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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/11/2024 03:09
La hipocondría es un problema que afecta el bienestar emocional y físico (Imagen Ilustrativa Infobae) Investigaciones médicas recientes han demostrado que la hipocondría es una enfermedad tan real como la depresión y el trastorno de estrés postraumático. En este trastorno, el miedo y la preocupación se centran en considerar las sensaciones físicas incómodas o inusuales como una señal de una afección grave. “Si tiene cefalea, dolor de cabeza, cree que tiene un tumor. Tiene un pequeño lunar y enseguida cree que es cáncer y así sucesivamente”, graficó el problema el doctor Daniel López Rosetti, médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH) en su columna de Infobae. La preocupación por la salud o por la enfermedad impiden a la persona estar en paz y ocuparse de otros aspectos de su vida (Imagen Ilustrativa Infobae) Y añadió que el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría ha actualizado su enfoque hacia la hipocondría, eliminándola como diagnóstico independiente y reemplazándola por el trastorno de ansiedad por enfermedad. ¿Cuándo una persona tiene lo que se llama hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad? Alexis Alderete (MP 85367), licenciado en Psicología, especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades. (Fundación Foro) y posgrado en Sexología Clínica, explicó a Infobae: “Es un trastorno que se caracteriza porque la persona tiene una preocupación excesiva y sostenida en el tiempo por padecer una enfermedad grave, y esta creencia se mantiene firme a pesar de que la evidencia médica que ha ido recopilando señala lo contrario”. Dos síndromes en un solo trastorno Para describir los efectos destructivos de la hipocondría a sus jóvenes médicos en formación en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, el psiquiatra Brian Fallon suele citar al psiquiatra inglés del siglo XIX Henry Maudsley: “El dolor que no tiene salida en lágrimas puede hacer llorar a otros órganos”. La cibercondría se perfila como un riesgo al fomentar el autoanálisis obsesivo de síntomas online (Imagen Ilustrativa Infobae) El investigador también ha demostrado que la enfermedad es en realidad dos síndromes. Uno es el trastorno de ansiedad por enfermedad, dijo Fallon, en el que la idea general de una enfermedad provoca un miedo y una preocupación excesivos. El segundo síndrome es el trastorno de síntomas somáticos, en el que las personas se preocupan por los síntomas reales, como un ritmo cardíaco acelerado o la presión arterial alta. Las dos nuevas descripciones se refieren a síntomas reales, como pensamientos y comportamientos inusuales relacionados con las preocupaciones médicas de una persona. En un artículo en Scientifican American se señala que Fallon estimó que alrededor del 20 al 25 por ciento de los casos de hipocondría son trastorno de ansiedad por enfermedad, y el resto son trastorno de síntomas somáticos. El licenciado Alderete señaló: “Lo que mantiene la ansiedad de la persona afectada son varios factores, como la mala interpretación de los síntomas; la atención selectiva de forma constante a estos mismos síntomas y no a otros; la firme creencia que dichos malestares se deben al padecimiento de una enfermedad grave y, por último, un comportamiento de constante comprobación por diferentes medios”. La ansiedad de quien padece hipocondría aumenta ante la mala interpretación de los síntomas (Imagen Ilustrativa Infobae) Por ejemplo, ejemplificó el psicólogo: “La búsqueda en internet de lo que está padeciendo; visitar a distintos médicos para que le confirmen lo que realmente cree y descartar a aquellos profesionales que van en contra de su creencia. Todo esto lleva al mantenimiento y exacerbación de los síntomas y la preocupación que está atravesando”. Además, completó el psicólogo: “Hay un aumento en la ansiedad debido a que la constante preocupación, conlleva a un estrés crónico y a un agotamiento físico, afectando su concentración, el desempeño laboral o académico y su calidad de sueño”. Finalmente, el círculo de amistades y relaciones interpersonales se ven deterioradas “porque hay una constante queja sobre su padecimiento, volviéndose monotemática, lo que lleva a conflictos y que se sienta incomprendido”, dijo el experto. La constante preocupación por la salud produce estrés crónico y agotamiento físico, afectando la calidad de sueño (Imagen ilustrativa Infobae) La cibercondría al acecho Además, una nueva característica de la hipocondría ha llamado la atención de los investigadores: la cibercondría, en la que las personas pasan una cantidad excesiva de tiempo en la web investigando las enfermedades que creen que pueden sufrir. Según explicó el doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, en su columna en Infobae, a la clásica hipocondría o “ansiedad referida a la salud”, hay que agregar los autodiagnósticos “que se hacen inclusive hoy con sistemas de inteligencia artificial, como Google Lens, o usando los ahora habituales GPT-3 y 4. Quizás una forma de ver la poli y automedicación, en particular de psicofármacos, debiera ser considerarlas como una forma actual de la ‘vieja’ hipocondría”. A medida que aumentan las consultas en internet sobre los síntomas, crece la desconfianza hacia los diagnósticos médicos profesionales, lo que lleva a la persona a buscar más información y realizar más consultas médicas sin lograr calmarse ante su estado de salud. A la clásica hipocondría se sumó la cibercondría, en la que las personas pasan una cantidad excesiva de tiempo en la web investigando las enfermedades que cree tener (Imagen Ilustrativa Infobae) En algunos casos, puede llevar a la persona a la realización de exámenes innecesarios y paradójicamente, debido al temor, optar por evitar la visita médica para no “confirmar” el diagnóstico alarmante que encontró en internet. De esta manera, pone en riesgo su salud y retrasa la oportunidad de recibir atención profesional. Según un estudio sueco publicado en la revista JAMA Psychiatry las personas con hipocondría tienen un mayor riesgo de mortalidad que la población sin esta patología, principalmente por causas que son prevenibles. En concreto, los investigadores recopilaron y siguieron datos extraídos de bases sanitarias suecas entre 1997 y 2020 de más de 45.000 pacientes, de los que 4.129 sufrían este trastorno. Cada persona diagnosticada con hipocondría fue emparejada con otras 10 del mismo sexo, año de nacimiento y zona de residencia, pero que no tenían la enfermedad. A lo largo del periodo de la investigación, murieron 268 personas con hipocondría y 1.761 sin ella, lo que se traduce en que la tasa de mortalidad del primer grupo es mayor: 8,5 y 5,5 muertes por 1.000 personas al año, respectivamente. Este aumento se registró tanto en las causas de muerte naturales como no naturales. Pasar horas investigando enfermedades en internet sin resultados concluyentes puede aumentar la ansiedad (Imagen Ilustrativa Infobae) Sobre las causas no naturales, la mayoría de muertes se atribuyeron al suicidio, con un riesgo cuatro veces mayor. “Los médicos deben ser conscientes de que las personas con hipocondría corren el riesgo de morir por suicidio, especialmente si tienen antecedentes de depresión y ansiedad en su vida”, advirtió el estudio, que aseguró que la mayoría de las muertes podrían clasificarse como potencialmente evitables. “Descartar los síntomas somáticos de estos individuos como imaginarios puede tener consecuencias nefastas. Se debe hacer más para reducir el estigma y mejorar la detección, el diagnóstico y la atención integrada adecuada (es decir, psiquiátrica y somática) para estas personas”, alertaron los autores de la investigación. Cómo se trata la hipocondría El trastorno de ansiedad por enfermedad tiene un abordaje terapéutico que es la psicoterapia. “Existe una gama amplia de opciones para el tratamiento según las características del paciente, psicología conductista, o sea, cognitivo, comportamental o alguna otra forma de abordaje terapéutico psicológico”, explicó el doctor López Rosetti. El trastorno de ansiedad por enfermedad o hipocondría tiene un abordaje terapéutico mediante la psicoterapia (Imagen Ilustrativa Infobae) Y finalizó: “Por supuesto, en casos específicos se pueden indicar fármacos, como ansiolíticos o antidepresivos. Muchas veces en dosis adecuadas, el tratamiento puede ser muy efectivo”. El licenciado Alderete indicó que el tratamiento está centrado en que la persona pueda reducir la ansiedad que atraviesa y los síntomas que se autoprovoca a través del cambio en sus creencias y sus hábitos de verificación. Y recomendó “acudir a un psicólogo especialista en terapia cognitivo conductual, para poder identificar y modificar sus pensamientos sobre su salud, reduciendo los comportamientos de verificación tanto en su cuerpo como en internet o en las distintas visitas médicas. En las primeras fases del tratamiento se ayuda a los pacientes a ver que puede haber una explicación alternativa para los problemas que están experimentando”. El psicólogo también aconsejó implementar técnicas de mindfulness: “Ayuda a la persona a poder enfocarse en otros signos que está atravesando y poder vivir con plenitud cada momento de su vida. Y que la enfermedad no acapare su cotidianidad. Además de incorporar ejercicios de respiración para reducir los síntomas físicos y emocionales”. Practicar minfulness permite que la hipocondría no acapare la cotidianidad del paciente (Imagen Ilustrativa Infobae) Y completó: “Un buen psicólogo no solo acompaña al paciente hacia una vida más tranquila, porque más allá de descartar enfermedades físicas, el verdadero aprendizaje está en que comprenda cómo opera su ansiedad”. Por su parte, el doctor De Rosa Alabaster expresó que “la hipocondría es uno de los cuadros en donde podemos ver más claramente cómo las variables culturales y sociales influyen en nuestro bienestar o malestar. Tenemos los medios, y la posibilidad de información, pero más no siempre es mejor”. Y concluyó: “Un paso es entender que no hay verdades absolutas que calmen de manera definitiva nuestra ansiedad. Otro es confiar en los profesionales serios, siendo pacientes que no desesperen ante la necesidad de poseer toda la información nosotros mismos”. Finalmente, para quienes deseen buscar información médica online es esencial consultar fuentes confiables, como las instituciones médicas reconocidas. Limitar el tiempo de búsqueda y evitar profundizar en enfermedades graves. Internet puede brindar información, pero no reemplaza la atención médica.
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