslumbraba al público y a sus colegas con un virtuosismo que debía en parte a su formación autodidacta Pocos artistas logran revolucionar su arte como lo hizo Jimi Hendrix con su guitarra eléctrica. Su estilo único, que combinaba una técnica lograda por su aprendizaje de forma autodidacta y una creatividad inagotable, rompió con todo lo establecido de su época. En sus manos, la guitarra encontraba nuevas expresiones. Hendrix jugaba con la distorsión, los acoples y otros territorios inexplorados. Su forma de tocar, considerada una extensión de su espíritu libre, electrizaba al público con solos cargados de energía y una teatralidad que podía incluir tocar con los dientes o detrás de la cabeza. A pesar de que su carrera profesional duró solo cuatro gloriosos años, logró en ese breve tiempo sellar su nombre en la historia. Jimi Hendrix es considerado uno de los músicos y guitarristas más influyentes de la historia del rock. Johnny Allen Hendrix, como fue inscripto al nacer, llegó al mundo el 27 de noviembre de 1942 en Seattle, en medio de la Segunda Guerra Mundial y una sociedad profundamente segregada. Hijo de Lucille Jeter, una adolescente de 17 años, y James Allen Hendrix, conocido como “Al”, su infancia estuvo marcada por la pobreza y la inestabilidad familiar. Su padre fue llamado al ejército tres días después de la boda y no conoció a Jimi hasta que éste cumplió los tres años. Él fue el mayor de cinco hermanos, Leon, Joseph, Kathy y Pamela. Los problemas entre sus padres se generaban por la falta de recursos, ya que no conseguían un empleo permanente, y se agravaban por el consumo de alcohol y la violencia doméstica. Por el tenor de las peleas el pequeño Jimi se ocultaba dentro de un armario, según sus relatos. En esa época oscura era habitual que se mudaran a cada rato, que Jimi fuera enviado a casa de su abuela en Vancouver y que su hermano Leon entrara y saliera de hogares de abrigo. Los tres hermanos menores finalmente fueron dados en adopción por sus padres. La más chica, Pamela, tenía meses de vida. Jimi, tenía 9. Junto con su hermano Leon quedaron bajo la custodia de su padre. Seis años más tarde, su madre Lucille perdió la vida a causa de una cirrosis. La vida había sido despiadada con Jimi desde sus inicios. A los 15 años consiguió su primera guitarra, que tenía una sola cuerda, y rápidamente hizo de ella su compañera inseparable. Se trataba de un ukelele que rescató cuando una mujer lo estaba tirando a un contenedor. De ese instrumento sacó sus primeras notas inspirado por figuras del rock and roll como Little Richard, Chuck Berry y Elvis Presley. Meses después consiguió su primera guitarra acústica por 5 dólares, con la que tocaba horas y aprendía a tocar de oído. Hendrix nunca aprendió a leer música. Su fascinación y su talento innato lo diferenciaron desde sus inicios, aunque su estilo enérgico y experimental no siempre fue bien recibido en sus primeros intentos por tocar en público. La guitarra eléctrica se la regaló su papá a mediados del 59. La acústica apenas se escuchaba entre los otros instumentos cuando conformó su primera banda llamada The velvetones. En noviembre de 1961, la futura estrella fue ‘descubierta’ por un compañero soldado, Billy Cox, mientras tocaba la guitarra en un club del Ejército. Intrigado por su habilidad, Cox se unió a Hendrix en una improvisación musical, lo que marcó el inicio de una colaboración que llevaría a ambos a tocar en clubes de la base militar durante los fines de semana. Esta etapa de la vida de Hendrix se desarrolló mientras servía en el Ejército de los Estados Unidos, al que se unió para evitar una condena de prisión por manejar coches robados. Jimi Hendrix Experience interpreta "Voodoo child", en vivo en Maui, 1970 Hendrix llegó al Ejército el 31 de mayo de 1961, tras ser arrestado en dos oportunidades antes de cumplir los 19. Después de completar ocho semanas de entrenamiento básico en Fort Ord, California, fue asignado a la 101.ª División Aerotransportada -una división de asalto aéreo de élite- y trasladado a Fort Campbell, Kentucky. En una carta a su padre, el joven describió su experiencia como un período de intenso entrenamiento físico, de hostigamiento y altamente exigente. Durante su tiempo en Fort Campbell, el músico le pidió a su progenitor que le enviara su guitarra, una Silvertone Danelectro roja, que había dejado en casa de su novia en Seattle. La guitarra, en la que había escrito “Betty Jean”, se convirtió en su obsesión, lo que le llevó a descuidar sus tareas. Este comportamiento provocó que sus compañeros se burlaran de él y le escondieran la guitarra para escuchar sus ruegos. A pesar de completar su entrenamiento de paracaidista y recibir la insignia del águila de los paracaidistas el 11 de enero de 1962, la conducta de Hendrix comenzó a preocupar a sus superiores. Fue calificado como un tirador poco cualificado y fue sorprendido durmiendo durante el servicio. El 24 de mayo de 1962 su jefe de pelotón, James C. Spears, redactó un informe en el que afirmaba que Hendrix no mostraba interés en el Ejército y recomendaba su salida. Ya libre de obligaciones, en Tennessee, en la década de 1960, Hendrix comenzó a forjar su carrera musical en el circuito conocido como Chitlin’ Circuit, un espacio clave para los músicos afroamericanos de la época. En septiembre de 1963 se mudó a Clarksville junto a Billy Cox, donde formaron la banda King Kasuals. En Nashville, la banda encontró un lugar en la musical calle Jefferson, el epicentro de la comunidad negra y del rhythm and blues en la ciudad. Allí, el guitarrista perfeccionó su estilo y técnicas, al punto de tocar la guitarra con los dientes, un truco que había observado en otros músicos y que adoptó para no quedar opacado. “La idea de hacerlo me vino... en Tennessee. Ahí tenés que saber tocar con los dientes o te pegan un tiro”, contó una vez Hendrix. Jimi Hendrix Experience interpreta "Purple Haze" en vivo, en Atlanta Pop Festival (julio de 1970) Después de años tocando en el “Chitlin’ Circuit”, un conjunto de locales dedicados a la música afroamericana, el guitarrista viajó a Nueva York en busca de nuevas oportunidades. Allí, conoció a Chas Chandler, ex bajista de The Animals, quien reconoció su talento y lo convenció de mudarse a Inglaterra. Fue en el “Swinging London” donde Jimi encontró un público dispuesto a apreciar su innovador estilo. Con su banda, The Jimi Hendrix Experience, cautivó a músicos y audiencias por igual, dejando incluso a gigantes como Eric Clapton asombrados por su habilidad. Su sencillo debut, Hey Joe, y su álbum Are You Experienced lo catapultaron al estrellato y consolidaron su lugar como una figura clave del rock. Una vida marcada por el éxito y los excesos El ascenso meteórico de Jimi Hendrix a la fama tuvo un fuerte impacto en su vida personal. En apenas cuatro años, entre 1966 y 1970, pasó de ser un músico desconocido a convertirse en uno de los guitarristas más influyentes de todos los tiempos. Esa transformación llegó acompañada de grandes problemas. La repentina popularidad y el ritmo vertiginoso de los conciertos, grabaciones extenuantes y giras mundiales pusieron mucha presión, hasta entonces desconocida. De manera que su nueva vida lo introdujo en un espiral de excesos, que no logró controlar. En mayo de 1966, Jimi Hendrix se encontraba en una etapa difícil de su carrera, intentando mantenerse a flote en el circuito de R&B. En una de sus presentaciones, conoció a Linda Keith, una de las mujeres que jugaron papeles clave en su vida. Era la novia del guitarrista de The Rolling Stones, Keith Richards, quien quedó fascinada al verlo tocar. Este encuentro fue un paso importante en su camino hacia su estrellato, ya que ella jugó un rol clave al presnetarle figuras influyentes del mundo de la música. Cuando Jimi Hendrix llegó a Londres en 1966, acompañado por Chas Chandler, el ex bajista de The Animals que se convertiría en su manager, encontró un terreno fértil para su música. Hendrix rápidamente se ganó un lugar en la escena musical. Desde las primeras presentaciones con The Jimi Hendrix Experience, integrada por el bajista Noel Redding y el baterista Mitch Mitchell, cautivó tanto al público como a sus colegas músicos. Su debut con el sencillo “Hey Joe” fue un éxito rotundo, que trepó a los primeros puestos de las listas británicas y el inicio de una carrera extraordinaria. Jimmi Hendrix en el Festival de Woodstock Uno de los momentos inolvidables de su ascenso a la fama de este período ocurrió cuando Eric Clapton, el “Dios” de la guitarra, invitó a Hendrix a subir al escenario durante un concierto de su banda Cream. En esa ocasión, Hendrix interpretó “Killing Floor”, de Howlin’ Wolf con tal virtuosismo que dejó a Clapton y al público boquiabiertos. Esa noche reafirmó su reputación como nueva estrella del rock. Artistas consagrados como The Beatles, The Rolling Stones y Pete Townshend quedaron impresionados por su habilidad y creatividad. Este reconocimiento dentro de la élite musical británica, combinado con el éxito comercial de su álbum debut Are You Experienced, posicionó a Hendrix como un ícono en Europa y marcó ascenso meteórico. Sus amores Londres también le dio su relación sentimental más duradera, en su corta vida. Se trata de Kathy Etchingham, una peluquera inglesa que compartió con él los años de mayor auge en Europa. Kathy recordaría a Hendrix como una persona cariñosa y divertida, capaz de gestos tiernos como comprar un juguete, un pequeño pony, para el bebé de una amiga cuando apenas tenía dinero para él mismo. No obstante, su desenfrenado estilo de vida, que incluían largos viajes, jugaron en contra de la relación. En una entrevista con el británico Dick Cave en su famoso show, se lo vio agotado por el vertiginoso ritmo de vida. “Estoy bastante cansado. Estoy grabando mucho. Anoche no dormí porque estoy grabando un LP”, le dijo al conductor en un tono monótono y en un estado aletargado. Los últimos tres años de su vida no le dieron tregua, contaba. Las relaciones casuales eran moneda corriente, en su mayoría con groupies, muchas de las cuales afirmaron haber tenido hijos con él. Uno de los casos más notorios es el de James Sundquist, quien fue reconocido legalmente como hijo de Hendrix por un tribunal sueco en 1975, aunque su vínculo con el guitarrista sigue siendo tema de debate. Otra supuesta hija, Tamika Hendrix, no fue reconocida oficialmente, y el intento de su madre por reclamar una parte de la herencia fue rechazado en 1972. Su lado violento y trágico final Jimi Hendrix es recordado por su talento musical, pero también por su muerte prematura. En septiembre de 1970, pocas figuras del mundo del espectáculo estaban tan vinculadas a la cultura de las drogas como Jimi Hendrix, según el biógrafo Charles Cross. Este vínculo se había intensificado desde 1967, cuando Hendrix comenzó a consumir marihuana, hachís, anfetaminas y LSD de manera regular, especialmente durante sus giras. Antes de ese año, su consumo de drogas había sido esporádico. Su interés por el LSD se manifestó en 1966, en un encuentro en el departamento de Linda Keith, cuando un amigo le ofreció ácido. Según el biógrafo, Hendrix mostró una “ingenuidad y completa inexperiencia con los psicotrópicos”, lo que marcó el inicio de su relación más estrecha con estas sustancias. Según la periodista y amiga Sharon Lawrence, el guitarrista reconocía que el consumo de bebidas alcohólicas de alta graduación lo transformaban, llevándolo a un estado de furia que no experimentaba de otra manera. Peor aún cuando lo combinaba con otras sustancias y terminaba generando episodios de violencia, esos que lo habían aterrado cuando era un niño indefenso. Herbie Worthington, amigo cercano de Hendrix, contó en una oportunidad cómo el músico, que podía ser tierno y amoroso, se convertía en una persona completamente diferente bajo la influencia del alcohol. Worthington afirmó que Hendrix simplemente no podía manejar el consumo de alcohol, lo que lo llevaba a comportarse de manera agresiva. La noche que Jimi Hendrix prendió fuego su guitarra Los últimos días de Jimi Hendrix estuvieron marcados por la tensión y el agotamiento. En agosto de 1970, Hendrix inauguró los Electric Lady Studios en Nueva York, un proyecto propio que simbolizaba su deseo de independencia creativa. Esta innovadora instalación era el espacio que siempre había soñado para experimentar con su música. No obstante, las constantes giras, la presión mediática y la rueda que no paraba de girar lo sumergieron en un estado de agotamiento físico y emocional. En las semanas previas a su muerte, Hendrix viajó a Europa para realizar una serie de conciertos. Tocó en el Festival de la Isla de Wight, donde, a pesar de problemas técnicos y demoras, logró hacer vibrar a una audiencia que oscilaba entre 300.000 y 600.000 personas. Su última aparición en un festival, en la Isla de Fehmarn en Alemania, fue recordada, pero no por su talento. La lluvia y las largas esperas hicieron que el público perdiera la paciencia y le dedicara abucheos al guitarrista antes de subir al escenario. De todas maneras, el norteamericano hizo una vez más magia con su guitarra. El 17 de septiembre de 1970, Hendrix regresó a Londres, donde pasó la noche acompañado de Monika Dannemann, una patinadora artística alemana, su pareja en ese momento. Según Monika, la madrugada siguiente compartieron una comida sencilla acompañada por vino en su habitación en el hotel Samarkand. El músico, incapaz de conciliar el sueño, habría ingerido varias pastillas de Vesperax, un potente somnífero. La dosis, entre ocho y nueve pastillas, era significativamente superior a la recomendada y, combinada con el alcohol, resultó fatal. Las circunstancias exactas de su muerte fueron objeto de numerosas especulaciones y versiones contradictorias. Monika afirmó haberlo encontrado inconsciente y pidió ayuda. Algunas versiones aseguran que Hendrix aún estaba con vida al llegar al hospital, mientras que otras no llegó a hacerlo, que falleció en el camino. El informe oficial determinó que murió por “inhalación de vómito debido a intoxicación por barbitúricos”, es decir, que se ahogó con su propio vómito. Y eso habría ocurrido por impericia del personal que le dio los primeros auxilios al colocarlo boca arriba. La muerte de Hendrix, a los 27 años, se sumó a una serie de tragedias del Club de los 27, el selecto grupo de estrellas que vivió de forma intensa y peligrosa y murió en la cima de sus carreras.
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