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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/11/2024 02:51
Las organizaciones que sepan adaptarse y aprovechar esta transformación estarán mejor protegidos (Imagen Ilustrativa Infobae) Año tras año, reconocemos cómo la ciberseguridad debe enfrentarse a amenazas cada vez más complejas de resolver. Esta situación desafía continuamente a los métodos de encriptación, muchos de los cuales, con el pasar de los años, quedan obsoletos y, a su vez, representan un desafío adicional para el activo más valioso de nuestra era: la información. Mientras que la correcta protección de la información es una acción clave para empresas, gobiernos y usuarios, el escenario que enfrentan -algo alarmante- apenas comienza el ascenso hacia su pico gracias a la aparición de la computación cuántica. Esta tecnología emergente apunta a revolucionar el escenario de la ciberseguridad por completo aún más de lo que lo hizo la propia inteligencia artificial, lo cual podría lograr que todos los sistemas de seguridad actuales parezcan anticuados. A diferencia de las computadoras tradicionales que utilizan bits para procesar en términos de ceros y unos, las cuánticas emplean qubits con una característica singular denominada superposición, la cual les facilita representar 0, 1 o ambos valores simultáneamente. Además, pueden estar entrelazados, es decir, el estado de un qubit puede vincularse con el de otro, incluso si están físicamente separados. Estas propiedades permiten que las computadoras cuánticas efectúen determinados cálculos con mayor rapidez que las clásicas. Por ejemplo, hay algoritmos creados para factorizar grandes cantidades de datos que podrían desmantelar sistemas de cifrado en cuestión de minutos, un proceso que a las supercomputadoras modernas les llevaría años. Esto supone tanto una oportunidad como una amenaza para la ciberseguridad ya que los sistemas de encriptación actuales podrían quedar vulnerables. Ante este panorama, una vez más, una duda asoma en el horizonte inmediato: ¿Qué sentiríamos si alguien pudiera acceder a nuestras cuentas bancarias, a nuestro historial médico o a nuestra información más privada al no estar seguras? Esta realidad, antes impensable, plantea una amenaza directa a la privacidad y estabilidad que damos por sentadas. Para contrarrestar esta amenaza, agencias como el NIST en Estados Unidos están desarrollando algoritmos post-cuánticos, diseñados para resistir ataques de computadoras cuánticas y garantizar que nuestros sistemas de seguridad puedan protegernos en un futuro donde la computación cuántica sea parte de la vida cotidiana. Entonces, a pesar de la existencia de algunos peligros, la computación cuántica también ofrece soluciones revolucionarias. La criptografía cuántica, promete sistemas de comunicación prácticamente invulnerables, con la capacidad de detectar e interceptar instantáneamente cualquier amenaza y su habilidad para analizar grandes volúmenes de información en tiempo real mejora drásticamente la precisión en la autenticación de usuarios, lo que dificulta considerablemente la suplantación de identidad. Este avance no solo responde a las amenazas cuánticas, sino que representa un salto hacia un futuro en el que la información esté realmente protegida, brindando una esperanza tangible en medio de un panorama tecnológico complejo. Este progreso simboliza un futuro donde la información esté verdaderamente resguardada, proporcionando una esperanza palpable en un escenario tecnológico complicado en donde la industria de la ciberseguridad ya está siendo impactada por la computación cuántica, con un mercado valuado entre 45 mil y 131 mil millones de dólares para el 2040, de acuerdo con la consultora global Mckinsey & Company. La nueva revolución cuántica ofrece un sinfín de posibilidades en diversas industrias. No obstante, su influencia en la ciberseguridad es particularmente relevante, con soluciones de criptografía cuántica y algoritmos post-cuánticos que garantizan la protección eficaz de nuestros datos contra quienes la implementen y desarrollen, pero que se convertirá en un gran peligro para aquellos que se queden atrás. Por este motivo, las organizaciones y los gobiernos que sepan adaptarse y aprovechar esta transformación no solo estarán mejor protegidos, sino que también tendrán el potencial de liderar la próxima era de la innovación.
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