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Parana » Asdigitalnews
Fecha: 20/11/2024 09:22
Tan sólo 48 horas después de levantar Joe Biden el veto sobre su uso, los misiles ATACMS, de fabricación estadounidense, volaron el centro logístico 1046, es decir, el arsenal de Karachev, en el oblast ruso de Briansk, un almacén de munición que alimenta el esfuerzo ruso en el territorio en disputa de Kursk. La línea roja de Vladimir Putin, una más de las trazadas por el autócrata del Kremlin, fue superada por los militares de Kiev. Este mismo martes Vladimir Putin firmó la nueva doctrina nuclear rusa que permite responder a un bombardeo con armas convencionales en su territorio con armamento atómico, aunque nadie sabe cuál será el próximo movimiento de Rusia. Desde Moscú reconocen que dichos misiles (seis en total) han sido lanzados desde el lado ucraniano, pero que no han causado daños. Como suele ser habitual, los vídeos colgados por los propios vecinos del polvorín, que muestran un gran hongo de fuego, contradicen la versión oficial del Kremlin. No es el único proyectil lanzado y poco a poco se sabrá, gracias a las imágenes de satélite, si otros han conseguido alcanzar sus objetivos. El jefe de la diplomacia rusa prometió un rato después una respuesta "adecuada" al lanzamiento ucraniano de los misiles estadounidenses, denunció la implicación de Washington en estos ataques y anunció una "nueva fase" en el conflicto. "Si se utilizan misiles de largo alcance desde Ucrania hacia territorio ruso, significa que son operados por expertos militares estadounidenses. Consideraremos esto como una nueva fase de la guerra occidental contra Rusia y responderemos en consecuencia", declaró Serguéi Lavrov a la prensa en Río de Janeiro, después de la cumbre del G20. El ministro de Exteriores ruso repitió un argumento del propio Putin: "Los ucranianos no pueden disparar los ATACMS sin la ayuda de expertos e instructores estadounidenses" que proporcionan "datos de satélite, programación y orientación". Lavrov dijo que el uso de ATACMS para atacar suelo ruso era "una señal" de que Ucrania y Occidente "quieren una escalada". Como ya ha reconocido Ucrania más de una vez, el Pentágono identifica los objetivos rusos mediante satélites, mientras que el personal estadounidense en el terreno recopila las coordenadas y las transmite a Kiev, que luego ingresan los datos y ejecutan el lanzamiento, de la misma forma que los británicos colaboran con tropas ucranianas para lanzar misiles Storm Shadow. En realidad, este tipo de lanzamientos no es muy diferente del que utiliza la propia Rusia. En su caso, Moscú ha adquirido cientos de proyectiles KN-23 a Pyongyang, cuyos lanzadores y especialistas se desplazaron a Rusia y zonas ucranianas ocupadas por Rusia para asesorar a las tropas rusas en el uso de estos ingenios militares. ¿Puede desatar el uso de estos misiles una guerra nuclear? Según afirman la mayoría de expertos en armas nucleares, la escalada atómica tiene sus propias pautas y debería incluir, mucho antes que cualquier lanzamiento de ataque en Ucrania, movimientos en los propios arsenales, que ya suponen saltarse varios tratados internacionales, e incluso una prueba atómica en algún lugar deshabitado.
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