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» Diario Cordoba
Fecha: 24/11/2024 13:20
El pasado 16 de noviembre se celebraron en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) unas jornadas sobre aves necrófagas, donde científicos y expertos mostraron los últimos avances en el conocimiento de este grupo de seres vivos. En primer lugar resaltaron la importancia de la Península Ibérica y, en particular, de España para su conservación, como así lo demuestran los censos que se vienen realizando de manera más menos regular. Se encuentran presentes con regularidad cuatro especies en distinto grado de amenaza. El más abundante es el buitre leonado, cuya última estimación de 2018 alcanzó 30.946 parejas reproductoras, que supone el 85% de la población de Europa. Su tendencia es de incremento moderado con una posible estabilización en los últimos años y no se encuentra amenazado. Le sigue el buitre negro con 2.548 parejas reproductoras, cuyo último censo coordinado fue de 2017. Su tendencia es de incremento y expansión territorial en los núcleos de nidificación y aparición de nuevos como consecuencia de proyectos de reintroducción. Suponen el 95% de la población europea y se considera una especie vulnerable. El último censo de alimoche realizado en 2018 arrojó una cifra que oscila entre las 1490 y 1567 parejas reproductoras. Parece que está más o menos estable con diferencias entre distintas regiones. Esta población supone el 85% de la población europea y se halla en peligro de extinción. El menos abundante es el quebrantahuesos, los datos de 2023 arrojan una cifra de 162 unidades territoriales de las que 102 son reproductoras y también se encuentra en peligro de extinción. Los buitres aportan importantes servicios ecosistémicos a la sociedad, aspecto que fue tratado en CÓRDOBA el 7 de septiembre de 2019, entre los que sobresalen la limpieza de cadáveres del medio natural. La regresión de la ganadería extensiva y la modificación del paisaje puede afectar a la viabilidad de sus poblaciones y a los servicios que prestan, como ya fue demostrado con los cambios en la normativa sanitaria que provocó un impacto moderado en la dinámica poblacional y que alimentó la creencia que eran especies depredadoras. En Andalucía son áreas críticas el sureste de Cádiz y Sierra Morena, donde los choques con las palas de los aerogeneradores de los parques eólicos están provocando la muerte de un mínimo de 851 individuos al año Tras el seguimiento realizado en los últimos cinco años mediante tecnología satelital, se ha podido evidenciar que las dehesas de Iberia son un ecosistema clave para la conservación de las poblaciones de buitres de todo el oeste de Europa. Se ha avanzado mucho en la ecología del movimiento de estas especies y en determinar las áreas de importancia para asegurar su futuro. Asimismo, experimentos realizados han determinado que la mejor opción para su alimentación es la disposición al azar de las carroñas, tal y como ocurre en la naturaleza. Sólo por motivos muy específicos y en algunos casos sanitarios son recomendables los muladares. Tienen capacidad para hacer desaparecer los cadáveres a una velocidad encomiable, en definitiva, el azar no es malo y la naturaleza aleatoria de los recursos tróficos debe ser conservada. Seguimiento Llamo poderosamente la atención el alto precio que está pagando este grupo de aves al supuesto «desarrollo sostenible» con los parques eólicos. Los choques con las palas de los aerogeneradores están provocando la muerte de un mínimo de 851 individuos al año. Teniendo en cuenta el deficiente seguimiento que se realiza en estos lugares, se estima que la mortalidad puede estar comprendida entre 1.000–1.500 ejemplares anuales. Si se tiene en cuenta que existe una previsión de multiplicar por cuatro este tipo de instalaciones y si se sigue sin planificar su instalación como hasta ahora, sin tener en cuenta el conocimiento científico existente, el futuro de este grupo de aves es poco halagüeño y tirará por tierra todo el esfuerzo de conservación realizado en los últimos cuarenta años que ha conseguido recuperarlas y alejarlas cada vez más de la extinción. En Andalucía se señalaron como áreas críticas toda la franja sureste desde Cádiz y toda Sierra Morena. Preocupan los parques eólicos que se extienden por el Campo de Gibraltar y su extensión por la zona, el alimoche se la juega allí. Se señaló que la única medida efectiva para evitar las colisiones con estas aves planeadoras es la intensa vigilancia con posibilidad de parada inmediata de los aerogeneradores cuando exista el peligro. El resto de sistemas que existen son ineficaces o no se han probado. Las medidas compensatorias deben dirigirse a compensar los daños que están produciendo a este grupo de aves, milanos reales, aves esteparias y murciélagos principalmente. Desviar fondos para otros menesteres, además de incumplir la normativa europea (Directivas de Aves y de Hábitats) es un ejercicio de soberbia y egoísmo manifiesto y hace flaco favor a la conservación a medio y largo plazo. El seguimiento de la mortalidad de fauna de los parques eólicos debe ser obligatorio para todas las instalaciones mediante un metodología que no permita el engaño y la ocultación de los sucesos. Los datos obtenidos deben ser de carácter público para que la sociedad conozca lo que ocurre con esta energía renovable que se ha instalado sin planificación territorial y ambiental. n Suscríbete para seguir leyendo
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