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» Diario Cordoba
Fecha: 06/11/2024 10:56
Un nuevo estudio explora cómo la conservación de la biodiversidad marina, la salud humana y el bienestar están íntimamente conectados. Los resultados sugieren que las áreas marinas protegidas pueden ser positivas tanto para el planeta como para las personas: en la mayoría de los casos, invertir en ellas beneficia directamente a la salud y los medios de vida de las comunidades humanas que viven en sectores cercanos a los océanos. Investigadores del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y Duke University, en Estados Unidos, revisaron múltiples artículos científicos escritos desde 1973 hasta hoy sobre áreas marinas protegidas y sus impactos en las personas: en sus conclusiones, presentadas en un nuevo estudio publicado en la revista OneEarth, los especialistas sostienen que existe una fuerte relación entre la salud de los océanos y el bienestar humano, que debería comprenderse en mayor profundidad. Según el equipo científico liderado por Daniel Viana, del WWF, factores como la sobrepesca, el cambio climático antropogénico y la destrucción de hábitats constituyen graves amenazas para la biodiversidad marina. Al mismo tiempo, afectan a las comunidades que dependen de los alimentos obtenidos del mar para adquirir nutrientes esenciales como proteínas, minerales, vitaminas y ácidos grasos. Una relación intensa pero poco estudiada De acuerdo a un artículo publicado en The Conversation por el especialista Edward Allison, de la Universidad de Lancaster, en Inglaterra, quién no participó del nuevo estudio, en muchas naciones insulares y costeras del mundo en desarrollo la recolección de alimentos silvestres de los ecosistemas marinos permite la nutrición de 3 mil millones de personas, que obtienen más del 15 % de sus proteínas de origen animal de alimentos acuáticos. Más allá de este potencial para abordar la nutrición global de micronutrientes, los alimentos acuáticos han sido subestimados hasta el momento en las políticas y programas para luchar contra el hambre y la desnutrición. Frente a esto, los investigadores creen urgente un cambio de perspectiva que privilegie una pesca sostenible: si en lugar de pescar para maximizar la captura o el beneficio económico la actividad se gestionara para optimizar su contribución a la nutrición humana, los resultados positivos se incrementarían. El papel vital de las áreas marinas protegidas En la investigación, Viana y sus colegas indican que aunque se ha establecido un objetivo global para proteger el 30 % de los océanos para 2030 a través de áreas marinas protegidas (AMP) y otras medidas de conservación, existen poco datos sobre la forma en que las AMP afectan la nutrición y el bienestar humanos. En ese sentido, concluyen que las áreas marinas protegidas correctamente diseñadas y administradas pueden conservar la biodiversidad y mejorar la seguridad nutricional, beneficiando la salud y los medios de vida de las comunidades vulnerables que dependen de los recursos marinos. En consecuencia, una visión más integral que aborde la relación entre la vida marina y el bienestar humano podría aportar bases científicas a estas gestiones. Los científicos sostienen en el estudio que las áreas marinas protegidas de uso sostenible contribuyen con alrededor del 13,6 % de la captura global de recursos oceánicos, el 14 % de los ingresos pesqueros y un 13,7 % del suministro de nutrientes. De esta manera, una gestión que considere su impacto humano podría optimizar al mismo tiempo la preservación de la biodiversidad marina y su influencia en la calidad de vida de las personas. Referencia Sustainable-use marine protected areas provide co-benefits to human nutrition. Daniel F. Viana et al. OneEarth (2024). DOI:https://doi.org/10.1016/j.oneear.2024.09.015
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