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    Fecha: 24/11/2024 08:31

    Se cumplió un año de la victoria de Milei en el balotaje ante Massa y la Argentina que eligió vivir “la libertad” sufre las consecuencias sociales de sus políticas- Misiones y su buena sintonía con el gobierno nacional: récord de ATN y posibles libertario en las listas para el 2025- Los yerbateros que apoyaron el proyecto de La Libertad Avanza, protestan por la desregulación que se anunció que los perjudicaría- Radicales y peronistas benefician a Milei. “Búsquenme, me encontrarán, en el país de la libertad…”. Una de las canciones más icónicas de León Gieco resuena como un eco irónico al cumplirse un año de la victoria de Javier Milei en el balotaje. Su llegada al poder estuvo marcada por un discurso incendiario y promesas de ajuste a la “casta política”, que canalizó el hartazgo de millones de argentinos. Sin embargo, el balance de su primer año en la presidencia expone una realidad muy distinta: mientras los indicadores macroeconómicos muestran mejoras que benefician principalmente a las grandes empresas, el costo social recae, paradójicamente, sobre gran parte de quienes lo votaron, esperanzados, con el inicio de un país con una mirada más amplia y no tan ligada a minorías. Según él mismo destaca, los logros más destacados de su gestión son la reducción de la inflación y la implementación del déficit cero, el primero figuraba entre las mayores preocupaciones del electorado en 2023. Sin embargo, estos avances se implementaron acompañados de una creciente desigualdad: salarios que no alcanzan a cubrir el incremento de los precios y un Estado que parece indiferente ante las necesidades de los sectores más vulnerables. A esto se suma un viraje en la política internacional que, lejos de la coherencia ideológica que pregonaba, comenzó con una postura alineada al eje Estados Unidos-Israel y terminó con un abrazo político al líder chino Xi Jinping, tras haber rechazado la incorporación de Argentina a los BRICS. En el plano interno, Milei no logró escapar de las prácticas políticas tradicionales, aquellas que juró erradicar y de las que siempre se muestra como un opuesto. Entre sus primeras medidas, recortó los fondos que la Nación transfería a las provincias, limitando el presupuesto para obras públicas. Esto obligó a los gobernadores a negociar apoyos legislativos a cambio de recursos, evidenciando que el discurso antipolítica de campaña, cedió ante la realidad de la gestión. Un caso emblemático son los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), fondos discrecionales distribuidos por el Ejecutivo. Según datos de la consultora Analytica, en los primeros días de noviembre se destinaron $11.500 millones en ATN, representando el 28% del total distribuido en 2024. Las provincias más beneficiadas —Misiones, Catamarca y Tucumán— tienen en común el respaldo de sus legisladores al oficialismo. Misiones encabeza la lista, con $13.000 millones recibidos en lo que va del año. Bajo la gestión de Hugo Passalacqua, la provincia obtuvo $1.500 millones en abril, $7.500 millones en junio y $4.000 millones en noviembre, coincidiendo con la discusión de la ley de DNU. En ella, los diputados misioneros de Innovación Federal evitaron dar el quórum necesario. La buena sintonía entre Misiones y la administración libertaria se refleja, además, en la presencia de dirigentes afines a ese espacio dentro de la propia estructura provincial, como Micaela Gacek y Milton Astrosa. También se manifiesta en la posibilidad de que, en las elecciones legislativas del próximo año, las listas del Frente Renovador de la Concordia incluyan nombres libertarios y perfiles juveniles. Algunos de estos candidatos carecen de experiencia en gestión ejecutiva o legislativa, pero su incorporación apunta a captar el voto de quienes, el año pasado, optaron mayoritariamente por Javier Milei, apostando por un enfoque renovado de política y gestión con caras nuevas. Sin embargo, esta estrategia podría implicar que el blend misionerista —esa combinación de hombres experimentados en gestión y jóvenes que buscan protagonismo— pierda su esencia. Transformarse en una jugada arriesgada podría tener implicancias no solo para el futuro de la gestión provincial, sino también para la capacidad del Frente Renovador de conservar el respaldo del electorado en el mediano plazo. Los antecedentes de Javier Milei en el cumplimiento de acuerdos políticos son un factor que merece atención. Su reciente enfrentamiento con la vicepresidente Victoria Villarruel, sumado a los desplantes a Mauricio Macri y a gobernadores de Juntos por el Cambio, son señales claras de los riesgos asociados a cualquier pacto político o electoral con su espacio. Estos episodios no pueden ser ignorados al considerar la viabilidad de una alianza que podría impactar profundamente en la dinámica política y la estabilidad de la gestión en Misiones. A pesar del discurso disruptivo que lo llevó a la presidencia, el primer año de Milei refleja que, detrás de los gestos radicales, persisten los mecanismos más tradicionales de la política argentina. Mientras tanto, los versos de Gieco parecen más lejanos que nunca para quienes esperan vivir en un país de verdadera libertad. El precio de la libertad Con la localidad de Andresito como epicentro, la producción yerbatera en Misiones desató una protesta que refleja el impacto de las políticas de desregulación impulsadas por el gobierno nacional desde la asunción de Javier Milei. La provincia, que aporta el 80% de la producción nacional de yerba mate, enfrenta una crisis tras la decisión de quitar al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) las facultades regulatorias que le permitían, entre otras cosas, establecer los precios de la materia prima. Este lunes se espera que diferentes movilizaciones tengan lugar en varios puntos de la provincia, con productores reclamando un precio justo para la hoja verde. Lo irónico de la situación es que, durante la campaña electoral del año pasado, muchos de estos mismos productores respaldaron públicamente un cambio en la presidencia, pese a las claras intenciones de Milei de avanzar hacia una desregulación del sector. En redes sociales, los memoriosos no tardaron en señalar la contradicción de aquellos que, hace apenas un año, apoyaron al ahora presidente, quien con sus políticas terminó perjudicando a uno de los sectores económicos más emblemáticos de Misiones. La frustración de los productores yerbateros refleja no solo el impacto de estas medidas, sino también el alto costo de ciertas decisiones políticas que afectan de lleno a las economías regionales. Mientras el presidente Javier Milei avanza con su proyecto político sin contemplar los costos sociales que afectan al país, la oposición sigue transitando un derrotero errático que, lejos de frenarlo, facilita su tarea. El “topo” que se infiltró en el Estado, según sus propias palabras, parece avanzar sin contratiempos, desmantelando cualquier vestigio de orden institucional. Camino libre Esta semana, Milei incorporó a su gabinete al primer “radical con peluca”, devolviendo el favor que una parte de la UCR le brindó con votos clave en el Congreso para garantizar la gobernabilidad. Alejandro Cacace, exdiputado, secretario parlamentario del bloque radical y mano derecha del cordobés Rodrigo De Loredo (presidente del bloque), asumió como viceministro de Desregulación y Transformación del Estado, bajo la conducción de Federico Sturzenegger. En rigor, el primer radical en integrarse al gobierno fue el mendocino Luis Petri, nombrado ministro de Defensa como parte del acuerdo con Patricia Bullrich, excompañera de fórmula presidencial. Cacace tendrá un rol estratégico en el Congreso, donde será el encargado de coordinar la presentación de las leyes que Sturzenegger impulsará en 2025. Su incorporación confirma una alianza que va más allá de lo legislativo: De Loredo emerge como un socio político de peso para el oficialismo. Paradójicamente, a pesar de las declaraciones despectivas de Milei hacia Raúl Alfonsín —a quien llegó a tildar de “golpista”—, su gobierno ha tejido puentes con los gobernadores radicales. Esta semana, el presidente recibió en la Casa Rosada a Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco). El almuerzo sirvió para aliviar tensiones y reforzar vínculos en busca de apoyo. Por el lado del peronismo, su nueva presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, reapareció en Rosario en un encuentro con trabajadores de la salud pública, intentando cohesionar un espacio que se encuentra fragmentado. El acercamiento de algunos gobernadores y dirigentes a Milei, sumado a los propios desaciertos del Frente de Todos, ha dejado al movimiento debilitado. Cristina enfrenta un panorama complejo, marcado por la pérdida de su liderazgo exclusivo dentro del peronismo y las divisiones internas, como la pugna entre La Cámpora y el gobernador bonaerense Axel Kicillof, a quien muchos ven como la renovación del espacio. Desde el oficialismo libertario, estas disputas son vistas con atención y hasta con cierto optimismo. La fragmentación del peronismo allana el camino para una eventual consolidación electoral, dejando a Milei con menos obstáculos para afianzar su poder. Por Sergio Fernández

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