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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/11/2024 04:41
En Campo de los Andes, provincia de Mendoza, el Ejército Argentino tiene al Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15, una unidad clave a la hora de considerar la importancia de contar con información exacta y certera sobre el complejo terreno y el clima de la Cordillera de los Andes. De hecho, hace más de 200 años y a tan solo unos muy pocos kilómetros de ese punto de la cordillera, el general José Francisco de San Martín se reunió con un grupo de pehuenches: el Libertador quería obtener datos para poder concretar el cruce de la cordillera de los Andes. Accedieron y hasta manifestaron el interés de ocupar una parte activa a la hora de enfrentar al enemigo. Ese encuentro no hace más que confirmar la importancia de contar con una unidad militar de este tipo. Por eso, DEF visitó sus instalaciones y pudo conocer de cerca su razón de ser. Un dato: para cumplir la misión, y además de trabajar con el ganado mular, el Regimiento cuenta con modernas motos adquiridas (recientemente) por la Fuerza. Con esos medios pueden llegar a los puntos más recónditos de los Andes. Además, el personal está entrenado y capacitado para operar en la hostilidad de la alta montaña. De esa manera, logran ser “los ojos del comandante en el terreno”. En Campo de los Andes, el Ejército Argentino cuenta con el Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15. (Foto: Fernando Calzada) El Ejército Argentino en la cordillera Los altos picos, varios de ellos cubiertos de hielo y nieve, que rodean la localidad mendocina de Campo de los Andes no hacen más que desafiar a los hombres y mujeres del Ejército Argentino que operan en ese punto de nuestro país. Y, como si eso fuese poco, al paisaje hay que sumarle la dureza del clima y las características del suelo. No en vano, antes de su histórica epopeya, San Martín manifestó su más grande preocupación: “Lo que no me deja dormir no es la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes”. Desde aquellos tiempos hasta el presente, la Fuerza continuó trabajando y reforzando sus misiones en los Andes. De hecho, tienen una aptitud especial, la de Montaña, que solo ostentan aquellos que, tras haber pasado un determinado tiempo y haber aprobado rigurosas capacitaciones, pueden sentirse orgullosos de haber desafiado este ambiente geográfico particular y saber, a ciencia cierta, cómo hay que desenvolverse en él. Esos conocimientos no son en vano, pues, en definitiva, inclinan la balanza cuando se trata de una cuestión de vida o muerte. Por esta razón, los del 15, se adiestran para cumplir misiones y protagonizar campañas militares en la alta montaña. Los efectivos de esta unidad lucen uniformes especiales que los camuflan teniendo en cuenta las características del ambiente geográfico particular de la Cordillera. (Foto: Fernando Calzada) Primero los del 15 “Aquí trabajan cientos de hombres y mujeres. Esta es la única unidad de caballería de montaña que tiene la Brigada de Montaña VIII (de Mendoza). Es, además de exploración”, dijo, en diálogo con DEF, el jefe del Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15, teniente coronel Darío Sosa. ¿Por qué los Ejércitos del mundo necesitan unidades enfocadas en la exploración? “Nosotros, junto con los Cazadores de Montaña, somos de las primeras tropas que se despliegan. Porque, para planificar una operación, el comandante necesita reunir información que le sirva para determinar la maniobra. Eso necesita es lo que él necesita para empezar a dibujar la maniobra”, respondió Sosa. En palabras de la máxima autoridad del Regimiento, existen unidades de exploración y, a su vez, en cada unidad de la Fuerza, hay secciones especializadas en el tema. “Nadie manda a su grueso si antes no sabe qué es lo que hay adelante”, comentó. “Contamos con nuevas capacidades que se adaptan a los terrenos” El personal está altamente entrenado y capacitado para operar en la hostilidad de la alta montaña. (Foto: Fernando Calzada) “Tenemos un lema: ‘Ver sin ser vistos’”, cuenta Sosa. Pero ¿cómo lo logran en la hostilidad de los Andes? Según el oficial, uno de los principales desafíos es la compartimentación de la cordillera. “Para cumplir nuestra misión en el ambiente geográfico particular de la alta montaña, contamos con nuevas capacidades que se adaptan a los terrenos: fracciones de exploración montadas, que se manejan con mulas; fracciones de exploración livianas, que operan las nuevas camionetas y motos recientemente adquiridas por el Ejército Argentino, y fracciones de exploración pesadas, que trabajan con vehículos blindados” detalló. Además, añadió: “Con esa versatilidad, podemos operar en el sector de montaña y obtener información. A eso se le llama reconocimiento, y es una de nuestras tareas principales”. Un dato no menor: en esas misiones, el Regimiento también debe obtener información sobre las condiciones meteorológicas y los caminos, fundamental para que el comandante pueda decidir por qué lugares debe planificar la maniobra. “Por ejemplo, si en el camino existe un puente, debemos medirlo, saber su capacidad, el material con el que fue construido y todo tipo de información útil”. El Regimiento cuenta con modernas motos adquiridas recientemente por la Fuerza. (Foto: Fernando Calzada) ¿Por qué el Regimiento usa mulas? Para moverse en la Cordillera, el Regimiento cuenta con casi un centenar de mulas, tanto silleras como cargueras. “Cada dos hombres montados, van dos mulas cargueras, que son las que llevan el equipo y los materiales en el campo de combate”, explicaron. Cabe destacar que, finalmente, la mula termina es el medio que llega hasta el punto más lejano dentro de la montaña. Desde Campo de los Andes explicaron que se trata de un animal óptimo para la montaña rocosa. Además, son intuitivos. Saben, incluso, cuándo deben cruzar un curso de agua y cuándo no. “A diferencia de las silleras, las mulas cargueras son más resistentes que un caballo. Pueden llegar a transportar hasta 130 kilos, aunque, a mayor altura, menos carga”, manifestó el teniente coronel Sosa. A su vez, el personal contó que, entre el jinete y el animal, se crea un vínculo único. “Todo el Escuadrón Montado tiene su ganado designado. Algunos efectivos, al irse del Regimiento, se despiden de ellas. Algunos hasta lloran”, confesaron. Las mulas son cruciales para los desplazamientos en alta montaña. (Foto: Fernando Calzada) Militares preparados para la cordillera Para poder movilizarse y concretar con éxito las distintas tareas que debe realizar, este regimiento cuenta con personal altamente capacitado por el Ejército Argentino, desde instructores de esquí y andinismo hasta cazadores de montaña (las fuerzas especiales que operan en los Andes). Según explica el oficial, esos conocimientos son necesarios porque, durante el invierno, deben moverse a través de la nieve. En verano, en cambio, lo hacen con las mulas. A su vez, se pueden topar con obstáculos realmente importantes que deberán atravesar con técnicas de andinismo. De hecho, una parte clave del entrenamiento es la concreción de distintas cumbres. “Una de las premisas que tenemos es ‘Nunca desafíes a la montaña’, ya que hay veces que, por alguna causa, no se puede continuar. Hay que hacerles caso tanto a la montaña como al clima. Además, no todos tenemos la misma capacidad para responder a la altura, se requiere adaptación, incluso el personal más entrenado”, mencionó. El Ejército Argentino tene una aptitud especial, la de Montaña. (Foto: Fernando Calzada) Según Sosa, también se requiere gente capacitada debido al conocimiento y manejo detallado de técnicas que exigen las medidas de seguridad. Por eso, los instructores y subinstructores deben aprobar la formación brindada por la Escuela Militar de Montaña del Ejército: “En ese sentido, admiro a la Compañía de Cazadores de Montaña 8, pues considero que hacen un esfuerzo impresionante. Ellos tienen un gran nivel de preparación. Por eso, son quienes capacitan a nuestro personal. En el intercambio se genera un espíritu de cuerpo muy especial. Somos muy generosos entre todos nosotros. Eso es hasta una cuestión de supervivencia en la montaña”. ¿Qué son las actividades de exploración? Para poder llevar adelante la misión de exploración, el Regimiento tiene un programa de instrucción particular: se adiestra al personal y a las fracciones en tareas específicas que implican observación y reconocimientos. Se trata de una actividad permanente, razón por la que las actividades operacionales en el campo mantienen un sistema de rotación con el objetivo de cumplir con la misión las 24 horas del día. “Por ejemplo, mientras dos efectivos descansan, los otros operan”, comentó el cabo primero Agustín Fernández, uno de los suboficiales más preparados en el tema. Una de las motos Royal Enfield recientemente incorporada por el Ejército Argentino, con los Andes de fondo. (Foto: Fernando Calzada) Una vez lanzada la operación, deben actuar sin hacer ningún tipo de sonido. Incluso, para no ser detectados, construyen distintos tipos de estructuras para cubrirse. También tienen que prever el uso de vestimenta afín al terreno. Para eso, el personal se enmascara y usa prendas de colores similares a la vegetación. Emplea cascos de kevlar y ghillie (uniformes mimetizados), y a eso le suma el armamento (que depende del rol que tengan que cumplir) y otros equipos, como chalecos tácticos, mochilas y lo necesario para sobrevivir en la montaña. La montaña y la vida, ¿son compatibles? “El soldado de montaña se adapta a su rigurosidad. Hay momentos que son complicados, incluso para orientarse, como un contexto de tormenta, con viento blanco. En esas situaciones, hay que sobreponerse. Por eso, los de montaña son efectivos muy sacrificados. Hay lugares donde ni las mulas llegan. Y, si hay mal tiempo, tampoco puede operar en el lugar un helicóptero”, contestó a DEF el suboficial mayor Oscar Ariel Orozco, del regimiento. Ahora la Fuerza cuenta con una nueva dotación de Ford Rangers militarizadas. (Foto: Fernando Calzada) Las motos Royal Enfield en los Andes Con el objetivo de mejorar la capacidad de operar en la cordillera, el Ejército completó la dotación de motos del Regimiento con otras nuevas: las Royal Enfield Himalayan. Éstas últimas son empleadas por las fracciones de exploración liviana del 15. “Estas fracciones cumplen la misión de ser las adelantadas dentro del campo de combate. Las motos proporcionan rapidez en el cumplimiento de los objetivos. Son versátiles para el terreno”, contó el sargento primero Paulo García, encargado de una de las secciones del Regimiento que está integrada por personal con aptitudes y capacitaciones propias del ambiente geográfico particular de montaña, como los instructores de andinismo, esquí, cazadores, y paracaidistas. Además, García detalló que, como el regimiento es de exploración, deben llegar a puntos más alejados de la alta montaña. Para hacerlo, cuentan con mulas, camionetas y motos. Aunque explicó que las Royal Enfield llegarán hasta determinado lugar y, desde ahí, deberán caminar. “Por eso, este elemento está integrado por el personal más especializado”, comentó. Cientos de hombres y mujeres trabajan en el Regimiento, que es la única unidad de caballería de montaña que tiene la Brigada de Montaña VIII. (Foto: Fernando Calzada) Nuevas Ford Ranger militarizadas Por su parte, el teniente coronel Sosa contó que el Escuadrón de Exploración Liviano del Regimiento también recibió la provisión de camionetas Ford Ranger militarizadas, vehículos polivalentes que les permiten desplazarse de manera rápida en el terreno y, así, cumplir con los objetivos de exploración. Las camionetas son útiles a la hora de pensar en el transporte de un número reducido de efectivos, pues pueden subir en ellas patrullas conformadas hasta por ocho individuos. Asimismo, poseen una jaula antivuelco. Hay que destacar que las camionetas modificadas y adaptadas por la firma Ford son de uso específicamente militar. De hecho, la empresa también participó en el desarrollo de los distintos kits requeridos por el Ejército. El Regimiento de Caballería 15 por dentro Las instalaciones del Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15 merecen un capítulo aparte. De hecho, algunos sectores fueron recientemente renovados en beneficio del personal. Como, por ejemplo, el alojamiento de los soldados voluntarios que, año a año, se suman a las filas de la Unidad. Cabe señalar que la unidad también tiene responsabilidad sobre los campos de instrucción y tres refugios militares de montaña. En ese sentido, advirtieron que el Regimiento envía personal a custodiar el lugar, aunque allí también existe una dotación de guardaparques. El teniente coronel Sosa es el jefe de la unidad. (Foto: Fernando Calzada) “Para nosotros, es una oportunidad para interactuar con otras profesiones, fuera del ámbito militar”, cuenta el teniente Agustín Sosa, un joven oficial, oriundo de Escobar, provincia de Buenos Aires, quien, tras egresar del Colegio Militar de la Nación, en el año 2021, fue destinado a esta unidad de Caballería. Desde entonces, no perdió ni un solo minuto de carrera: hizo cursos y actividades con el ganado mular y hasta integró la misión de paz que la ONU tiene en Chipre. Sobre su elección profesional, fue contundente: “Soy el primer militar de mi familia. Y, lo que tiene el Colegio Militar de la Nación es que nos llevan a hacer maniobras militares en todos los ambientes geográficos que tiene el país. Entonces, uno tiene capacidad para orientarse y sabe qué es lo que más lo atrae. Luego, se puede elegir una unidad afín”. De soldado a músico del Ejército, una historia de superación Además, el Regimiento 15 cuenta con una Banda Militar y sus músicos son muy reconocidos en la zona de Cuyo. Uno de ellos comenzó siendo soldado del Ejército, el teniente primero Nicolás Juan Ovejero: hoy dirige la banda del 15 y, además, se prepara para integrar la reconocida banda “Tambor de Tacuarí”, del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”. La historia de Ovejero es, sin dudas, de vocación y progreso. Comenzó siendo soldado en el Regimiento. Y, cuando ingresó, le tocó hacer el Núcleo de Instrucción Básico (que hacen todos los ciudadanos que ingresan a la Fuerza como soldados voluntarios). Su primer jefe en esa etapa fue el teniente coronel Sosa, hoy jefe del 15, aunque con el grado de teniente primero. El Regimiento 15 cuenta con una Banda Militar y sus músicos son muy reconocidos en la zona de Cuyo. (Foto: Fernando Calzada) Luego, Ovejero apostó a la capacitación dentro del Ejército. Se preparó como músico y rindió para ingresar como suboficial. Una vez obtenido el grado de cabo, quiso ir más lejos en su carrera: fue destinado al Colegio Militar de la Nación. El tiempo pasó para ambos y el destino quiso cruzarlos en el mismo lugar, aunque con distintas responsabilidades y jerarquías. “No sabés el orgullo que es para mí”, confesó el teniente coronel. Oriundo del pueblo mendocino de La Consulta, Ovejero compartió la historia de su vocación: “Mi hermano mayor había sido soldado en esta unidad y recuerdo que a mí me gustaba mucho acompañarlo en las jornadas de puertas abiertas. Además, mi tío es suboficial mayor de Banda. Vengo de una familia de músicos y lo vi como una oportunidad para poder crecer”.
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