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Concordia » Hora Digital
Fecha: 24/11/2024 13:45
En las últimas tres décadas, en cuatro ocasiones en las que el tipo de cambio real fue tan bajo como en la actualidad (al final de la Convertibilidad, al final del gobierno de Cristina Kirchner, durante la gestión de Mauricio Macri en 2017 y al final del mandato de Alberto Fernández), se produjeron importantes devaluaciones. Sin embargo, en esta ocasión se presentan nuevas circunstancias, como el superávit fiscal (ausente en anteriores ocasiones), el potencial de Vaca Muerta en el horizonte (con una proyección de ingresos anuales cercanos a los u$s 15.000 millones) y el blanqueo de capitales como factor hasta 2025 (sumando divisas a corto plazo). Todo esto lleva a considerar seriamente la posibilidad de que el peso argentino se mantenga fuerte durante un tiempo prolongado, según un informe de la consultora 1816. A pesar de estas circunstancias, se identifican al menos tres problemas asociados con tener una moneda apreciada: i) la posibilidad de una caída pronunciada del peso si se complica el contexto internacional o surgen problemas políticos, ante la falta de reservas del Banco Central; ii) un exceso de oferta de pesos, que supera los u$s 100.000 millones al considerar el M3 privado y títulos del tesoro en manos no bancarias; y iii) la existencia de sectores poco competitivos a este tipo de cambio (como el turismo y algunas industrias). Según advierte la consultora 1816, si las cosas salen bien, habrá sectores claramente beneficiados y perjudicados, lo cual no necesariamente es negativo, sino más bien una cuestión de gestionar la abundancia. Sin embargo, se destaca la importancia de las elecciones de 2025, cuyo resultado es incierto. Por el momento, el Banco Central continúa comprando en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), en parte gracias a los préstamos en dólares impulsados por el blanqueo de capitales. Un informe de la Fundación Encuentro, vinculada al espacio político liderado por Sergio Massa, señala que si bien el actual esquema no sería problemático en sí mismo, preocupa la magnitud que está adquiriendo rápidamente y los riesgos que podrían derivar de una eventual reversión de la situación. Según sus estimaciones, la posición de carry trade desde agosto hasta octubre acumula una masa de pesos equivalente a u$s 10.500 millones, aproximadamente dos meses de importaciones. En este escenario, los exportadores agrupados en CIARA (cerealeras y exportadores de granos) buscan adelantar sus exportaciones a través de anticipos o prefinanciaciones, así como aprovechar las importaciones temporarias de soja paraguaya. Por otro lado, los bancos reconocen la existencia de esta situación, junto con la remonetización en pesos de la economía, el efecto multiplicador del crédito bancario en dólares y las recientes emisiones de obligaciones negociables en moneda extranjera. En este contexto, se estima que el carry trade se sitúa más cerca de los u$s 4.500 millones, lo cual contribuye a reducir la presión sobre la demanda, especialmente de importaciones. Desde el oficialismo se destaca que, a diferencia de situaciones anteriores con inversores extranjeros como Pimco y Templeton, ahora se estima que solo hay alrededor de u$s 200 millones de inversiones externas. Señalan que las empresas están emitiendo deuda en dólares debido a costos de financiamiento más bajos, pero esto no se considera carry trade, sino deuda a plazos de entre 36 y 48 meses.
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